Los resúmenes de los partidos de la NFL (Thanksgiving)
Como os contaba en la entrada anterior, Thanksgiving pone patas arriba nuestra programación. Por eso, excepcionalmente, abro esta entrada en la que pondré los resúmenes de los partidos celebrados el jueves según vayan llegando, con un breve comentario. Esta entrada se retitulará en cuanto la actualice con el power ranking habitual los viernes. Para ir abriendo boca, la fenomenal actuación de Reggie Bush, que dio gracias a ‘san pavo’ por volver a parecer un running back de verdad… eso sí, después de su ya tradicional fumble. (Entrada actualizada a las 13:00)
Yo no sé si le damos más importancia a los quarterbacks de la que tienen, pero en el caso de los Packers, un Rodgers es la diferencia entre aspirar a todo y no aspirar a nada. Y eso me parece muy importante.
La línea ofensiva de Green Bay es un coladero, sobre todo por el lado ciego y por las lesiones de los centers. Flynn estuvo mal sin justificación, pero no tenía un segundo de respiro, Lacy no tuvo esta vez ni una puerta abierta en todo el partido, y la defensa, pese a los fumbles recuperados y las dos intercepciones, cada semana demuestra que está capacitada (como mucho) para acompañar a un buen ataque, y no para ganar partidos.
Los Lions, como siempre, a lo suyo. Drive impresionante por aquí, intercepción para cerrarlo por allá; festival de Bush y Bell por tierra, fumble para celebrarlo. Son los hermanos Brothers en la pista central, con los perritos saltarines y el domador de lagartijas en la banda. Pero entre nosotros, lo más divertido del circo siempre han sido los payasos, y si estos tipos jugaran en serio sin errores, penalizaciones y regalos, tal vez tendrían un récord perfecto, pero ver sus partidos sería mucho más monótono. Los Lions son como son y por eso les queremos. ¡Schwartz, no te marches nunca!
Nunca he estado muy versado en las costumbres estadounidenses. Creo que lo de los fuegos artificiales no es en Thanksgiving, sino el 4 de julio, pero el pim, pam, pum de los Raiders en los primeros minutos fue digno del día de la independencia. McGloin parecía una ametralladora conectando con Holmes, Streater y compañía para ponerse 21-7. Lo malo es que toda la magia se acabó dos minutos antes del descanso. Entonces apareció ‘El Relojero’ Romo que convirtió el resto del partido en un monólogo.
Ya me sorprendió la semana pasada la habilidad con la que Romo cerraba el partido contra los Giants, consumiendo reloj como un glotón, pero ante los Raiders se confirmó como un alumno aventajado de Cronos, dios del tiempo. Acortaba los drives cuando hacía falta, como en el último antes del descanso, en el que se atravesó el campo de forma meteórica hasta el touchdown. También los alargaba a placer, que en la segunda mitad hizo uno de seis minutos, otro de cinco y un último de seis y medio, y entre los tres sumó 17 puntos. Los Raiders seguían empeñados en sus fuegos artificiales, y McGloin facilitaba el trabajo a la secundaria local buscando siempre pases profundos que no iban a ningún lado.
Los Cowboys cada vez me gustan más pese a su defensa, parece que han superado la esquizofrenia de mitad de temporada. Los Raiders, pese a la derrota, me convencen mucho más con McGloin que con Pryor, ahora son un equipo más ordenado, menos anárquico, y que parece tener mimbres como para tener confianza en su futuro.
Después de ver el partido yo me pregunto ¿Y ahora qué hacemos con Tomlin? Jacoby Jones ya se había subido a la vía del tren y parecía imparable en un retorno que podía dar la puntilla a Pittsbrugh, pero oh casualidad, el entrenador principal de los Steelers estaba ahí plantado como un chopo en medio de ninguna parte y “¡Uy que susto!”, pegó un bote cuando el retornador pasaba por su lado, que descarriló a Jones y facilitó el placaje. Luego llegó la sonrisa tipo “pero que listo soy”, pero la NFL debería sancionar duramente la jugada, que en algún caso ha provocado despidos fulminantes de asistentes de la banda. Perdona, Mike, pero lo suyo es que te den una buena tanda de azotes para que a nadie más se le vuelva a ocurrir una ‘gracia’ similar.
En lo que se refiere al partido, la sensación es que los Ravens están uno o dos escalones por encima de los Steelers, que anoche vivieron de la genialidad de Big Ben, pero mientras los de Baltimore se atravesaban el campo con monótona sencillez, cuando llegaban a la red zone se quedaban empanados, faltos de ideas, con decisiones siempre conservadoras, y propiciaron un festival de field goals de Tucker, que decidió el partido.
Y otro último detalle. Bell quedó conmocionado un minuto y medio antes del final, cuando perdió es casco en la yarda 1 rival y su touchdown fue anulado. La jugada termina en el momento en que un jugador pierde el casco y a él le sucedió a pulgadas de la meta. Podemos discutir durante semanas sobre las consecuencias de los golpes en la cabeza pero, sin obviar la somanta de golpes casco contra casco que el corredor se lleva en la jugada, en la que él lleva la cabeza agachada ilegalmente (según una norma de la NFL de la última offseason que jamás se ha aplicado porque es literalmente imposible), los jugadores no llevan los cascos bien ajustados en su mayoría y luego pasa lo que pasa.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
- Dallas Cowboys
- NFC Este
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- NFC
- Equipos
- Competiciones
- Detroit Lions
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- NFC
- NFC Norte
- Equipos
- Competiciones
- Green Bay Packers
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- NFC
- NFC Norte
- Equipos
- Competiciones
- Oakland Raiders
- AFC
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- Equipos
- AFC Oeste
- Competiciones
- Baltimore Ravens
- AFC
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- Equipos
- Competiciones
- AFC Norte
- Resumen jornada
- Deportes
- Resúmenes deportivos
- Crónicas deportivas
- Competiciones
- Pittsburgh Steelers
- AFC
- Deportes
- Fútbol americano
- NFL
- Equipos
- Competiciones
- AFC Norte