Roger Federer y la Copa Davis por fin cruzan sus destinos
Suiza ya tiene su Copa Davis. La que gestaron Stan Wawrinka y Roger Federer ante Serbia (3-2), Kazajistán (3-2) e Italia (3-2) y que ellos mismos sentenciaron frente a la siempre temible Francia en el estadio Pierre Mauroy de Lille. La casualidad, a menudo caprichosa, quiso que el punto decisivo lo sumara el genio de Basilea, el gran coleccionista de récords del tenis moderno y el único de los grandes de todos los tiempos que tenía una cuenta pendiente con la Copa Davis.
Pero a Federer no le pesó la inesperada derrota del primer día ante Monfils, ni la polémica previa suscitada con Wawrinka tras la brutal semifinal de la Copa Masters. El hombre de los 17 Grand Slams y 302 semanas como nº 1 de la ATP saldó dicha cuenta con talento, sacrificio y una magistral dejada de revés final: 6-4, 6-2 y 6-2. Poesía pura garabateada en el aire con los movimientos de una raqueta. La competición que más ha hecho crecer el deporte blanco no merecía menos...
Gasquet nunca fue capaz de inquietar a un Federer espoleado por el triunfo en el doble del sábado y en estado de gracia (62 winners y ninguna bola de break concedida al servicio). La diferencia sobre la tierra batida fue tan notable como la que señala el ranking, para tranquilidad de Wawrinka, Chiudinelli, Lammer y el propio Luthi. La Davis por fin se cruzó en el camino de Federer (33 años y 4 hijos) para hacerle más único todavía. Wawrinka mediante…