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Quiniela (semana 11) y... otra vez a vueltas con Kaepernick


La semana pasada muchos salieron corneados en los pronósticos del blog y en el Pickem en ESPN de Zona Roja. La semana 10 volvió a ser complicadísima, lo que comienza a ser una tónica invariable en una temporada donde la irregularidad es protagonista. Edu0311 vuelve a ser líder en solitario perseguido a un solo acierto por Bitony, Marcobuesa, Carlos Reinhardt y un recién llegado, Aparra55, que ha irrumpido después de mantenerse a la sombra en la primera mitad de la temporada. El ganador de la semana fue Luis Madariaga, que acertó doce resultados, incluidas las victorias de Jaguars y Buccaneers. Y ahora os dejo con Fernando que, excepcionalmente, no hablará de fantasy sino de Kaepernick. Como os dije, es fanático de los Niners desde tiempos de Montana y da una particular visión del problema del QB (con la que estoy completamente de acuerdo). Ya os anuncio que esta se ha convertido en la semana Niner del blog, que culminará el domingo con uno de los análisis tácticos de Rubén Ibeas, esta vez dedicado al ataque terrestre de San Francisco.

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¿Qué pasa con Kaepernick? Otro enfoque del problema de los quarterbacks móviles

Fernando Kallás @fernandokallas

Seguro que tu domingo fue mejor que el de Colin Kaepernick.

Esta semana dejo un poco el fantasy de lado para seguir con el debate iniciado en el artículo de Mariano después de que el quarterback de los 49ers tuviera su peor partido. Fueron míseras 91 yardas, una interceptación y solo 16 yardas de carrera. La peor actuación de un QB de los 49ers en más de ocho años. Y mira que han pasados QB malos por ahí…

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Mariano ha mencionado en su análisis lo fanático que soy con los 49ers. Y lo pesado que fui durante todo el verano intentando convencerle de que Kaepernick era la reencarnación de Brett Favre con John Elway en un mismo cuerpo, que no era humano y sí extraterrestre.

Solo eso ya era un motivo para escribir algo. Pero el mayor estímulo para intentar comprender lo que está pasando con Kaepernick es el hecho de que nos da la oportunidad de analizar la posición y qué hace falta para triunfar como quarterback en la NFL. Lo que está pasando con Kaepernick es una dificultad que muchos de los quartebacks móviles tienen para adaptarse a la liga.


Ahora mismo, Colin Kaepernick pasa por básicamente dos problemas.

Uno es de autoconfianza.

El otro es de aprendizaje.

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Parece una broma o un cachondeo decir que un tío que es un quarterback titular en la NFL está como en prácticas, teniendo que pasar por un periodo de aprendizaje. Pero es la verdad y él no es el único. Me explico.

La movilidad es algo que añade mucho valor a un quarterback y le da un arma adicional para atacar las defensas en un momento de necesidad. Pero, históricamente, para triunfar en la NFL un QB necesita ser un excelente pocket passer. Eso es, tener la sangre fría para plantar el talón en el medio de su línea ofensiva y, sin sacar los ojos del campo de rival, tener el balón preparado para cuando vea una oportunidad de pase, en medio segundo, reaccionar y lanzar, aunque, delante de él, estén tres o cuatro monstruos de 2 metros de altura y 180 kilos de pura maldad deseando matarle.

Ojos en el campo del oponente. “¿Dónde están mis receivers?”

Paciencia y tranquilidad. “¿Cuál es mi mejor opción?”

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Leer la defensa rival para anticipar posibilidades de pase. “¿Dónde y cuándo lanzo el balón?”

Autoconfianza para lanzar el balón en pequeños huecos o en sitios donde el receiver todavía no está, anticipando la jugada. “¿Puedo lanzar el balón allí? ¡Si! ¡Yo puedo lanzar el balón allí!”

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Todo eso en 4 segundos o menos.

Así se resume lo que tiene que tener un quarterback para triunfar en la NFL.


Desde el partido contra los Seahawks, viendo a Kaepernick jugar, se nota una cosa claramente. Cuando él cree que su primer receiver no está abierto o en posición para recibir un pase, él ha tenido una tendencia que es malísima para un QB en la NFL: Kap baja el balón y mira hacia el pass rush. Al verle jugar se nota que está como apresurado, con un sentido de urgencia y demasiado esquivo.

Para entender lo que estoy diciendo, basta con ver un par de drives de tipos como Drew Brees, Peyton Manning o Tom Brady para notar la diferencia. Es la capacidad de no apresurarse dentro del pocket, de tener paciencia y tranquilidad en un momento en que habrá por lo menos cuatro jugadores de defensa intentando arrancarle la cabeza. Ellos no miran al pass rush una vez con el balón en la mano. Parece que juegan menos deprisa.

Sobrevivir al pass rush es algo con lo que TODOS los QBs tuvieron que convivir durante toda su vida, desde el instituto, al pasar por la universidad y hasta llegar a la NFL. Durante toda la vida, QBs como Brees, Brady, Manning, Montana, Marino o Unitas, que nunca fueron los mejores atletas de sus equipos, tuvieron que aprender a salvarse de la presión de una sola manera: lanzar el balón lo antes posible. Tuvieron que, desde chavales, aprender a leer las defensas rivales y a buscar las segundas, terceras y cuartas opciones de pase lo más rápido posible. Porque, si tardasen más de 4 o 5 segundos como mucho en soltar el balón, estarían plantados con la espalda en el suelo y con un defensive tackle sentado en su pecho.

Pero cuando hablamos de esta nueva generación de quarterbacks móviles, su aprendizaje fue muy diferente.

Michael Vick, Cam Newton, RGIII, Colin Kaepernick siempre fueron los mejores atletas de sus equipos. Tenían más capacidad física que sus receivers, corners, linebackers, running backs… Jugaban dos o tres deportes en altísimo nivel y pudieron tener el lujo de elegir en qué liga profesional jugarían. Durante toda la vida, cuando cogían el snap, miraban al campo del oponente, no veían las cosas muy claras y presentían la llegada del defensive end sediento de sangre, en vez de seguir con la progresión de sus opciones de pase, lo más normal y natural para ellos era poner el balón debajo del brazo y correr.

¿Por qué no, si él es el tío más ágil, rápido e inteligente en el campo de juego? Paciencia es algo que Vick, Newton, Griffin o Kaepernick nunca necesitaron tener.

Pero en la NFL las cosas son muy diferentes.


El gran Steve Young, uno de los mejores quarterbacks de la historia, tiene una frase célebre sobre la diferencia del nivel entre la NFL y el fútbol americano universitario: “En la universidad, todos mis receivers estaban libres de marcación. Cuando llegué a la NFL, no veía a ninguno libre. Todos estaban marcados”, explica el miembro del hall de la fama, sobre como jugar en la NFL es un desafío que solo los mejores sobreviven.

Durante esta temporada he hablado aquí unas cuantas veces sobre como Cam Newton ha perdido el valor que tenía para fantasy en el pasado, porque sus entrenadores decidieron que él, finalmente, necesita aprender a tener paciencia en el pocket. Newton y Kaepernick están pasando por momentos muy parecidos, están teniendo que aprender, en el más alto nivel, algo que Brees, Manning, Brady o Ryan aprendieron cuando estaban todavía en el instituto. A plantar el talón en el pocket y no correr.

Ahora, en el caso de Kaepernick, hay que añadir un segundo factor, la autoconfianza.

Es imposible saber si tiene que ver con el proceso de aprendizaje, con la falta de receivers de alto nivel o con el conocido síndrome del segundo año, cuando ya no sorprendes y las defensas pasan a explotar sus defectos y forzar que juegues de manera incómoda. Sea por lo que sea, desde el partido contra los Seahawks, es evidente que Colin Kaepernick no tiene la misma confianza para lanzar el balón como tenía el año pasado, o contra los Packers este año.

Basta con buscar los videos de los playoffs del año pasado o en los partidos contra los Bears y Patriots, por ejemplo. Más que su capacidad de correr, lo que más impresiona es el “ojo del tigre”, las ganas, la osadía. Desde el pocket, el chaval lanzaba cohetes en pequeños huecos y con anticipación casi con los ojos cerrados para Michael Crabtree, de manera instintiva. Y es imposible saber por qué su confianza no es la misma.


¿Mi opinión?

Yo creo que tiene que ver con otra característica natural de los grandes atletas. Durante toda su carrera colegial y universitaria, ellos siempre fueron los mejores y las cosas siempre vinieron con una cierta facilidad.

Existe una expresión del mundo del béisbol que dice que “las Minor Leagues existen para que un jugador pase por dificultades”. Si un jugador siempre ha tenido éxito en todos los deportes, todas las ligas y todos los equipos en los que ha pasado, no sabes cómo va a reaccionar cuando la encuentre al llegar a un nivel más alto. Puede que Kaepernick esté pasando por un momento como este. Por eso los 49ers están jugando de forma tan conservadora, intentando proteger su joven quarterback en un momento de fragilidad.

Ahora, lo bueno del deporte es que las respuestas no tardan en llegar.

El próximo domingo los 49ers van a Nueva Orleans para enfrentar a unos Saints que vienen de jugar contra los Cowboys quizá el mejor partido de cualquier equipo en la temporada 2013. San Francisco tendrá que abrir su juego y marcar puntos si piensa en ganar este partido. Y eso significa poner el balón en las manos de Kaepernick como lo hizo hasta el partido contra Seattle. ¿Cómo responderá Kap? Dentro de dos días lo veremos.