Alejandro Villanueva es jugador de los Philadelphia Eagles
Ali no ha nacido en España, sino en Meridian (Misisipi-EEUU), tiene nacionalidad estadounidense, conoció el football americano en Bélgica, estudió en la academia militar de West Point y se ha pasado tres años en Afganistán combatiendo con el uniforme de EEUU y ganando varias medallas al valor. De hecho, la noticia del fichaje se ha convertido en muy mediática en EEUU porque la están vendiendo como la llegada a la NFL de un Ranger condecorado, un héroe nacional que después de servir a su país se alista en las filas de su deporte rey. Alejandro incluso había anunciado que en caso de no recibir ninguna oferta regresaría a Afganistán durante un año más. ¿Entonces, por qué estamos aquí tan empeñados de etiquetar a Alejandro como español?
Cuando en 2010 se empezó a hablar de Ali Villanueva en España, muchos aficionados criticaron el revuelo que se estaba organizando alrededor del jugador por dos motivos. El primero era el que os he resumido en el párrafo anterior. Ali no es español. De hecho, aunque antes tenía doble nacionalidad (estadounidense y española), para ingresar en West Point tuvo que renunciar a la española. Resumiendo, estábamos hinchando un globo de mentira. La segunda crítica, capitaneada por seguidores habituales del football universitario, decía que Alejandro era un jugador del montón, un tipo al que estábamos vendiendo como posible gran estrella cuando, aunque no jugara en Army, muy probablemente sería elegido en una ronda muy baja si es que no se quedaba sin equipo.
La realidad es que Ali Villanueva, sin haber nacido en España, ni tener en la actualidad nacionalidad española, culturalmente es tan español como estadounidense ¿Qué es eso de culturalmente? No sé como definirlo. Por ejemplo, mi padre nació en Carcagente (Valencia) y pasó allí los primeros años de su vida. Más tarde mis abuelos se mudaron a León, donde mi padre pasó el resto de su infancia y juventud, para mudarse por fin a Valladolid. Cuando alguien le pregunta de dónde es, siempre le he oído responder que leonés. “¿Pero papá, tú no naciste en Valencia?” “Sí, hijo, pero eso fue un accidente. Siempre me he considerado leonés”.
Por tanto, y resumiendo, creo que todos podemos estar felices de que una persona con cultura y ascendencia española, que quizá pueda dar a conocer en nuestro país la NFL desde dentro, y ser muy cercano, e incluso cómplice, de los aficionados españoles, haya encontrado por ahora un huequecito en la NFL.
La gran virtud de Alejandro, y lo que despertó el interés de los equipos de la NFL, era su capacidad para jugar casi en cualquier posición. Por las peculiaridades de West Point, donde no pueden ingresar alumnos con la tipología típica de los jugadores de línea, Alejandro, por su tamaño, empezó jugando de defensive end y tackle, aunque donde destacó de verdad fue en las posiciones de tight end y receptor. En su última temporada sumó unas buenas cifras de 34 recepciones, 5 touchdowns y más de 500 yardas, números magníficos para un equipo en el que el ataque aéreo era casi testimonial. Pese a su gran envergadura, Ali se mueve como un bailarín y no solo gana la posición por corpulencia, sino que ha conseguido bastantes recepciones en posiciones acrobáticas que parecen imposibles en un jugador de 2,08 metros.
Ayer, 5 de mayo, Alejandro firmó un contrato de rookie con los Eagles, que pretenden usarlo como defensive end, aunque conociendo a Chip Kelly posiblemente tenga en mente hacer muchas diabluras con él si por fin el jugador consigue hacerse un hueco en la plantilla definitiva que empezará la temporada en septiembre. Ali no lo tendrá fácil, y pese al revuelo mediático creado (y hablo de EEUU), tendrá muy complicado ganarse un puesto, aunque una vez metida la cabeza en la NFL, no sería de extrañar que si los Eagles terminan por cortarle, alguien más se interese por él dadas sus condiciones.
Y me importa un pimiento si es o no español, que eso es lo de menos.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl