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Federer volvió a ser demasiado para Ferrer en Cincinnati

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Se impuso por decimosexta ocasión al español (6-3, 1-6 y 6-2) y sumó su vigésimo segundo Masters 1000 tras dos años de sequía.


Ferrer volvió a quedarse sin premio en una final de Masters 1000. Por regularidad, quizá ningún otro tenista merezca más ser el octavo tenista en activo capaz de ganar al menos dos Masters 1000 tras los acaparadores miembros del Big Four (77 entre todos), Davydenko (3), Hewitt (2) y Tsonga (2). Pero para eso hay que rematar las faenas grandes y a David el suizo se le revolvió cuando parecía cansado y tocado anímicamente. Cuando las finales perdidas parecían jugar en su favor... Roger leyó bien su debacle en el segundo set y varió la receta sobre la marcha con inteligencia. Por algo es la gran bestia negra (16-0) del pulmón de Jávea. "Espero poderle ganar algún día en el circuito senior", bromeó en la entrega de trofeos. Siempre nos quedará París (Bercy)...

Federer controló a tiempo la ansiedad, se reencontró con el servicio -brillante durante toda la gira americana- y tiró de chiquitita de revés cruzado para neutralizar las embestidas de Ferrer con su mejor golpe: la derecha invertida. Todo ello le valió para firmar su victoria 49 en lo que va de año (304 en Masters 1000, 971 en total) y su título número 80 (en 121 finales) a una semana del US Open. No hay duda de que Cincinnati se le da bien. Allí ha disputado seis finales y no ha perdido ninguna: Roddick (2005), Blake (2007), Djokovic (2009 y 2012) y Fish (2010) corrieron antes la misma suerte.

Pese a que muchas veces se empeña en demostrar lo contrario, parece que el plusmarquista mundial de grand slams aún no se ha olvidado de ganar. Este 2014 perdió las finales de Brisbane (Hewitt), Indian Wells (Djokovic), Montecarlo (Wawrinka), Wimbledon (Djokovic) y Toronto (Tsonga). Visto así, los títulos de Dubai (Berdych), Halle (Falla) y Cincinnati (Ferrer) parecen poca cosa. Pero ni se debe menospreciar a sus rivales, ni obviar que es ley de vida que cada vez le cueste más levantar trofeos. Lo importante para el tenis es que ha recuperado el nivel perdido en las dos últimas campañas y que sigue disfrutando con una raqueta en la mano.

VETERANOS AL PODER

La de Cincinnati 2014 fue la primera final de un Masters 1000 (antaño Super 9) disputada por dos tenistas metidos en la treintena desde 1990, y la cuarta en lo que va de año, señal inequívoca de lo mucho que ha cambiado el tenis en los últimos tiempos. Ahora los tenistas viajan con un equipo más o menos numeroso de personas que vela por su alimentación, mima sus castigados cuerpos y vigila al milímetro su salud. Por eso, entre otras cosas, les cuesta tanto llegar a la cima a las generaciones más jóvenes. Igualado el partido físico, el duelo mental tiende a decantarse a favor del tenista experimentado. El de Cincinnati es el undécimo título del año ganado por un tenista con más de 30 años y el año pasado la cifra total fue de 19, récord desde 1975. ¿Se batirá este año?