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Canal+ (semana 8) y la importancia de un buen guión

Mariano Tovar

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Antes de hablar de otros temas, no os olvidéis de que esta semana los partidos empiezan con una hora de adelanto en España. La semana que viene, cuando vuelvan a sincronizarse los horarios entre EEUU y Europa, todo volverá a la normalidad. Dicho lo anterior, hoy quería entrar, aunque sea de modo colateral, en alguno de los debates que se han abierto en los comentarios en los últimos días.

Pero antes de empezar, la programación de Canal+.

Domingo

Patriots-Dolphins 18:00 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).

Broncos-Redskins 21:25 directo (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).

Vikings-Packers 01:30 directo V.O. (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).

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Lunes

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Vikings-Packers 22:00 diferido (Sportmanía).

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Rams-Seahawks 01:40 directo (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD). 

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También podéis encontrar la programación actualizada en http://www.canalplus.es/NFL/

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Puede que esté equivocado, pero siempre me ha gustado desmitificar la NFL. En nuestro subconsciente tendemos a ver cada equipo como una máquina perfecta en la que cada jugador se sabe de memoria cada variación de un libro de jugadas más gordo que la enciclopedia británica, cada entrenador está permanentemente inventando nuevas jugadas infalibles y todos los protagonistas bailan sobre el emparrillado al ritmo de un vals letal.

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Ni de coña. No me lo creo. Solo hay que ver lo escasos que son los entrenamientos tanto en primavera y verano como durante la temporada regular, para darse cuenta de que la improvisación es un factor mucho más importante que esa precisión matemática que imaginamos en un mundo perfecto. Como he escrito alguna vez, todos los entrenadores terminan en algún momento de la temporada, o de los partidos, por encomendarse a sus jugones para que arranquen una victoria. Por poner un ejemplo, siempre juzgamos el ataque de los Pats como uno de los más sofisticados de toda la NFL. Seguro que es verdad, pero hace dos semanas Tom Brady cantó el mismo audible en tres downs seguidos. Era una carrera exterior por la derecha. Incluso el locutor estadounidense hizo una broma antes del tercer intento, en cuanto Brady cantó la palabra mágica, insinuando que hacer lo mismo por tercera vez no parecía muy inteligente. Otro ejemplo: los Ravens, hace uno o dos partidos, se jugaron cuatro downs en la yarda uno rival haciendo prácticamente la misma jugada en los cuatro intentos. ¿Tanta ciencia para eso? ¿Es verdad que hay tanta sofisticación táctica en la NFL?

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Voy a hacer un resumen caricaturesco. Quizá no sea muy riguroso, pero creo que no se sale mucho de la realidad. Un entrenador principal quiere jugar de una manera. Aquí entra la calidad de cada uno. Los muy buenos son capaces de jugar de una forma muy diferente según su plantilla, el staff que le acompaña, el rival de turno, etc... Los buenos son capaces de adaptar su sistema favorito según las circunstancias. Los menos buenos son esclavos de una forma de jugar y van con ella a muerte. Independientemente de su calidad como técnicos, todos tienen en pretemporada una idea clara de cómo quieren que juegue su equipo, cuál será el guión básico, el estribillo que marcará la pauta. En función de esa idea, eligen el resto de su staff técnico, con asistentes capaces de poner en marcha ese plan y darle volumen. El tercer objetivo es reunir los jugadores necesarios para el sistema que se va a poner en marcha. Durante la pretemporada se entrena y en temporada regular se aplica, se perfecciona y ajusta según las circunstancias y, al fin, el equipo triunfa o muere con esas ideas.

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No creo que todo el staff se reúna después de un partido para inventar la rueda y encontrar la fórmula mágica que permita derrotar al próximo rival. Simplemente, no hay tiempo para ello. Se estudian los puntos fuertes y débiles del siguiente adversario y se eligen, dentro de libro de jugadas, las soluciones que más daño pueden hacer en los aspectos más frágiles del contrario. El trabajo de ajustar el equipo propio, conseguir que las piezas engarcen, y cubrir las bajas con garantías se come la mayor parte del esfuerzo. En postemporada todo es diferente. Se supone que el equipo propio ronronea como un bólido y los entrenadores sí que hacen un esfuerzo por sacar armas nuevas que sorprendan al rival, pero al final siempre hay que terminar acudiendo al estribillo original. Al guión que se dio como bueno muchos meses antes, en pretemporada.

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A partir de aquí llegan los problemas. Hay entrenadores que, simplemente, no tienen muy claro el guión. Se limitan a reunir un staff de confianza y jugadores suficientemente buenos y esperan que suene la flauta y que, por arte de magia, todas las piezas encajen. Otros tienen claro el guión, pero no tienen los asistentes correctos para ponerlo en marcha, o les faltan jugadores, o cuando lo quieren plasmar sobre el campo descubren que ese guión que tanto les gustaba no funciona. En otros casos, el guión se viene abajo porque los equipos pierden jugadores clave, porque los demás equipos se los aprenden y no les dejan ejecutarlo, porque son irrealizables, porque… Miles de circunstancias pueden influir en que la forma de jugar de un equipo tenga éxito o no.

Un analista, o aficionado a la NFL, puede estar o no de acuerdo con el guión de un equipo. Con su forma de jugar y sus soluciones. En deporte todo es opinable. Lo indefendible es jugar sin un guión. A veces os quejáis de que saquemos conclusiones precipitadas, pero, sin olvidar que todo el que tiene boca se equivoca, esas opiniones lapidaras casi siempre llegan ante la evidencia de que un equipo no sabe muy bien a lo que está jugando. Ahora, pasemos a ejemplos prácticos, que se entienden mucho mejor.

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Algunos criticáis que desde el primer día todo el mundo le diera palos a los Jaguars o a los Bucs sin darles una oportunidad. El motivo es muy sencillo: desde el primer momento estuvo muy claro que esos dos equipos no tenían un guión. Que estaban improvisando. Les veías jugar y no sabías muy bien qué es lo que buscaban. El football no es una sucesión de jugadas en busca de la red zone. Es mucho más que eso. Durante todo este año estos dos equipos han saltado al campo domingo tras domingo en busca de primeros downs sin más. No hay un hilo conductor, un plan, un estilo. O al menos, la mayoría no somos capaces de verlo.

Un ejemplo curioso es el de los Giants. En este caso no es que falte un plan, simplemente está agotado. La NFL ya se sabe de memoria el guión de Coughlin y éste no es capaz de renovarlo dentro de ese equipo por muchas vueltas que se le da a la plantilla. Quizá si se marchara a otro, y empezara de cero, volvería a tener éxito. De hecho, el guión de sus Giants se parece como una gota de agua al que ya aplicó hace muchos años en los Jaguars. Cuando Coughlin se marchó de Jacksonville, el proyecto estaba tan agotado como ahora y, sin embargo, fue capaz de renovarlo en un nuevo equipo, actualizarlo y ganar dos Super Bowls con él.

Otro ejemplo puede ser el de los Browns. Desde primavera tanto su staff técnico como el general manager repitieron una y otra vez que éste iba a ser un año de transición, que no tenían los jugadores que necesitaban para el sistema que querían imponer, y que nadie le pidiera peras al olmo. Sin embargo, durante tres partidos sucedió un milagro que nunca ocurre. Algo así como tirar al aire un montón de libros y que caigan al suelo ordenados alfabéticamente. Con la llegada de Hoyer todas las piezas casaron milagrosamente. El milagro se diluyó tan rápido como llegó con la lesión del quarterback, pero sirvió para que todos nos diéramos cuenta de que, detrás del caos aparente, hay un objetivo. Por eso, ahora tengo muchas esperanzas en los Browns de 2014. Creo que sí hay un plan en marcha, que dentro del equipo lo tienen muy claro, y que se está trabajando con coherencia para poder implementarlo. Solo hace falta que en la próxima offseason consigan reunir los jugadores que necesitan para que funcione.

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El ejemplo inverso es el de los Vikings. Y por eso dije el lunes que su entrenador estaba amortizado. Todo el mundo pensaba que el guión del equipo estaba claro, pero la rápida caída de Ponder (lo de su lesión me parece desde el primer momento una cortina de humo) demuestra que Frazier no está a gusto con el traje, o está rodeado por un staff en el que no confía. Me remito a un comentario hecho por uno de vosotros el otro día en el blog y a la mayoría os pareció correcto. Decía algo así como que los Giants se habían limitado a cerrar la puerta a Peterson para obligar a los Vikings a ganar pasando, que insistir con la carrera hubiera sido un error y que se entendía que Frazier hubiera intentado ganar con Freeman. El argumento es muy redondo, pero equivocado. Desde la llegada de Peterson a la NFL, todos los rivales han acumulado ocho y nueve defensas en la caja. Ese es el pan nuestro de cada día en Minnesota. Los Giants no inventaron nada nuevo. De hecho, Peterson siempre ha tenido muchísimas carreras sin ganancia o para pérdida de yardas por partido, sin que importara demasiado. El secreto siempre ha sido tener un quarterback capaz de sacar petróleo de esa circunstancia. Además, cuando Peterson llama con insistencia a la puerta, termina por abrirla. A partir de ese instante tiene la iniciativa y empieza a acumular yardas con avidez. Ese es y ha sido siempre el plan de los Vikings. El problema ha sido que muy pocas veces han contado con un quarterback con la calidad suficiente para aprovechar ese trabajo de demolición de Peterson. Los defensores de Ponder argumentan que su estilo es el perfecto para el guión de los Vikes. No es maravilloso pasando, pero el equipo solo necesita solvencia. Además, con su movilidad puede sacar mucho más partido que un QB estático a los agujeros que abre Peterson cuando arrastra a toda la defensa. Por último, Ponder tiene claro el guión. El ejemplo de lo que digo lo vivimos en año pasado, cuando Ponder fue determinante en los peores partidos estadísticos de Peterson. El motivo es que todo el equipo sabía a lo que jugaba y era capaz de convertir en una ventaja el que las defensas rivales se obcecaran en frenar al corredor. Con esto no quiero defender a Ponder, al que seguiré criticando siempre porque, aunque me parece que tiene éxito explotando su movilidad, no es capaz de lanzar con solvencia y regularidad. Lo que está clarísimo es que la búsqueda insensata de un QB a la que se ha lanzado Frazier mediada la temporada es un despropósito que, en mi humilde opinión, demuestra que no creía en su guión inicial y lo único que está consiguiendo es que el equipo esté perdido y él sentado sobre una olla a presión. Por último, la plantilla de los Vikings ha demostrado en los últimos años que se implica a muerte cuando hay un guión claro, pero que baja los brazos cuando no sabe cuál es el camino.

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El ejemplo contrario pueden ser los Steelers. Creo que ahora mismo no saben qué camino seguir. No está muy claro a lo que juegan exactamente. Sin embargo, por carácter, son capaces de mantener una intensidad inimaginable en la mayoría de las franquicias en las mismas circunstancias. Los de Pittsburgh están en una situación complicada, pero todos sus jugadores se dejarán el alma en cada partido por mucho que no sepan a lo que están jugando. También ayuda contar con un quarterback tan bueno como Big Ben, capaz de poner en marcha un ataque desnortado, tirando de genialidad. No creo en estos Steelers porque veo uno de sus partidos y no sé muy bien lo que pretenden, pero asumo que serán capaces de ganar más partidos de lo que deberían con sus limitaciones, a base de paladas de corazón y genialidad en una posición clave.

Hay guiones que, simplemente, no es fácil que funcionen. El ejemplo puede ser el de Chip en los Eagles. Llegó a la NFL con un plan fresco y espectacular, pero él mismo se está dando cuenta de que el mundo profesional es mucho más complicado que el universitario y que con su primer guión no es suficiente. Ahora está dando marcha atrás poco a poco, convirtiendo su radical plan inicial en un híbrido que está perdiendo el sentido poco a poco. No pretendo criticar a Chip, he lo ha hecho pasar muy bien, pero sigo pensando lo mismo que en pretemporada: aguantará un año más en la NFL, intentando que su utopía funcione, y en 2015 volverá a entrenar a un equipo de la NCAA en un camino que ya han recorrido antes otros gurús universitarios.

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Otro ejemplo de guión son los Saints. El año pasado faltó el entrenador principal y nadie supo heredar la idea de equipo que tenía Payton. Los Saints acumulaban yardas… y derrotas. Una vez más, te sentabas a ver uno de sus partidos y no tenías muy claro lo que estabas viendo. No entendías el por qué de cada decisión. Eran jugadas deslavazadas sin orden ni concierto. Eso es lo que ha cambiado de un año para otro. Ahora les ves jugar y entiendes cuál es el camino. Si a alguno le parece que todo lo que estoy contando es una tontería, que se descargue un partido de la temporada pasada, lo vea, e inmediatamente se ponga a ver uno de este año. Lo va a entender de inmediato. Insisto, el football no es una sucesión de jugadas sin ton ni son. Es como una historia que fluye y el que gana suele ser el que consigue que fluya con más naturalidad.

Y para ver cambios de guión, Es divertido descubrir cómo Jim Harbaugh pensó que podría reinventar a los Niners alrededor de Colin Kaepernick y cómo ha dado marcha atrás después del fracaso de las primeras semanas. Dar marcha atrás a tiempo también es un ejemplo de genialidad. Y ahora, de repente, todos entendemos a los 49ers. Les vemos jugar y sabemos lo que nos quieren contar. En las primeras derrotas, los aficionados intentaban buscar los motivos en falta de compromiso, errores puntuales... el problema era más sencillo: los 49ers no estaban jugando a nada. En esas circunstancias es imposible encontrar culpables con acierto. Ningún actor puede recitar un guión que no ha leído.

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Podríamos estar aquí durante horas y horas, analizando los guiones de cada equipo y las razones de su éxito o fracaso. Como siempre os digo, para mí el football nunca han sido estadísticas, sino sensaciones. Si digo que un jugador o un entrenador no me gustan, o le critico con fiereza, es porque le veo en el campo y desentona, chirría, no pega. Es un bailarín desacompasado en el vals. El otro día os sorprendía que criticara a Stafford en su trabajo contra los Bengals, a pesar de sus números, aparentemente buenísimos. Os recomiendo que volváis a ver el partido y os daréis cuenta de que Stafford simplemente no condujo el ataque, solo lazó pases. Ser quarterback es otra cosa. Big Ben ha tenido muy pocas veces cifras estratosféricas y, sin embargo, cuando le dan un buen guión sabe mover el ataque con una autoridad, un saber estar, que transciende las estadísticas.

Y ya que estamos, y aunque no tenga que ver con el hilo del artículo, quiero disculparme ante los aficionados de Cincinnati, pero los Bengals llevan siendo mucho tiempo un equipo demasiado complicado para mi limitado entendimiento, y sus aficionados son censores demasiado voraces. Lleváis años criticando que hablo poco de ellos, y entiendo que podáis tener razón, pero por mucho que os duela, hasta ahora han sido un equipo que casi siempre me ha desconcertado. Y no soy el único. Cuesta entenderlos, y emocionarse con ellos, si no sientes muy dentro sus colores. Cada verano temo el día en que tengo que escribir su previa y, posiblemente, es a la que dedico más horas de trabajo y estudio de las 32, desde que dejaron de ser un equipo de balas perdidas y se convirtieron en un bloque competitivo. No es porque no vea sus partidos, que llevo tiempo intentando desvelar sus incógnitas sin éxito. Además, casi siempe que he intentado adentrarme en sus complejas interioridades, he salido escaldado por sus exigentes seguidores, que sois los mismos que criticáis que lo ningunee. Si no os gustan los comentarios que hago sobre sus partidos cada martes, estaré encantado de publicar cada semana el análisis en tres líneas que me quiera enviar quien se sienta ninguneado, pero como ya expliqué alguna vez, cada comentario es un apunte de lo que me ha llamado más la atención y no pretende ser una crónica exhaustiva.

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Para terminar con esta perorata interminable, pero que espero que os sirva para entender mejor la forma como yo lo veo la NFL, quería centrarme en los Chiefs. Quizá el ejemplo perfecto de lo que es un guión bien hecho. Están formados por un entrenador venido a menos al que todo el mundo consideraba acabado, un quarterback sin ningún prestigio y una plantilla reforzada en gran parte por jugadores desechados por otros equipos. Sin embargo, se han convertido en la sensación de la temporada.

Siempre he considerado a Andy Reid uno de los mejores entrenadores de la NFL. No me estoy subiendo a ningún carro. Los que me leéis desde hace muchos años sabéis que le he defendido como un genio incluso en sus peores momentos. Solo le critico que durante años sacrificara su guión favorito para dar cabida primero a McNabb, y después a Vick. Cuando Alex Smith estaba en los 49ers siempre le puntuaba con un cero redondo en la previa, pero porque para mí él era una nota discordante en el guión de Jim Harbaugh. También escribí muchas veces que Smith sí podía ser un factor en una west coast clásica. Su movilidad y su facilidad de lectura en rutas cortas le convierten en un QB muy peligroso en un sistema que le ayude. El guión de Andy Reid es sencillo, transparente, y esos son los más difíciles de contrarrestar, porque no dejan nada expuesto. Están acorazados. La defensa tiene éxito porque sabe a lo que juega y porque está muy protegida. Pasa muy poco tiempo en el campo. Cada vez que sale al emparrillado está fresca y puede jugar con la máxima intensidad en cada snap. El ataque quizá no sea muy anotador, pero busca y consigue guardar el balón durante muchos minutos y controlar el reloj. No hay mejor manera de defenderse que evitar que el ataque contrario salga a jugar. El problema de este guión, que está funcionando a la perfección hasta el momento, es que, en algún instante, un rival conseguirá que la defensa de los Chiefs pase demasiados minutos en el campo, o que el ataque necesite ir más deprisa para mantenerse en el partido. Entonces veremos si de verdad el guión de Reid es tan bueno, y tiene soluciones para cualquier circunstancia.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl