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Imágenes y frases de la ronda divisional

Mariano Tovar

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Los aficionados a la NFL estamos durante todo el año esperando que llegue el fin de semana divisional. Sábado y domingo de delicatessen. Partidos muy especiales para los paladares más exquisitos. Pero esta vez, ni platos de diseño, ni mezcla de sabores, ni leches. Nos metimos un atracón de comida rápida y refrescos light. Grosso modo sucedió lo que tenía que pasar, ganaron los que tenían que ganar, casi nadie se salió del guión previsto y presenciamos los partidos repanchingados en el sillón, con muy pocas taquicardias y todavía menos sorpresas. Al final, están en las finales de conferencia los que por lógica tenían que estar, que estos dos partidos llevan anunciados desde finales de octubre por mucho que nos empeñáramos en buscar alternativas.

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Se ha discutido bastante el plan de juego de los Saints, muy centrado en la carrera, como un grave error de Payton. No estoy en absoluto de acuerdo. El plan era acertado y la defensa de los Seahawks sufrió en la primera mitad para frenar el ataque terrestre rival. Además, el viento y la lluvia perjudicaron gravemente la eficacia de Brees, que en los dos primeros cuartos solo completó 5 de 12 para 34 yardas. Por último, los receptores dejaron caer balones atrapables, como uno importantísimo de Colston justo antes del descanso. Estoy convencido de que el plan era el correcto. De hecho, en la segunda mitad, con un Brees más pasador, el ataque siguió igual de estancado, el primer touchdown llegó en un drive con 4 pases y cinco carreras y en los minutos finales no hubo plan de juego que valiera, los Saints, a la desesperada, lanzaban al grito de “¡tronco va!”. Y Muy bien Khiry Robinson. La lesión de Thomas ha puesto en el mapa a un corredor que puede hacer cosas muy grandes.

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El auténtico desastre para los Saints fue que en sus tres primeros drives acumularon errores. En el primero, el punter no sujetó bien el balón y dejó el despeje dentro de su propio campo. En el segundo, Graham pateó fuera de palos un field goal, cuando su holder dejó los cordones del balón en el punto de golpeo. En el tercero, y más grave, Ingram sufrió un fumble que los Seahawks convirtieron dos jugadas después en touchdown de Lynch. 13-0 en contra, en Seattle, con el público aullando, lluvia, viento, y con el segundo cuarto recién comenzado, es un hándicap casi insalvable para casi cualquier equipo. A esas alturas ya nadie creía que los visitantes podudieran remontar, hicieran lo que hicieran. 

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El ataque de los Seahawks tuvo nombre y apellidos: Marshawn Lynch. El corredor recibió 28 balones de carrera y uno de pase. Todo resto del equipo recibió 23 balones en todo el partido. Lynch consiguió 143 yardas totales y dos touchdowns. El resto, 134 y ningún touchdown. Por el contrario, Wilson tuvo una actuación gris. Fue muy eficaz en los primeros drives, pero en la segunda mitad simplemente desapareció. Pese a la derrota, la defensa de los Saints jugó un buen partido. No tuvieron ninguna culpa de la derrota. Su único lunar destacable llegó en la última posesión de los Seahawks, con dos big plays seguidos: pase de 24 yardas a Baldwin y carrera de 31 para touchdown de Lynch.

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Jimmy Graham solo consiguió una recepción para 8 yardas. Earl Thomas no le dejó ni moverse. Quizá no tenga explicación real y sé que muchos no estáis de acuerdo, pero la explosividad del ataque de los Saints en 2013 ha sido directamente proporcional al rendimiento de su TE. Creo que, aunque quizá no parezca una prioridad, los Saints necesitan reforzar el cuerpo de receptores de cara a la próxima temporada. ¿No os pasa, que a veces parece que la defensa de los Seahawks, cuando puebla mucho la secundaria, tiene más de 11 jugadores en el campo? Nunca he visto una defensa que cubra tanto espacio.

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Otro de los temas de discusión ha sido la última jugada del partido, cuando Colston lanzó un segundo pase adelantado a Cadet después de recibir el balón de Brees. Lo lógico hubiera sido salirse del campo, dejar el reloj en dos segundos, y dar la oportunidad a su equipo de un último snap desesperado desde la yarda 38 rival. Creo que Payton no supo cuidar los tiempos muertos en la segunda mitad. Gastó dos de forma innecesaria y un tercero en una revisión que tenía perdida. Eso convirtió el último drive en misión imposible, pese a recuperar el on side kick con 24 segundos. También creo que si Colston enloqueció como lo hizo, fue porque alguien se lo debió ordenar. Otra cosa es que el pase no debiera ser adelantado. Me gustaría saber la historia completa de esa jugada.

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El sábado de madrugada os hablaba del regreso de ‘The Band of Brothers’ y el cambio de filosofía de estos Patriots en los últimos meses. Una de las consecuencias es el cambio de papel de Tom Brady en el partido. Si las cosas siguen igual, los que se enfadan cuando hablo de los duelos Brady-Manning van a tener razón. En estos Patriots su quarterback se ha convertido en una pieza más. El sábado lanzó con cuentagotas, completó poco más del 50% de los pases (también influyó la intensa lluvia y el fuerte viento) y no lanzó un solo touchdown, pese a que su equipo consiguió seis. ¿Segurá Belichick manteniéndole al ralentí también el próximo domingo?

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Blount, 4 touchdowns de carrera, a uno de la marca mítica de Ricky Watters (un dios de la NFL). Ridley otros 2. Los Pats se quedaron a uno del récord de postemporada que mantienen los Bears desde 1940 con 7.Los Patriots corrieron 46 veces y pasaron solo 25. El resultado fue brutal, pero la defensa de los Colts ayudó bastante y nunca pudo parar el vendaval. Belichick, que si no necesita complicarse la vida evita hacerlo, mantuvo a Brady casi como un espectador mientras su backfield hacía todo el trabajo.

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El único error reseñable de los Patriots fue un safety poco antes del descanso, cuando Aiken lanzó un snap de despeje a Allen demasiado alto, el punter retrocedió para recuperar el balón, intentó lanzar un pase, sufrió un fumble y, por suerte para su equipo, la pelota terminó saliendo por la línea de fondo. Por el camino Allen se lesionó con el golpe del placaje y desde ese momento Gostkowski tuvo que encargarse de los punts y Brady se convirtió en el holder. Por una parte, creo que si Allen hubiera podido saber lo que pensaba Belichick, le hubiera dado una patada al balón para provocar directamente un safety que era mucho menos grave que devolver la pelota a los Colts dentro de la yarda 10 propia. Además, se hubiera ahorrado el golpe y la lesión. Por otro lado, Gostkowski quizá no tenga la habilidad direccional de un punter, pero como tiene en la pierna un cañón, logró despejes larguísimos y buenísimos. Y Brady, que cumplió sin problemas como holder, podría haber sido usado en jugadas de engaño desde esa posición su hubiera sido necesario.

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Los aficionados de los Patriots estaban preocupados por la lesión de Brandon Spikes de última hora, que convertía aún en más frágil su blanda defensa contra la carrera. Más tarde se supo que la tal lesión de Spikes era en realidad un despido en toda regla. Belichick estaba harto de su falta de disciplina. Además, el juego de carrera de los Colts fue testimonial, y los de Boston pusieron sobre la balanza un factor inesperado. Jamie Collins fue la estrella defensiva del partido. Logró seis placajes, un sack y una intercepción, pero estaba en todas partes y su trabajo en cobertura fue sencillamente perfecto. De repente, y con el duelo contra los Broncos a la vista, los Pats parecen contar con una nueva arma secreta para contrarrestar el pase en corto de Peyton Manning.

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Andrew Luck jugó un partido con luces y sombras, pero una vez más, como le ha sucedido tantas veces esta temporada, era él solo contra el mundo. La defensa de los Colts fue un guiñapo que ni siquiera mejoró su rendimiento tras los famosos ajustes de Pagano, el backfield no existió y él empezó lanzando una intercepción en la tercera jugada del partido y desde entonces intercaló pases sensacionales con otras tres intercepciones. Quemó en bastantes ocasiones a la secundaria rival con sus bombas, pero nunca dio la sensación de que pudiera protagonizar otra remontada como la de la semana pasada.


En EEUU hay una polémica más que encendida sobre la actuación arbitral en el Panthers-49ers. Incluso los comentaristas del partido en la televisión americana discutían en antena escandalizados con lo que estaba viendo. Los cebras lanzaban pañuelos por rudeza innecesaria contra Carolina y poco después ignoraban una acción similar de San Francisco (eso sucedió en dos ocasiones), castigaban con holding agarrones que solo veían ellos e ignoraban una reunión previa a la jugada con doce jugadores en el campo en el último suspiro de la primera mitad. Los visitantes aprovecharon el regalo para anotar un touchdown. Creo que desde la Super Bowl entre los Steelers y los Seahawks no leía tantas crónicas criticando la parcialidad de una actuación arbitral que sí pudo influir en el resultado.


Quizá alguien debería explicar a los jugadores de los Panthers que en postemporada deben hacer exactamente lo mismo que en temporada regular: jugar al football americano como saben y olvidarse de lo demás. Salieron sobreexcitados y las polémicas arbitrales terminaron por desquiciarles. En la segunda mitad estaban desencajados, más preocupados de lamentarse por los pañuelos amarillos que por remontar el partido. Les pudo la presión y la inexperiencia. Jim Harbaugh, zorro viejo, hizo lo posible para explotar al máximo lo que estaba sucediendo, elevando la temperatura del partido desde su banda.


Creo que los Panthers no perdieron 11 puntos con sus dos atascos en la yarda 1 rival. En la primera consiguieron recuperar el balón con una posición de campo perfecta, y anotaron touchdown de inmediato. En la segunda sí que se tuvieron que conformar con un field goal. Por tanto fue un doble error que costó 4 puntos (que quizá podrían haber sido más importantes sumados a los cuatro que regalaron los árbitros a los Niners justo antes del descanso). Pero independientemente de polémicas extradeportivas, la selección de jugadas en las últimas yardas fue malísima. Viendo el partido por televisión era evidente lo que iban a intentar hacer y la defensa pudo centrarse sin dudarlo en parar la embestida interior. Los 49ers dieron una lección a sus rivales con una carrera exterior de Kaepernick cuando estuvieron en la misma situación. ¿Por qué no seguir aprovechando el factor Newton, cuando en esos mismos drives ya habían insistido con él en la carrera?

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Me gustó mucho Cam Newton en la primera mitad, y más aún Kaepernick en la segunda. Y lo curioso es que el quarterback de los 49ers solo intentó cuatro pases en toda la segunda mitad, los cuatro fueron completos, y los cuatro a Boldin. Pero sus apariciones con cuentagotas siempre fueron decisivas. En la primera parte solo completó 11 de 28, y estuvo muy maniatado e inseguro hasta el drive de la polémica, pero en él actuó como un veterano y completó un pase sensacional a Vernon Davis. Entre Gore y Hunter, sin hacer mucho ruido, fueron poniendo los clavos en la tumba de sus rivales.


Cam Newton, muy activo en la primera mitad, lanzó uno de los mejores pases del año a Steve Smith en el único touchdown de su equipo, corrió más de lo habitual en los últimos partidos con jugadas diseñadas para él, y aunque sufrió una intercepción, condujo con seguridad a su equipo salvo en las últimas yardas. Durante todo el partido enlazó drives larguísimos, pero en la segunda mitad lo que su equipo necesitaba era exactamente lo contrario: agilizar el juego. En la segunda parte solo hubo siete drives entre los dos equipos. Y lo malo es que en esos drives se atascaba en cuanto llegaba a distancia de field goal y la defensa de los Niners terminó por desquiciarle a base de sacks. Su última intercepción, absurda e innecesaria con un lanzamiento malísimo en primer down, cerró definitivamente el partido.


En Denver hubo un momento, a falta de tres minutos, en el que los aficionados empezábamos a temernos que los Broncos iban a repetir la historia de hace doce meses. Manning tenía el balón en tercer down, en su propia yarda 20, a 17 yardas de conseguir un nuevo primer intento, y su equipo estaba siete puntos arriba. Hace un año fue incapaz de completar el pase salvador y los Ravens consiguieron llevar el partido a la prórroga en un último drive increíble. El domingo de madrugada, en la misma situación, con la cara casi igual de desencajada, lanzó un pase de 21 yardas a Julius Thomas, que estaba inexplicablemente solo, para recobrar la confianza y volver a ser él mismo. Hasta el final del partido tuvo que salvar dos terceros downs más, pero una vez pasado el trago, ya era evidente que si era necesario podría recorrerse Estados Unidos de este a oeste sin que nadie fuera capaz de frenarle.


Todo el mundo está hablando del magnífico trabajo de la defensa de los Broncos en el partido. Una formación muy criticada pareció reivindicarse. Sobre todo por su trabajo contra la prestigiosa línea ofensiva de los Chargers, que no pudo evitar que su quarterback sufriera cuatro sacks y viviera en el filo de la navaja todo el partido. Yo creo que esa actuación meritoria tiene trampa. Los Bolts perdieron a Mathews en la primera jugada del partido (fundamentalmente porque ya estaba lesionado) y solo intentaron hacerle jugar otra vez en el segundo cuarto, cuando veían desesperados que sin carrera estaban muertos. Por tanto, la defensa de los Broncos pudo despreocuparse de la carrera, que con Woodhead era mucho menos peligrosa, y centrarse en amargarle la tarde a Rivers. Así cualquiera.


Los números de Manning no fueron extraordinarios, pero si tenemos en cuenta los balones que dejaron caer sus receptores, algunos en la red zone rival, él sí que estuvo muy acertado a pesar de jugar con guantes. Completó 25 de 36 y su única intercepción, en la última jugada de la primera mitad y en la zona de anotación de San Diego, fue más culpa de Decker que suya. Además, volvió loca a la línea defensiva rival a base de audibles. En cuanto estaba a menos de cinco yardas del primer down, comenzaba a gritar consignas hasta que conseguía que saltara la liebre y le regalaran el primer down. Hasta cinco veces cayeron los Bolts en la trampa, y las cinco veces jugadores diferentes. Fue uno de los detalles más curiosos del partido, y que demuestran a inteligencia de Peyton, capaz de sacar ventaja de cualquier cosa.


Rivers estuvo todo el día amargado y demostró su frustración en diversas ocasiones. La más llamativa fue en el primer cuarto, cuando su equipo sufrió un delay of game, él no hacía más que reclamar el balón, y el center no le hacía caso y se dedicaba a marcar posibles blitzs. A esas alturas, el QB ya llevaba dos sacks y no conseguía que su ataque consiguiera mover las cadenas. En los tres primeros cuartos solo cruzó la línea de medio campo en una ocasión, que terminó con un field goal fallado por un resbalón de Novak.


El arreón final de los Chargers fue espectacular, pero gran parte de la culpa la tuvo la defensa de los Broncos, que dejó de presionar a Rivers. El otro motivo fue la lesión de Chris Harris, con lo que la secundaria de los locales dejó abierto un agujero que el QB rival supo aprovechar. Entonces fue cuando apareció un Keenan Allen espectacular, que en muy poco tiempo puede convertirse en uno de los grandes receptores de la NFL. Pero independientemente de lo mucho que tardaron los Bolts en arrancar en ataque, su defensa fue todo el partido una caricatura. Moreno, Ball y Manning hicieron casi lo que quisieron con ella. En la recepción salvadora de Julius Thomas que os contaba anteriormente, y que salvó a los Broncos de una posible debacle, el receptor estaba completamente solo, porque su marcador le dejó libre pensando que Manning podía arrancar a correr. Si, ya lo sé, absurdo. Consiguieron grandes jugadas puntuales que mantuvieron vivo a su equipo, pero volvieron a ser un lastre.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl