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TRIBUNA LIBRE: De Troy a Canton, pasando por el Supplemental Draft

Raúl C. Cancio

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En mi anual cruzada por la necesaria relativización de la importancia del draft, recordarán que el año pasado les hablé de «Los Olvidados», ese conjunto de undraften que, contra el pronóstico de los scouters, alcanzaron después la gloria sobre los emparrillados. Hoy les propongo una acrobacia aún más osada. A nadie se le oculta que en los programas deportivos universitarios se priman las cualidades atléticas sobre las intelectuales y conductivas del prospecto, pero incluso en esos casos todo tiene un límite, y en ese sentido la NFL declara inelegibles a aquellos estudiantes que por sus reiteradas faltas de disciplina, su inaceptable nivel académico u otras causas catalogadas como impropias de un universitario, les impiden formar parte del cuerpo de jugadores elegibles. Pues bien, la NFL es magnánima e incluso a estas piezas de museo les brinda la oportunidad de redimir sus pecados estudiantiles a través del Supplemental Draft, un banderín de enganche para trastos universitarios que desde 1977 permite que algunos de ellos puedan ser elegidos por las franquicias fuera del procedimiento regular. Agárrense que viene la pirueta: ¿es posible que un sujeto elegido en este Draft de Malotes alcance la gloria en el gridiron? Giro con tirabuzón ¿Es concebible que tras superar diversas adicciones, pulverice records temporada tras temporada y en décadas diferentes? Triple picado ¿es posible que además se convierta en un Hall of Famer? Clavada final ¿Y todo ello sin un anillo ni una sola presencia en el Super Bowl en toda su carrera? Pues sí, este poltergeist existe. No obstante, antes de repasar la fabulosa trayectoria de este monstruo, detengámonos brevemente en este sistema suplementario de elección.

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Como decíamos, desde el año 1977, el draft ordinario se completa con una selección suplementaria para aquellos jugadores que, o bien no fueron inscritos en tiempo y forma o bien, por razones que afectaron a su elegibilidad relacionadas con cuestiones académicas – Dirden, wide receiver de Houston, Kansas y Pittsburgh, abandonó la facultad al segundo año y Rooslvelt Snipes, de 49ers, fue elegido en el draft suplementario de 1985 dadas sus paupérrimas calificaciones-, o disciplinarias –Al Hunter, runningback de Seattle entre 1977 y 1980, fue el primer seleccionado en este draft, por quebrantar las reglas de visitas en los dormitorios universitarios o Mike Whale, OT de Navy al que le detectaron consumo de esteroides y que fue elegido por Green Bay en 1998 -. En 1984, se amplió el filtro de jugadores elegibles en el supplemental draft con aquellos que estaban contractualmente vinculados con la USFL o con franquicias de la CFL. Desde 1977, han sido seleccionados mediante este sistema únicamente cuarenta y dos jugadores, no habiéndose ejercido tal derecho sobre ninguno los seis prospectos incluidos en el último draft suplementario de 2013.

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Por lo que respecta al orden de elección, se establece un mecanismo ponderado dividido en tres grupos: en primer lugar, los equipos que tenían seis o menos victorias la temporada anterior; a continuación los conjuntos que acumularon más de seis victorias y finalmente, los que accedieron a la postseason. No obstante, y a diferencia del draft ordinario, en éste no es obligatorio el uso del derecho de selección. En otras palabras, la franquicia, si le interesa algún jugador del draft suplementario, lo pone en conocimiento del Comisionado, y si no hubiese otra oferta por el prospecto, éste es adscrito al conjunto que formalizó la petición, debiendo renunciar a una elección equivalente en el draft del año siguiente. Tras el controvertido asunto Kosar - una enrevesada operación diseñada por el agente A.J. Faigin, para que su pupilo Bernie Kosar, un prometedor junior de la Universidad de Miami pudiera ser elegido por Cleveland en 1985- a partir de la temporada 1990, únicamente los jugadores que se hubieren graduado o agotado su elegibilidad universitaria podrían integrar el draft suplementario y, desde 1993, también aquellos que tuvieran previsto asistir a la universidad, pero por diversas razones –económicas, disciplinarias, sociales, familiares…- no hubieren podido acceder a ella.

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De este mecanismo complementario de selección han surgido, como ya se avanzó, Pro Bowlers como el citado Bernie Kosar, Bobby Humphreys, Rob Moore o Mike Whale; ganadores de anillos como el propio Kosar o Manuel Wright; y verdaderas estrellas de la categoría de Jamal Williams, el monumental nose de los Broncos, elegido en el suplementario de 1998 por San Diego, tres veces Pro Bowler y miembro del equipo del 50 Aniversario de la franquicia de San Diego; Ahmad Brooks, el formidable y díscolo linebacker de San Francisco, despedido de la Universidad de Virginia por su actitud desordenada, que recientemente estiró el cuello de Drew Brees como una tortuga de dibujos animados o, finalmente, el fenómeno universitario Terrelle Pryor, suspendido durante cinco partidos de la temporada 2011 por la NCAA por comerciar con artículos de memorabilia y por cuestiones relacionadas con la compraventa de vehículos, que le costó su exclusión del draft regular de 2011, siendo elegido en el suplementario de ese mismo año por los Raiders, convirtiéndose en esta franquicia en el quarterback con la carrera más larga de la historia de la NFL y en la carrera para touchdown más larga de la historia de Oakland (93 yardas)…sí, sí, ya lo digo, ya… contra la lamentable y cándida defensa de Pittsburgh en la semana octava de 2013.

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Todos ellos grandes jugadores, pero ninguno de la talla de aquel muchacho de Troy (Ohio) que en 1987 suscribió secreta e ilegalmente un contrato con el afamado agente Norby Walters que le costó se suspensión durante su año senior del programa de football de la Universidad de Ohio y su ulterior inclusión en el draft suplementario de 1987, en el que fue elegido por Philadelphia Eagles en su cuarta ronda. La temporada del legendario Cris Carter como rookie fue intrascendente, contabilizando tan solo cinco recepciones para 84 yardas y 2 TDs. En la temporada siguiente, Buddy Ryan –el padre de los Ryan de Jets y Cowboys- involucra mucho más a al joven Carter en la ofensiva de Eagles, alcanzando 761 yardas, para convertirse en 1989 en el objetivo favorito de Randall Cunningham, liderando al equipo con 11 TDs.

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Cuando todo hacia indicar que Carter iba a convertirse en el jugador franquicia de los Eagles, su adicción a las drogas y al alcohol le cuesta caro, y en la preseason de 1990 es cortado por Ryan –quien no obstante fue clave en su rehabilitación personal-, recalando el 4 de septiembre de ese mismo año en Minnesota, donde su encaje en el sistema ofensivo de Jerry Burns no fue fácil, teniendo en cuenta la categoría de la competencia en el cuadro de receptores: Hassan Jones y Anthony Carter. El Heisman Trophy Herschel Walker apenas le busca, logrando a pesar de ello esa temporada 413 yardas de las cuales, 151, incluyendo un TD de 78 yardas se las endiñó a su antiguo equipo en el memorable Monday Night del 15 de octubre. Tras un año de transición en la franquicia vikinga, en la que atesora 72 recepciones para 962 yardas y 5 TDs, la temporada de 1992 supone una verdadera revolución con la salida de Jerry Burns y la llegada de Dennis Green, que limpia a fondo un vestuario ya decadente. Esa temporada logran un balance de 11–5, haciéndose con el título de la NFC Central Division, merced a la letal conexión entre Rich Gannon y Carter, que lidera el equipo con 53 recepciones, 681 yardas, y 6 TDs, a pesar de perderse los últimos cuatro partidos de la regular season por una lesión cervical.

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En la siguiente temporada, Carter explota como receptor de talla sideral y como el más grande wide a una sola mano de la historia, logrando atrapar 86 lanzamientos de Jim McMahon para 1,071 yardas y 9 TDs, siendo ese año su primera comparecencia como Pro Bowler. La llegada en 1994 a Minesotta de Warren Moon consigue mejorar aun más las prestaciones de Carter, quien bate el record absoluto de la NFL esa temporada de recepciones, con 122, para un total de 1.256 yardas y 7 TDs, que sin embargo no fueron suficientes para que, por tercera vez consecutiva, fueran apeados en la ronda de wild card. De nuevo en 1995, Carter logra superar sus registros alcanzando las 1,371 yardas y 17 TDs; trabajo nuevamente en balde, pues ni así lograron alcanzar los playoffs. Adviértase la absoluta fiabilidad de Carter como receptor, si atendemos a que en 1996, la presencia de un nuevo QB, Brad Johnson, no le impide acreditar 96 recepciones para 1,163 yardas y 10 TDs, logrando meter otra vez la cabeza en la wild card, donde esta vez fue Dallas quien le impidió seguir adelante. Pero no hay mal que cien años dure, y en 1997, con Cunningham de nuevo a los mandos, Carter vuelve a asombrar con 13 TDs, 89 recepciones y 1.069 yardas, mereciendo por fin cruzar el rubicón de los wild card, en un inolvidable minuto final frente a Giants en los Meadowlands. La exhibición de Carter a la semana siguiente en Candlestick Park no fue suficiente frente al juego desplegado por Young, Owens y Stokes.


En 1998, los Vikings eligen en el nº 21 del draft a Randy Moss y, de pronto, la franquicia de Minnesota se da cuenta que posee el ataque aéreo más devastador de la liga, con Carter y Moss atrapando todo lo que vuela y Robert Smith y Leroy Hoard por encima de las 1000 yardas de carrera. El balance es brutal: 15-1 en la temporada regular, pulverizando a los Cardinals en la divisional y avanzando a por su primer NFC Championship Game desde 1987 con la vitola de favoritos indiscutibles. El 17 de enero de 1999, el H.H. Humphrey Metrodome es un sitial listo para el sacrificio de la víctima propiciatoria: los Falcons de Dan Reeves. Sin embargo, una patada en la prórroga del danés Morten Andersen impidió a los Vikings acceder a un Super Bowl al que todos daban por ganador, siendo, como reconoció Carter, su peor recuerdo profesional. Al año siguiente, de nuevo la mejores manos de la liga nos dispensa números de megaestrella: 90 recepciones para 1.241 yardas y 13 TDs, terminando la década de los noventa con 835 recepciones, sólo por detrás de otro 80 para la historia, Jerry Rice, siendo nombrado para el NFL's All Decade Team. Pero de nuevo insuficientes para superar el cruce divisional de aquel año, esta vez ante un ataque tan bueno o mejor que el de Minnesota: The Gratest Show on the Turf.


En 2000, esta vez de la mano de Daunte Culpepper, Carter logra el 30 de noviembre su recepción nº 1000 frente a Detroit, alcanzando esa temporada 96 recepciones, 1274 yardas, 9 TD y su 8º Pro Bowl. La llegada a Minnesota del infausto Spergon Wynn como QB hace decaer severamente la producción del glorioso 80 púrpura, que a final de esa campaña abandona los Vikings, dejando en la franquicia un legado de 1,004 recepciones, 12,383 yardas y 110 TDs.


La primavera de 2002 la dedica a buscarse equipos, visitando S. Louis, Cleveland y Miami, pero no concretándose ninguna operación, por lo que recala como comentarista en la HBO hasta que las lesiones del cuerpo de receptotes de Dolphins le convierten, el 21 de octubre, en nuevo jugador a las órdenes de Dave Wannstedt. Lesiones, alimentos en mal estado y treinta siete años en las piernas y en las manos, nos dejan a un Carter con 8 recepciones para 66 yardas y 1 TD, magros números para quien es el cuarto jugador de la historia con más yardas en recepción, solo por detrás de Rice, González y Harrison. Al año siguiente se retiró, siendo seleccionado por vez primera como finalista para el Hall of Fame de 2008, logrando enfundarse la chaqueta amarilla en febrero de 2013 en una emocionantísima ceremonia, compartiendo clase con Bill Parcells, Larry Allen, Jonathan Ogden, Warren Sapp, Curley Culp y Dave Robinson.


Así pues, multiprobowler, primer jugador en lograr 150 yardas en un partido en tres décadas diferentes, Bart Starr Man of the Year (1994), Walter Payton Man of the Year (1999), NFL Alumni Wide Receiver of the Year (2000), número 80 de los Vikings retirado, Pro Football Hall of Fame, ni una sola aparición en un Super Bowl…no esta nada mal para haber sido elegido en el draft suplementario de 1987, donde el primer WR elegido en el draft ordinario fue el notable Haywood Jeffires, en el pick nº 20, a años luz de la calidad de Carter en cualquier caso. Este año, 32 supplemental picks adicionales podrán efectuarse entre el final de la tercera ronda y la séptima, veremos si alguna gema se esconde entre ellos. Atentos.