El punto extra, en peligro de extinción
Por una vez en la vida, estoy de acuerdo con el señor Goodell, que desde hace mucho tiempo le tengo una gran manía a ese lance concreto del juego. Como contaba Goodell en la entrevista en NFL Network en la que dio a conocer la posible novedad, este año se han intentado 1.261 extra points y solo se han fallado cinco y casi todos por accidente (recordad la nieve del Eagles-Lions). Vamos, que es más difícil fallar un extra point que cantar un pleno en el bingo. Además, en temporada regular es muy habitual que, después de un touchdown espectacular, cuando todos estamos esperando la repetición para regodearnos en la increíble jugada, tengamos que esperar a que se anote el consabido punto extra. Y no es raro que de inmediato entre publicidad y nos quedemos con las ganas de volver a ver la anotación hasta después de los anuncios… si es que no se nos escapa porque hemos aprovechado para ir a por más cerveza o a vaciar el depósito.
Yo no recuerdo el último extra point que he visto anotar. Siempre que observo a la gentecilla formada para entrar a matar me pongo a leer las estadísticas del último drive, que es mucho más interesante. De hecho, para mí un extra point es una especie de anuncio de la Pro Bowl en cada partido. Un aviso de que en algún momento antes de la Super Bowl, se perpetrará un simulacro en el que un deporte tan apasionante con el football americano se volverá previsible. Por si tenéis dudas, solo es necesario que intentéis verla el próximo domingo. Llegar hasta el final tiene premio. Y sí, es igual de aburrida y predecible que un extra point. Por poner un ejemplo, os he contado alguna vez que de cada partido me llegan unas cien fotos por agencias. Después de buscar todas las imágenes de extra points almacenadas este año en mi archivo para ilustrar este artículo, solo he encontrado una docena.
Por supuesto que han saltado voces protestando, y recordando famosísimos extra points fallados que han pasado a la historia, pero mayoritariamente los aficionados han recibido la noticia con la misma indiferencia con la que veían cada extra point en un partido. Eso sí, como todos somos muy originales, han surgido las propuestas alternativas, en algunos casos de lo más peregrinas. Yo, sinceramente, pienso que la solución propuesta por Goodell es sencilla y práctica. Buscar alternativas más sofisticadas puede ser divertido, y dar mucho juego en una barra de bar con unas cervezas en la mano, pero tal vez poco práctico e innecesario.
Algunos dicen que si algo no está estropeado no hace falta arreglarlo. Pero en estos tiempos modernos, en el que todo el mundo está deseando hacerse un lifting para estar más guapo, no está nada mal que la NFL siga trabajando en evolucionar para ser más atractiva. Y este detalle del reglamento me parece mucho más acertado que, por ejemplo, el decidido el año pasado, prohibiendo a los corredores que cargaran con la cabeza por delante, acción que no ha sido castigada ni una sola vez en toda la temporada, simplemente porque es inaplicable pese a que se produce en multitud de ocasiones por partido.
Sin embargo, hay pocas ligas con tanta ansia de mejora, de cambiar reglas para hacer crecer el espectáculo, de evolucionar con los tiempos, los gustos del público y las sensibilidades sociales. Durante los últimos meses hemos hablado mucho sobre cómo han desaparecido los grandes golpes violentos de los resúmenes de los partidos, cuando hace diez o quince años la señal internacional de la Super Bowl que veíamos la mayoría fuera de EEUU, estaba plagada de resúmenes de las mejores jugadas del año en los que lo más celebrado eran los choques más violentos.
Esa mezcla entre tradición y evolución constante es uno de los secretos de la NFL y creo que la más que probable desaparición del extra point, un lance del juego centenario, es una muestra de ello. A nadie le tiembla la mano para hacer cambios, aunque desaparezca algo tan antiguo como el punto extra. Estoy seguro de que si a cualquiera de nosotros nos hubieran preguntado hace solo unos días qué cambiaríamos en el reglamento de la NFL, a ninguno se nos hubiera ocurrido hablar de una jugada que es tan parte del juego como lanzar un pase o intentar un cuarto down.
Y ya que abro la espita de lo que cada uno cambiaríamos en el reglamento, siempre me acuerdo de una jugada que existía en la NFL Europa, a mí me encantaba, estaba seguro de que se implementaría rápidamente en la NFL, y sin embargo ha quedado olvidada en el baúl de los recuerdos. Me refiero al field goal de 4 puntos.
Como os digo, en la NFL Europa la distancia era de 50 yardas. Yo creo que en la NFL podría ponerse el límite del field goal de los 4 puntos en un snap desde la yarda 40, que significaría una patada de 58 yardas. Pero bueno, la distancia es lo de menos.
Además, ahora que los kickers van a dejar de hacer una parte importante de su trabajo, y en las ligas fantasy tendrán un valor incluso menor, ya que el goteo de un puntito por extra point puede pasar a la historia, no estaría mal que les convirtiéramos en auténticos francotiradores. Que premiar con cuatro puntos un field goal especialmente largo, puede cambiar radicalmente la política de los equipos respecto a esa posición. ¿Qué será mejor, seguridad o pierna? Un equipo como Pittsburgh, donde la confluencia de los ríos provoca corrientes de aire que convierten en una lotería cada intento largo, qué deberá hacer, ¿elegir a un pateador seguro pero sin mucha fuerza o a otro con una pierna de acero, aunque algo menos de puntería, que les permita arriesgar y no les deje en inferioridad cuando tengan que jugar en un dome? Los mejores kickers pasarían a ser un factor mucho más desequilibrante.
Así que, en lo que a mi respecta, estoy encantado con que el extra point pueda desaparecer, pero me gustaría que la NFL aprovechara para reivindicar la figura del kicker recuperando el field goal de cuatro puntos.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl