Las cosas de palacio van despacio
Quizá hayan parecido unas pequeñas vacaciones, pero nada más lejos de la realidad, porque han sido unos días angustiosos. Era imposible acceder al blog, pero también recuperar todo el material alojado. No os hacéis idea del disgusto que pasamos. Parecía que íbamos a perder todas los entradas (1.478 en total) publicadas durante todos estos años. Que era imposible recuperarlas. Por suerte, la sangre no ha llegado al río. De todos modos, ya os anuncié a finales de la temporada 2013 que estábamos estudiando una remodelación completa del blog y un cambio de alojamiento. Lo sucedido puede haber sido el empujón que nos faltaba para decidirnos. Ya os concretaré cuando haya novedades.
Porque novedades, lo que se dice novedades, en la NFL pocas. Vayas donde vayas, leas a quién leas, todo el mundo está haciendo elucubraciones sobre lo que puede suceder el año que viene. Sí, y hablando del draft, pero la espera se está haciendo tan larga que algunos incluso han empezado a analizar los equipos de 2014 a expensas de las elecciones colegiales.
El cambio de fechas ha sido demoledor. Y el argumento de la ocupación por otro evento del Radio City Music Hall de Nueva York en las fechas acostumbradas, una solemne tontería. El retraso a mayo fue intencionado y ha provocado algo impensable. Durante los playoffs de la NBA y la NHL en los grandes medios estadounidenses la NFL ha pasado casi a un tercer plano. Algo imposible hasta ahora y que demuestra que Goodell ha calculado mal. Un chicle se puede estirar, pero no hasta el infinito.
Y entre tanto desconcierto, cada vez más rumores auguran que los Texans están como locos por bajarse del primer escalón del draft y que, además, varios equipos estarían encantados de pujar por esa posición privilegiada. Y eso puede ser solo el principio, que en un mundo en el que las apuestas abarcan motivos inimaginables, ya hay gente dispuesta a jugarse su dinero a que este será el draft con más intercambios de elecciones de la historia. Os aseguro que no me sorprendería. El mismo hastío que sentimos nosotros se puede traspasar a los despachos de las franquicias, donde la ansiedad por un draft que nunca llega puede provocar decisiones peregrinas nacidas del puro aburrimiento.
Mientras, otros aprovechan para hacer ingeniería financiera. El otro día leí, y conté por encima en el podcast, que en San Francisco tienen la intención de poner a Kaepernick este verano entre la espada y la pared. La operación con planificación casi quirúrgica, constaría de varias partes. La primera sería elegir un quarterback en una ronda media. De hecho, se da por seguro que los Niners, con ¡doce elecciones! en la buchaca, gastarán una tercera, la cuarta o la quinta en un QB de futuro. La segunda sería hacerle en julio a Kaep una oferta a la baja que ronde los 10 millones por temporada entre base y bonus en un contrato de cuatro años, una cifra que puede parecer jugosa, pero que para un pasador, sin estar mal, no es desorbitada. Estoy seguro de que el jugador tiene en la cabeza un contrato de más de 15 millones, pero este verano se encontrará con un dilema.
Y ya que estamos en San Francisco, por mucho que se empeñen, la carrera de Aldon Smith parece finiquitada. La policía ha presentado cargos contra él por el incidente del aeropuerto y los antecedentes del jugador auguran un futuro bastante turbio. De cualquier forma, me parece que a estas alturas, en la Bahía (a los viejos aficionados nos costará bastante acostumbrarnos a decir ‘en Santa Clara’) no están demasiado preocupados por Aldon después de la experiencia sin él durante gran parte de la temporada pasada.
Por último, cada vez hay más rumores de que la NFL pueda poner en marcha una liga de desarrollo. Y si eso es verdad, y yo me lo creo plenamente, estoy convencido de que el football de alto nivel puede regresar no solo a Europa, sino también a México en dos o tres años. El asunto engarza con un problema del que os hablé hace un par de semanas. El modelo actual no puede continuar. El football universitario se convertirá en semiprofesional en muy poco tiempo si los acontecimientos se siguen precipitando como parece. Eso va a provocar que todo el sistema necesite reinventarse y la NFL se verá obligada a crear caladeros propios en los que terminar de formar a jugadores.
Antes he hablado de México. Nunca he entendido el vacío que le hace la NFL a un país que está tan enamorado del football americano como es su vecino del sur. Los aficionados mexicanos ya han demostrado que pueden llenar el estadio Azteca con más de 100.000 espectadores enfervorizados y estoy seguro de que repetirían la hazaña sin problemas cada domingo. Como ya he dicho muchas veces, la expansión natural de la NFL, en mi opinión, no debería empezar hacia Europa, sino hacia México, donde una franquicia posiblemente se convertiría en muy poco tiempo en la más popular de la NFL, y en un éxito económico, con una nación entera volcada con ella.
Supongo que esta vez la NFL no volverá a caer en los errores del pasado (Liga Mundial y NFL Europa) y planificará una liga de desarrollo que no solo sirva para formar jugadores, sino que se convierta en un buen lugar de experimentación de nuevas reglas y evoluciones, y una competición suficientemente interesante para que los aficionados de los países elegidos como sede de las franquicias sientan los equipos como propios. Que la NFL, por una vez en la vida, se preocupe de verdad por los aficionados del resto del mundo. Esa es la única fórmula para su supervivencia.
Pero todas estas historias son, por ahora, simples elucubraciones.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl