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TRIBUNA LIBRE: La reinvención de Peyton Jordan

Por Cheese

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No creo que Michael Jordan necesite ninguna presentación. Para la gran mayoría de aficionados, es el mejor jugador de baloncesto de la historia: "The best there ever was. The best there ever will be” reza la placa en el frontal de su estatua a los pies del United Center de Chicago. No creo que necesite traducción alguna.

Quien haya tenido la suerte de verle jugar no tendrá duda de por qué se ganó esa consideración, pero dado que el tiempo pasa deprisa, y las nuevas generaciones disfrutan de sus propios ídolos y personajes a los que adorar, no estará de más explicarles brevemente los que significaba Michael Jordan.

Estrella en la Universidad de North Carolina, fue seleccionado por los Chicago Bulls con el 3º pick global del draft de 1984, Jordan causó un gran impacto en la NBA desde el primer momento. En una liga dominada por los Celtics de Larry Bird y los Lakers de Magic Johnson, el número 23 de los Bulls se convirtió en el jugón que iba a romper los moldes. Un anotador tremendo, que hacía unos mates brutales (a recordar sus grandes duelos con Dominic Wilkins en este apartado), y un jugador que cambió las reglas del marketing deportivo, pero eso ya es otra historia… 

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Algunos de sus logros: seis anillos de campeón en dos etapas distintas, promedió 30,1 puntos por partido en toda su carrera, el mayor promedio en la historia de la liga, 10 títulos de máximo anotador, 5 MVP de la temporada, 6 MVP de las Finales, nombrado en el mejor quinteto de la NBA en diez ocasiones, campeón olímpico en 1992…


En definitiva “Air Jordan”: espectáculo en estado puro.

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Os preguntareis por que narices os estoy contando esto, si a vosotros lo que os gusta es el football, y estáis leyendo “Zona Roja”

La razón es que todos vosotros no os habéis enterado, pero Jordan volvió a la competición después de su tercera retirada para jugar dos temporadas más cerca de las montañas Rocosas, en el estado de Colorado. Pero esta vez, Jordan se dedicó al football en vez de al Basket.

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¿Insinúo que Manning es el mejor de la historia en su deporte? Pues no, esta tribuna libre no va de eso. Y en todo caso, yo, admirador del hombre cuya frente podría ser alquilada para colgar cartelones de publicidad, no diré tal cosa, ya que 15 años viendo football dan para haber visto muchos buenos QBs, pero no a todos, ni mucho menos en las mismas condiciones para ser comparados. Como mucho diré que es el mejor que yo he visto.

Empezaré a explicarme, que ya va siendo hora.

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Peyton Manning, al igual que Jordan, también fue estrella universitaria, y esto, y un apellido conocido le valieron para ser elegido con el nº1 del draft de su año por los Indianápolis Colts. Tras un año de adaptación a la liga, comenzó la carrera al estrellato del joven quarterback, partidazos, audibles extenuantes, remontadas agónicas, ataques explosivos, un dúo para la historia con Marvin Harrison… Convirtió a una franquicia insustancial en candidata al título durante más de una década, Superbowl incluida. Siempre recordaré un partido de hace más de diez años, en que los Colts de Manning se enfrentaron a los Packers de Favre, mi otro ídolo de este deporte. En una primera mitad para el recuerdo, los dos pistoleros se liaron a lanzar bombazos drive tras drive, llegando ambos a casi 300 yardas en sólo medio partido. Un partido de los que te enganchan a este deporte

Pero no es por ello por lo que lo comparo con el gran M.J…

Volvamos a Jordan: Tras pasarse la década de los 80 anotando canastas como si no hubiese mañana, el neoyorquino empezaba a frustrarse cayendo año tras año en primera ronda de playoffs. Si, el era el mejor jugador de la liga, pero no podía liderar a su equipo a cotas mayores.

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No fue hasta que Phil Jackson llegó al banquillo de los Bulls cuando MJ empezó a cambiar su estilo de juego. Seguía anotando una barbaridad de puntos, pero consiguió comprender que sin convertirse en un líder para los suyos, nunca conseguiría un gran título. Guiado por “Master Zen” Jackson, consiguió involucrar a sus compañeros en una gran tarea: convertir a los Chicago Bulls en uno de los mejores equipos de la historia. Y a fe que lo consiguió. Jordan empezaba a ser el mito Jordan.

Tres títulos seguidos llegaron de una tacada. Tras ellos, Michael decidió retirarse, saciado de baloncesto, y apenado por el asesinato de su padre. Se dedicó a jugar al baseball, afición de su juventud.

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Año y medio después, recuperado el hambre de gloria, MJ volvió al ruedo con los Bulls. Ya había superado la treintena, y tras un tiempo sin jugar, ya no era el mismo que se había ido. En los playoffs de 1995, los Orlando Magic eliminaron a los Bulls, y Nick Anderson, escolta de los Magic, declaró: "no se parece al Michael Jordan de los viejos tiempos".

La leyenda de Air Jordan declinaba, el apodo de “Ground Jordan” empezó a usarse a sus espaldas….

O eso creían ellos….


Al año siguiente volvió a liderar a los Bulls en una temporada histórica de 72 victorias por 10 derrotas, y volvió a encadenar tres títulos en tres años consecutivos, barriendo la NBA. Jordan cada vez poseía menos recursos físicos, pero al mismo tiempo cada vez era mejor jugador, comprendía el baloncesto como nadie en esos tiempos, y el dominio que mostraba sobre el juego era inigualable. MJ se volvía a reinventar otra vez, eso es lo que le llevó a ser el mejor jugador de la historia del baloncesto.

Y esto es lo que recordaré yo siempre de él: Jordan no “jugaba” partidos de baloncesto, Jordan “dominaba” los partidos de baloncesto

El 23 de los Bulls volvió a retirarse tras esos títulos. Unos pocos años después volvió a jugar con los Washington Wizards para matar el gusanillo, mostrando todavía un buen nivel, y después se retiró por tercera y última vez.

Hasta el año 2011…

Todos recordamos que Peyton Manning se perdió toda la temporada de 2011 por una lesión en el cuello. Mariano se cansó de pronosticar en este blog que el cabezón no volvería, e incluso los más optimistas pensábamos que con 30 y muchos años, ya no volvería a ser el mismo. Y desde luego que no volvió a ser el mismo.

Entonces surgió Peyton Jordan.


El Peyton que llegó a Denver poco se parece al que fue. Los que lleven poco tiempo siguiendo este deporte no se podrán imaginar el cañonero que fue Manning al principio de su carrera. A principios de la temporada 2012, lo que vimos fue a un abuelito recogiendo snaps, y lanzando el balón con la misma fuerza que lo haría mi sobrino de 10 años. Casi daba penita verlo.

Pero tras unos pocos partidos de acoplamiento, se vio que Peyton había adaptado perfectamente su juego a su declive físico. Se acabaron los bombazos, ¡larga vida al pase corto! El nº 18 se reinventó para convertirse en un QB todavía mejor, si eso era posible.

Convirtió al ataque de los Broncos en una máquina imparable en el que el juego de carrera y de pase se complementaban perfectamente.

Ese año Peyton y los Broncos arrasaron en temporada regular para luego caer sorprendentemente con los Baltimore Ravens, a la postre campeones de la Superbowl.


Un año después, Peyton Manning ha roto todos los récords de yardas y touchdowns, el MVP de la liga es suyo por quinta vez. Con 37 años. Con Medio brazo. Con los tobillos destrozados. Tremendo.

No importa que Peyton Manning saliera derrotado el domingo 2 de febrero. Para mi seguirá siendo como Michael Jordan. Otro jugador que cuando todo el mundo apostaba por su ocaso, se reinventó para ser el mejor.

Porque lo que yo recordaré dentro de muchos años es al Qb que desquició con sus “Omaha!” a la defensa de San Diego, y al que se deshizo de los Patriots de Bill y Tom en la final de la AFC con una facilidad pasmosa (un día más en la oficina, ya sabéis).

Al fin y al cabo, lo que yo recordaré de Peyton Manning es que él no jugaba al football. El “dominaba” el football.