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Green Bay Packers 20 – San Francisco 49ers 23

 

Las carreras de Kaepernick congelaron Lambeau Field

 

Mariano Tovar

Queda 1:13 para el final. Los Niners tienen el balón. Tercer intento y ocho yardas en la 38 de Green Bay. Kaepernick recibe el balón, amaga el pase, arranca a correr hacia la izquierda y se planta en la 27 rival. Esa simple jugada, ese latigazo letal, resume un partido que se decidió por la misma clave que el duelo de playoff de hace un año: las carreras de quarterback de San Francisco.

El partido se disputó bajo un frío siberiano. Pero el clima se convirtió en seguida en anécdota. El suelo estaba helado para todos, las caras desencajadas y las ojeras abundaban en los dos lados por igual. Las consecuencias sobre todo se notaron en las jugadas de patada y en los resbalones. Los jugadores corrían cuando salían del campo para recuperar el calor junto a las estufas gigantes colocadas en los laterales.

Independientemente del clima, los Packers empezaron completamente congelados. Y así se mantuvieron durante todo el primer cuarto, mientras los Niners no sacaban demasiada ventaja de ello. Los visitantes se plantaban en las últimas yardas con facilidad, pero ahí se quedaban atascados, incapaces de entrar en la end zone. Dos field goals les adelantaron 0-6, mientras los Packers no encontraban la manera de mover el balón y Aaron Rodgers era atropellado una y otra vez ante la inoperancia de su línea ofensiva.

Daba la sensación de que en cualquier momento llegaría un touchdown de San Francisco que rompería el partido definitivamente, pero lo que llegó fue una intercepción a Kaepernick que cambió radicalmente el choque. El quarterback, que hasta ese momento, y pese a su eficacia para mover las cadenas a campo abierto, había lanzado bastante inseguro, y ya había estado a punto de ser interceptado un par de veces, tiró un balón muy bombeado que fue robado por Tramon Williams.

La jugada pareció despertar a Green Bay, que insistió con la carrera para intentar aliviar la presión de la defensa rival en la caja. Y el plan empezó a funcionar. Lacy conseguía primeros downs con facilidad, y Rodgers terminó por encontrar a Nelson para adelantar a los Packers (7-6).

En el siguiente ataque de los Niners llegó la jugada clave del partido. Kaepernick se arrancaba para sumar 42 yardas. Al jugador le cambió la cara y recuperó inmediatamente la confianza. Ya tenía claro que otra vez, 12 meses después, cuando tuviera problemas podría resolverlos con su arma favorita, la carrera. El resto de la primera mitad fue un toma y daca. San Francisco anotaba para volver a adelantarse (7-13) y Green Bay respondía con un field goal en los últimos instantes (10-13).

 

La segunda parte empezó con los Niners empeñados en sentenciar lo antes posible. Dos tres y fuera de ambos equipos dieron paso a una nueva serie de San Francisco muy sostenida, y con Kaepernick lanzando mucho más suelto que en la primera mitad. Las carreras de Gore no funcionaban, pero el quarterback conseguía que su equipo atravesara el campo con facilidad. El problema llegaba cuando se acercaba a distancia de field goal. Ahí se quedaban atascados.

Con la sensación de que el frío estaba congelando las ideas de los dos equipos, transcurrió el tercer cuarto en una batalla territorial que no terminaba por favorecer a nadie.

Los Packers no se rendían y seguían a lo suyo, sin salirse del guión marcado desde el primer minuto. Insistían una y otra vez con Lacy por tierra. Y de nuevo perforaron la defensa de San Francisco, que tras un esfuerzo titánico intentando asfixiar a Rodgers comenzaba a dar muestras de cansancio. Después de que el quarterback salvara un cuarto down un extremis, Kuhn conseguía anotar un touchdown de carrera que adelantaba otra vez a los locales (17-13).

Y en cuanto volvieron los problemas para San Francisco apareció el mejor Kaepernick de la noche con una carrera de 24 yardas y un pase letal a Vernon Davis. Solo hizo falta un minuto y medio para que los visitantes volvieran a dominar el marcador (20-17). Quedaban poco más de diez minutos de partido, y la sensación era que Rodgers tenía muchos más problemas para atravesarse el campo frente a la dura defensa de los Niners, que un Kaepernick que se crecía más y más tras cada jugada.

Por eso fue tan importante la siguiente serie de los Packers. Consiguieron llegar hasta la yarda 8 rival, pero para ello consumieron demasiado tiempo y la defensa visitante recuperó el resuello cuando ya parecía agotada, para limitar el daño al field goal del empate. 20-20 y Kaepernick tenía cinco minutos para llegar a la distancia suficiente para que Dawson diera la patada entre palos que valiera la victoria a su equipo. Los Packers dejaron en dos ocasiones a sus rivales contra las cuerdas con terceros downs largos, pero Kaepernick ya estaba en modo imparable. Del primer atolladero salió con un pase fenomenal a Crabtree, su mejor socio durante todo el partido, y en el segundo sobrevivió con la carrera que os explicaba en el primer párrafo y que prácticamente certificaba la victoria de su equipo.

Los Packers fueron derrotados el año pasado en playoff por las carreras de Kaepernick, y en el primer partido de la temporada ante San Francisco por los pases del quarterback en una de sus mejores actuaciones. En la tercera ocasión, bajo un clima infernal, de nuevo fueron los latigazos por tierra del jugador los que destrozaron un planteamiento inteligente, pero que volvió a quedarse a medio camino.

Definitivamente, los Packers no saben digerir a Kaepernick.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl