Una imagen, una frase (semana 2)
Si yo fuera Brady tampoco hubiera podido evitar enfadarme con mis receptores. En Boston se consuelan por el buen papel de la defensa, pero no puntualizan que enfrente estaban unos inoperantes Jets.
Roddy White buscando el gol del cojo, Julio Jones tocado, Steven Jackson visto y no visto, Asante Samuel dañado… y Matt Ryan demostrando en un partido portentoso que es un grande de esta liga. La segunda parte, con los Rams haciendo la goma, sobró tras el meteórico 24-3 en el descanso.
Por segunda semana consecutiva, los Panthers perdieron un partido que tenían ganado y desaprovecharon a Newton por empeñarse a convertirle en un pocket passer. Por segunda semana consecutiva, EJ Manuel les devuelve la ilusión a unos Bills que no veían una remontada final tan increíble desde tiempos de Jim Kelly.
Inexplicablemente, los Bears necesitaron un touchdown en el último segundo para ganar un partido en el que jugaron más y mejor, pero que se mantuvo igualado entre retornos para touchdown, fumbles rocamblescos y tormentas tropicales. Mi amigo Ponder, una vez más, homérico.
Que nadie se preocupe, los Ravens son horrorosos, pero solo tienen que mantenerse con un récord apañado y cambiar de coordinador ofensivo a finales de noviembre para lanzarse a la batalla por el anillo. Cada vez me pregunto más por qué eligieron los Browns a Trent Richardson hace dos draft si no querían usarlo.
Alex Smith como a él le gusta. Pasecitos a la mano y carreritas cuando viene a cuento. Sin arriesgar, sin meterse en líos. No hizo falta. Ya estaba ahí la magnífica defensa de estos Chiefs para aletargar a unos insulsos Cowboys. A estas alturas, los Chiefs ya han ganado los mismos partidos que en toda la temporada pasada.
Los Packers se vengaron de la derrota inaugural pasando sobre los Redskins como un rodillo. Rodgers lo completaba todo donde quería y cuando quería y el único disgusto es la lesion de Lacy, que no lo fue tanto tras el partidazo de Starks. Pero lo interesante está en la otra acera. Griffin sigue fuera de forma, o simplemente no acaba de digerir su nuevo papel de QB estático, y la defensa decente de hace doce meses se ha vuelto un coladero sin la ayuda de un ataque dominante.
En Houston estamos viviendo un cambio generacional. El relevo de Foster y Andre Johnson parece haber llegado con Tate y el sorprendente Leandre Hopkins, que firmó la victoria de Houston en la prórroga con una actuación asombrosa. Los Titans, sin hacer nada del otro mundo, se encontraron con la victoria en la mano gracias a una intercepción a Schaub tras un lanzamiento lamentable, pero terminaron perdiendo con merecimiento.
Un último apunte. Lo de Bullock es de película de miedo, y entra en la leyenda negra de los patéticos kickers de Houston. Menos mal que no necesitaron depender de él para ganar en el tiempo extra. Su patada ganadora probablemente hubiera salido picuda por un lateral.
Ryan Tannehill se disfrazó de Andrew Luck para jugar su mejor partido como profesional. Eso sí, después de criticar durante tanto tiempo a la porosa línea ofensiva de los Colts, me pregunto si la de Miami es mucho mejor.
El ‘Chip way of live’ mola, pero me temo que alegra más a los jugadores de fantasy que tienen a Vick, McCoy y DeSean Jackson en sus plantillas, que a los auténticos aficionados de los Eagles, que ven que su defensa es un coladero. De eso se aprovecharon unos ilusionantes Chargers, con Rivers, Matthews y Gates renacidos, que pudieron sentenciar en la primera mitad y terminaron ganando de milagro. Malcom Floyd volvió a San Diego con el equipo y todo quedó en un susto.
Hubo un antes y un después a la lesión de Reggie Bush en el segundo cuarto. Los Lions confiados en ataque, con juego alegre y variado de la primera mitad volvieron a ser el equipo agarrotado y sin ideas de la temporada pasada durante la segunda parte. Mientras tanto, los Cardinals, a lo suyo, han encontrado la simbiosis perfecta. Son felices con un Mendenhall y un Palmer que han recuperado en Arizona la alegría por jugar.
Definitivamente, los Bucs son el equipo caótico de la temporada. Su partido contra los Jets de la semana pasada estuvo plagado de errores y ante los Saints se ha repetido la epidemia. Lo bueno para ellos es que su mal es contagioso y sus rivales cometen tantos errores o más que ellos. Sé que me pongo muy pesado con el tema, pero Brees intentó 46 lanzamientos, su equipo solo corrió en 20 ocasiones y pese a las 322 yardas de pase la victoria llegó de milagro e in extremis. Sin balanceo no hay ritmo y, curiosamente la defensa también baja su rendimiento.
“Hermanito, ya se que esto te lo he preguntado alguna vez antes, pero ¿cómo coño hiciste para ganarle dos Super Bowls a los Patriots?”
Si yo viviera en Jacksonville, también me manifestaría en el aparcamiento del estadio pidiendo el fichaje de Tebow. Y ya puestos, también haría lo mismo si viviera en Oakland. Es imposible que Jaguars o Raiders jugaran peor con él y por lo menos se reirían.
Marshawn Lynch atropelló a unos Niners que nunca se sobrepusieron a los errores de Kaepernick ni a la intimidación del CenturyLink.
Ya no quedan dudas. Los Steelers pelearán por un puesto de honor en el draft. Su ataque es inoperante. No tienen carrera, ni línea, ni a Big Ben le apetece demasiado luchar en batallas perdidas. Su defensa no es mucho mejor, y no se fueron con un carro de puntos en contra porque Dalton pareció contagiarse de la mediocridad de sus rivales.
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