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Alejandro Villanueva es jugador de los Philadelphia Eagles

Mariano Tovar

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Durante toda la offseason de 2010 muchos aficionados españoles a la NFL vivimos con la mirada puesta en Ali (Alejandro) Villanueva, con la ilusión de que fuera el primer jugador español realmente mediático que pudiera jugar en la NFL. Ayer, 5 de mayo de 2014, firmó por los Philadelphia Eagles.

Ali no ha nacido en España, sino en Meridian (Misisipi-EEUU), tiene nacionalidad estadounidense, conoció el football americano en Bélgica, estudió en la academia militar de West Point y se ha pasado tres años en Afganistán combatiendo con el uniforme de EEUU y ganando varias medallas al valor. De hecho, la noticia del fichaje se ha convertido en muy mediática en EEUU porque la están vendiendo como la llegada a la NFL de un Ranger condecorado, un héroe nacional que después de servir a su país se alista en las filas de su deporte rey. Alejandro incluso había anunciado que en caso de no recibir ninguna oferta regresaría a Afganistán durante un año más. ¿Entonces, por qué estamos aquí tan empeñados de etiquetar a Alejandro como español?

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Cuando en 2010 se empezó a hablar de Ali Villanueva en España, muchos aficionados criticaron el revuelo que se estaba organizando alrededor del jugador por dos motivos. El primero era el que os he resumido en el párrafo anterior. Ali no es español. De hecho, aunque antes tenía doble nacionalidad (estadounidense y española), para ingresar en West Point tuvo que renunciar a la española. Resumiendo, estábamos hinchando un globo de mentira. La segunda crítica, capitaneada por seguidores habituales del football universitario, decía que Alejandro era un jugador del montón, un tipo al que estábamos vendiendo como posible gran estrella cuando, aunque no jugara en Army, muy probablemente sería elegido en una ronda muy baja si es que no se quedaba sin equipo.

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Vamos, que era un español no español que además no valía un pimiento. Y a eso se le sumaba que, por estudiar en una academia militar, antes de aspirar a jugar en la NFL tenía que pasar un periodo mínimo de dos años al servicio del ejército estadounidense. Como os digo, la historia era un globo que los periodistas estábamos hinchando en 2010 en su afán de encontrar un personaje en el que apoyarnos para popularizar la NFL en España.

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La realidad es que Ali Villanueva, sin haber nacido en España, ni tener en la actualidad nacionalidad española, culturalmente es tan español como estadounidense ¿Qué es eso de culturalmente? No sé como definirlo. Por ejemplo, mi padre nació en Carcagente (Valencia) y pasó allí los primeros años de su vida. Más tarde mis abuelos se mudaron a León, donde mi padre pasó el resto de su infancia y juventud, para mudarse por fin a Valladolid. Cuando alguien le pregunta de dónde es, siempre le he oído responder que leonés. “¿Pero papá, tú no naciste en Valencia?” “Sí, hijo, pero eso fue un accidente. Siempre me he considerado leonés”.

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Los padres de Alejandro son españoles, viven en el Puerto de Santa María, donde él pasó la mayor parte de su infancia, jugó en el Portuense, e incluso llegó a formar parte de la selección española junior de rugby (su hermano Iñaki ha debutado esta temporada con la selección absoluta española de rugby). Alejandro habla español como tú y como yo, y cuando tiene un permiso o unas vacaciones viaja al Puerto para estar con su familia en lo que considera su casa. Con todo esto no estoy intentando convencer a nadie de que Ali sea español, que evidentemente no lo es en el aspecto puramente legal, pero creo que culturalmente es tan español como estadounidense, o incluso más. No es otro de esos numerosos casos en los que un jugador del deporte que sea adopta la nacionalidad española casi sin saber situar nuestra península en el mapa.

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Por tanto, y resumiendo, creo que todos podemos estar felices de que una persona con cultura y ascendencia española, que quizá pueda dar a conocer en nuestro país la NFL desde dentro, y ser muy cercano, e incluso cómplice, de los aficionados españoles, haya encontrado por ahora un huequecito en la NFL.


Y digo "por ahora" porque tiene por delante el camino más complicado. Por mucho que se empeñaran algunos aficionados hace ahora cuatro años, Alejandro Villanueva estaba en la agenda de muchos equipos en el draft de 2010. Como os digo, nadie le iba a elegir, porque era inevitable que pasara al menos dos años sirviendo en el ejército de EEUU, pero hubo equipos que incluso hicieron gestiones explorando la posibilidad de encontrar una solución que le ahorrara ese trámite. Ali mide 2,08, pesa en torno a 120 kilogramos, y si ya era un armario empotrado, ahora, después de tres años en Afganistán, os podéis imaginar su potencial físico. De hecho, en el Combine regional de Detroit del mes pasado, bromeó diciendo que su marca actual en 40 yardas no sería muy buena porque lleva tiempo sin entrenar explosividad, pero que retaba a cualquiera en una carrera de larga distancia cargado con muchos kilos de peso a la espalda.

La gran virtud de Alejandro, y lo que despertó el interés de los equipos de la NFL, era su capacidad para jugar casi en cualquier posición. Por las peculiaridades de West Point, donde no pueden ingresar alumnos con la tipología típica de los jugadores de línea, Alejandro, por su tamaño, empezó jugando de defensive end y tackle, aunque donde destacó de verdad fue en las posiciones de tight end y receptor. En su última temporada sumó unas buenas cifras de 34 recepciones, 5 touchdowns y más de 500 yardas, números magníficos para un equipo en el que el ataque aéreo era casi testimonial. Pese a su gran envergadura, Ali se mueve como un bailarín y no solo gana la posición por corpulencia, sino que ha conseguido bastantes recepciones en posiciones acrobáticas que parecen imposibles en un jugador de 2,08 metros.


Por eso, durante estos años Alejandro ha sido invitado al camp de novatos de equipos como Bengals o Bears. Aunque la NFL va muy deprisa, no había descartado a un tipo que parecía haber perdido su oportunidad, pero cuyo potencial mantenía abierta la puerta. Hasta el punto que se convirtió en la estrella (también por su condición de héroe militar que os comentaba en los primeros párrafos) del combine de Detroit en el que se dieron cita el mes pasado aspirantes a encontrar un hueco en la NFL que no podían inscribirse en el draft. Después de deslumbrar con su trabajo en el combine, parecía seguro que alguien terminaría por hacerse con sus servicios.

Ayer, 5 de mayo, Alejandro firmó un contrato de rookie con los Eagles, que pretenden usarlo como defensive end, aunque conociendo a Chip Kelly posiblemente tenga en mente hacer muchas diabluras con él si por fin el jugador consigue hacerse un hueco en la plantilla definitiva que empezará la temporada en septiembre. Ali no lo tendrá fácil, y pese al revuelo mediático creado (y hablo de EEUU), tendrá muy complicado ganarse un puesto, aunque una vez metida la cabeza en la NFL, no sería de extrañar que si los Eagles terminan por cortarle, alguien más se interese por él dadas sus condiciones.


Hoy por hoy Alejandro Villanueva, que tiene 25 años, no es una estrella del football americano, y es muy posible que nunca lo sea. Tiene un contrato de rookie y todos sabéis que a estas alturas eso no es garantía de nada. Pero para mí es el tipo más cercano, sea o no legalmente español, y con el que más me puedo identificar, de todos los que se ponen un casco y una coraza. Así que por supuesto que me declaro incondicional suyo, me compraré su camiseta en cuanto esté disponible, y tengo una fe infinita en que será capaz de sobreponerse a todas las adversidades para convertirse en estrella de la NFL y de los Eagles.

Y me importa un pimiento si es o no español, que eso es lo de menos.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl