Una imagen, una frase (semana 15)
Esto es lo que pasa cuando un equipo se está jugando casi todo y otro casi nada. Pero como sé que los seguidores de los Bolts piensan que no respeto a su equipo, tengo que decir que este año he visto a muy pocos conjuntos jugar con la intensidad, ideas claras y seriedad con la que lo hicieron los suyos. Y este año he visto a muy pocos quarterbacks dirigir sinfonías con una entrega como la de Rivers el jueves. ¡¡¡Crack, cuanto te odio, pero cuanto te quiero!!!
No tiene mucho que ver con el partido, pero os traslado un comentario que me hizo hace unas horas un aficionado de los Skins que no es Dani. “¿Y si nos quedamos con Cousins e intentamos sacar por Griffin unas cuantas rondas altas?” Y oye, pues quizá tampoco sea una tontería, y viendo cómo arropó la plantilla a uno y a otro el domingo, parece que el vestuario podría pensar lo mismo. Lo que tiene narices es que Snyder se confunda incluso cuando intenta no meter baza. Hay maldiciones y Maldiciones.
EJ Manuel acaparó anotaciones y buen juego, pero sigue estando lejos del que nos entusiasmó con su desparpajo antes de su lesión. Henne, al que todo el mundo trata como si fuera el hombre invisible, pensando que simplemente es un tapón que evita que se desate un nuevo huracán Gabbert (que ya es mucho), está a punto de terminar una nueva temporada muy suya de ni fu ni fa, pero en la que quizá se haya ganado un puesto cómodo en un banquillo tranquilo.
Marc Trestman es mi héroe. Habían colocado una bomba atómica con temporizador en medio de Chicago que estallaría si el entrenador no cortaba el cable correcto. “¿Qué cable corto, el Cutler o el McCown?” Y le decían unos… “¡CORTA EL CUTLER!” Y otros… “¡CORTA EL MCCOWN!” Y el figura llega, corta el McCown y la bomba tan tranquila. Si llega a esperar una semana más, le estalla en las pelotas; si llegan a perder el partido, le estalla en las pelotas; si Jeffery es ninguneado y Marshall acapara, le estalla en las pelotas. Victoria en la semana perfecta, y Jeffery otra vez acrobático con Cutler a los mandos. Y eso que el QB lanzó dos intercepciones y a ratos se mostró errático. ¡Este tipo merece estar en la pelea por ser el entrenador del año! Y que conste que yo hubiera cortado sin dudar el cable Cutler (en realidad lo hubiera hecho hace años).
No es que los Colts hayan mejorado demasiado, es que con Keenum el ataque de los Texans es mucho peor que con Schaub. Kubiak siempre podrá decir que le despidieron por decir la verdad: “Schaub era la mejor opción para ganar”. Pero eso tampoco era cierto. Schaub era simplemente la opción menos mala. En Houston, para empezar, necesitan un entrenador y tres quarterbacks. Por lo menos ya han descartado a Shanahan.
Estos Pats siguen siendo un espectáculo boxeando frente al espejo y bailando sobre el cuadrilátero, pero sin Gronko han perdido la pegada, y solo con juego de piernas, sin un golpe ganador, nadie se proclama campeón del mundo. Puedes ganar decenas de combates a los puntos, pero alguien termina por derribarte. Los Dolphins no fueron mucho mejores, pero dos directos a la mandíbula de cristal rival, uno al final de cada asalto, llevaron la cuenta a cero.
Los Eagles llevaban cinco semanas entusiasmándonos por su ataque, pero el domingo descubrimos que durante esas cinco semanas lo que de verdad debió habernos entusiasmado fue su defensa. Sin ella vuelven a ser solo disparos con balas de salva, ruidosos pero inofensivos. Ah, y en Mineápolis comenzó el concurso oposición y la carrera por sobrevivir promete ser apasionante. Ahí si que vuelan balas de verdad.
Ánimo, Eli, ser violado por los Seahawks entra dentro del programa, y adornar el sacrificio ritual con una guirnalda de intercepciones fue un bonito regalo navideño y una muestra de buena intención. Ya está claro que quieres gastarlas todas este año, y no guardarte ni una para el futuro.
Sí, sí, mucho “nosotros somos defensa y carrera”, mucho “nuestro quarterback es un obrero más” y mucho “In Jim we trust”, pero en cuanto Kaepernick ha recuperado la sonrisa y se ha puesto en modo ‘Ángeles del infierno’, los aficionados de los Niners han sufrido un humedecimiento de bajos colectivo que podría definirse como ‘epidemia de alegría y fe infinita’.
Estos Chiefs se hicieron famosos por su defensa y ahora están dando que hablar por su ataque. Lo que aún no sabemos es si ambos serán capaces de dormir en la misma cama durante la postemporada. Si lo hacen, seguro que procrearán anillitos.
Los días buenos de Cam Newton quitan el hipo. Los días buenos de Geno Smith quitan el sueño. Creo que los Panthers pusieron en el asador la carne justa para cumplir con los comensales… y un poquito de solomillo DeAngelo para que nadie se fuera decepcionado. El atracón de verdad será el próximo domingo, y entonces queremos catar pura vaca argentina.
Vale, vale, no hay que sobrevalorar a los quarterbacks y en la victoria de los Packers intervinieron todos, ataque y defensa… de los dos equipos. Pero alguien debería empezar a pensar en la renovación de Matt Flynn de por vida y en hacerle una estatua en el centro de Green Bay.
Fitzpatrick es un artista postmoderno, un incomprendido, un maestro único capaz de mezclar cincuenta segundos de genialidad con otros cincuenta de incompetencia, para que los cuatro gatos que se quedaron hasta el final en el estadio, y recibieron un premio inesperado por ello, terminaran arrepintiéndose de no haberse marchado en el descanso como muy tarde.
A veces me pregunto por qué los Rams parecen una semana un equipo completo, competitivo, agresivo y con recursos, y en la siguiente un grupo de señores triste y aburrido. Lo que ya no me pregunto es por qué a los Saints les pasa lo mismo. En el caso de los segundos es morriña.
Dos años seguidos sin los Steelers en playoffs se hacen raros, pero después de ver cómo está jugando Big Ben en la segunda mitad de la temporada, lo raro será que haya un tercero. Y sí, lo sé, hoy no es jueves, pero desde que descubrí esos ojos, fui incapaz de enfocar la mirada en el resto de las fotos.
Olvidad el super field goal de Tucker de 61 yardas en el ultimo minuto. Los que han conseguido lo imposible han sido Jim Schwartz y compañía dejando a su equipo con un pie fuera de postemporada cuando su división era un hospital de guerra y su calendario una excursión de monjas. Y los Ravens, como quien no quiere la cosa, empeñados en entonar el "Ya estamos aquí y ya hemos llegado" al más puro estilo 2012.
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