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Seattle Seahawhs 31 – Carolina Panthers 17

A falta de Lynch, doble ración de Wilson

Mariano Tovar

Una de las preguntas que todos nos hacemos es qué será de los Seahawks el día que no esté Lynch. Esta semana lo descubrimos. El mejor corredor de poder de la NFL fue secado por la defensa de Carolina, y Wilson, tranquilamente, como si lo hiciera todos los días, lanzó tres touchdowns, completó 15 de 22 pases para 268 yardas, corrió para otras 22 y se llevó por delante a unos Panthers que lucharon hasta el final, pero sin argumentos suficientes para vencer a los vigentes campeones.

El duelo empezó sin salirse un milímetro del guión esperado. El primer cuatro fue una sucesión interminable de tres y fuera, o casi. Lynch era incapaz de atravesar la red de contención del front seven rival, con un Kuechly más en modo bestia que él. Newton simplemente no encontraba soluciones frente a una defensa de Seattle más agresiva que en ningún partido de esta temporada. Parecía que una intercepción a Newton podía ser el momento que rompería el partido, pero más que una intercepción se convirtió en un buen punt, que sus rivales comenzaron a atacar en su propia yarda 38, para que el encuentro siguiera transcurriendo por los mismos derroteros.

Pero Carolina parecía empeñada en cometer un error que desequilibrara la batalla. Si la intercepción no fue suficiente, Jonathan Stewart sufrió un fumble en su propia yarda 31 (la NFL se lo adjudica a Newton por una mala entrega del balón que impidió que el RB llegar a tener posesión), y esta vez los Seahawks no desaprovecharon la oportunidad para sacar petróleo. Un magistral pase con mucha parábola de Wilson a Baldwin adelantaba 7-0 a Seattle y, visto lo visto hasta entonces, parecía una diferencia insalvable en un partido en que cada yarda estaba costando litros de sangre.

Como muestra, Lynch, que a priori parecía el jugador clave de Seattle, solo logró sumar 59 yardas en 14 intentos en todo el partido. Y la mayor parte de ellas llegaron en la única ocasión en que consiguió romper un placaje durante el tercer cuarto y sumar 25 yardas. Definitivamente, los Seahawks debían ganar por el aire y Wilson ya se había puesto a ello con aplicación.

El touchdown encajado pareció despertar a un Newton que a partir de ese momento comenzó a jugar estupendamente. Los Panthers afinaron la maquinaria con un drive largísimo, extraordinario, con el que se atravesaron el campo en 14 jugadas, durante más de ocho minutos intensos que nos hicieron pensar que sí había partido. Benjamín puso la guinda a un amplio catálogo de jugadas de todos los pelajes, con Stewart y DeAngelo Williams muy eficaces por tierra, y Newton recuperado del susto inicial. Lo de menos fue el empate a 7. Lo importante es que Carolina daba un golpe en la mesa para demostrar que quería morir matando.

Entonces volvió a salir Wilson al campo. Y con toda la calma del mundo se remangó, y lanzó un pase estratosférico de 63 yardas a Kearse para volver a dejar las cosas en su sitio. La alegría del pobre había sido efímera y ya parecía claro que el festival del pequeño quarterback local no iba a detenerse hasta el final.

Carolina volvió a enlazar un segundo drive extraordinario, con el que a punto estuvieron de atravesarse el campo de lado a lado para volver a dejar el marcador en tablas antes del descanso. Sin embargo, tuvieron que conformarse con un field goal, y gracias. Que Chancellor estaba empeñado en saltar por encima de la línea que protegía al kicker, aunque los sobresaltos de Gano terminaron bien para él gracias a dos penalizaciones.

14-10 en el marcador y las espadas en todo lo alto. Que después de los minutos iniciales de tanteo, los Seahawks parecían tener más pegada, pero los dos últimos drives de Carolina habían sido un jarro de agua fría para una defensa de Seattle que ya parecía menos indomable que al principio.

Los primeros drives tras la reanudación siguieron la tónica del arranque del partido. Las dos defensas llevaban la iniciativa. Pero volvió a aparecer el mejor Wilson de toda la temporada, resolviendo terceros downs con una tranquilidad insultante, para primero dejar a su equipo a distancia de field goal (17-10), y conectar con Willson en la siguiente serie para firmar el touchdown que sentenciaba el partido (24-10). El tercer cuarto, y casi la mitad del último, habían volado en un suspiro, y a esas alturas Newton volvía a revivir lo sucedido en los minutos iniciales, y era incapaz de hacer avanzar las cadenas casi ni un milímetro.

Ya a la desesperada, los Panthers consiguieron llegar a la red zone rival a falta de seis minutos, pero Newton era interceptado por Chancellor que recorría el campo de lado a lado para anotar un touchdown merecido por el trabajo de toda la defensa y dar carpetazo al choque 31-10. Los Panthers no habían conseguido anotar ni un solo punto en la segunda mitad, y fue un pequeño consuelo que en los minutos de la basura Benjamin acortara distancias tras un pase de 15 yardas de un Newton que jugó un buen partido, muy valiente, pero que falló en los momentos decisivos. Justo lo contrario que un Wilson que demostró que después de Lynch hay vida en estos Seahawks mientras él esté a los mandos del aparato.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl