Power Ranking TOP 10 (semana 1)
Por eso, ahora más que nunca un equipo que aspire a disputar la Super Bowl necesita un quarterback capaz de cargar con el peso del ataque. Los administradores de juego que acompañaban a un bulldozer capaz de desequilibrar la balanza han pasado a la historia. Y también por eso, en la jornada inaugural me he querido fijar especialmente en el juego de algunos quarterbacks, porque lo que hagan sus equipos en los próximos cuatro meses estará muy en consonancia con su rendimiento.
Uno de los quarterbacks
que más me ha gustado esta semana ha sido E.J. Manuel. Para ser novato, se le
vio sobrio y en el sitio conduciendo a los Bills. Aún es pronto para lanzar las
campanas al vuelo, pero quizá sea ese quarterback que llevan buscando algún
tiempo. Si lo del domingo no fue un espejismo, él puede ser el factor que
desencasquille a este equipo y que le haga crecer de una vez. Después de la sorpresa Manuel, una decepción
que comienza a ser preocupante: Andy Dalton. Tiene una de las técnicas de pase más
depuradas de la NFL. Apoya
bien el pie, mantiene los hombros paralelos al suelo con la postura adecuada
para lanzar, cuando saca el balón tiene el brazo en lo más alto... Verle pasar
desde una toma trasera es una maravilla, pero luego no toma las decisiones más
adecuadas durante los partidos. Pese a su calidad innegable, se está quedando uno
o dos peldaños por debajo de sus posibilidades.
Después de disfrutar de
la estética de Dalton, es casi una tortura ver jugar a Terrell Pryor. El
quarterback de los Raiders es una farsa incluso mayor que Geno Smith. Es todo
lo contrario que Dalton. La antípoda de la elegancia. Reúne en su mecánica todo
aquello que nunca debería hacer un quarterback. En este caso el factor ‘quarterback
móvil’ carece de importancia. Ni aunque corriera como una exhalación durante toda
la temporada podrá triunfar en los Raiders. Mariano, si tu amigo Matt Flynn no
es el titular en este equipo, es que debe ser un espanto.
El que parece recuperado tras una temporada gris es Matthew Stafford, que al menos en el primer partido recuperó la línea de hace dos temporadas. Esta vez rindió a muy buen nivel desde el primer minuto, tuvo buenas lecturas y excelentes elecciones de pase. Que lanzara balones a ocho receptores diferentes, y solo cuatro pases de los 28 completados a Calvin Johnson, demuestra que en estos Lions han cambiado muchas cosas en los últimos meses.
La actuación de Robert Griffin es la explicación empírica de que un jugador de la NFL deba llegar en condiciones a la pretemporada para rendir al máximo desde el primer partido de temporada regular. Los plazos de su operación provocaron que llegara muy justo a los partidos de agosto y Shanahan tampoco quiso arriesgar dándole minutos. La consecuencia fue que le faltó ritmo, precisión y compenetración con sus compañeros. Todo lo contrario sucedió en los Eagles. Vick, ¡por fin! puede jugar en un sistema que le beneficia y explota todas sus virtudes sin necesidad de hacerle depender de sus piernas. Muchos hacen apuestas sobre la semana en que se lesionará, pero creo que Chip protegió a Vick ante los Redskins como no lo ha hecho nadie desde hace mucho tiempo.
Y para terminar, una
mención a Bradford. Jugó un partidazo, y ahora sí que parece tener a su
alrededor las armas que nos permitan descubrir la joya que se esconde detrás de
un jugador que nunca ha alcanzado las expectativas. Ahora hay que esperar a ver
si su conexión con Cook es real o flor de un día, pero ni siquiera ese tiene
por que ser un factor decisivo en estos Rams.
Y a partir de aquí, mi ranking tras la semana 1:
1. Denver Broncos. Mientras Manning lleve hombreras y casco, su equipo, sea el que sea, será siempre aspirante y favorito, por muchas carencias que pueda tener, lo que no es el caso de unos completos Broncos.
2. San Francisco 49ers. Me gustó Kaepernick infinitamente más que el año pasado. Su mejor arma son las piernas, pero demostró que también puede ganar con claridad sin recurrir a ellas.
3. Green Bay Packers. A pesar de las críticas que haya podido recibir Rodgers en pretemporada, hoy por hoy es el mejor quarterback de toda la NFL. Perder frente al máximo favorito de la conferencia, en Candlestick Park, por menos de una anotación y con opciones hasta el último instante, no es ningún drama.
4. Houston Texans. Matt Schaub ha sido incapaz de remontar un partido con solvencia en toda su carrera. Por eso quizá haya que marcar su actuación frente a los Chargers como un punto de inflexión. Es verdad que San Diego cavó su propia tumba, pero él lanzó para casi 350 yardas y la gran mayoría fueron en la segunda mitad, a ritmo de remontada y con más intención de la que nos tiene acostumbrados.
5. New Orleans Saints. Con el retorno de Payton, los Saints han vuelto a ser lo que eran: pase largo y letal dentro de una historia de terror y no de un guión deslavazado. Brees no solo lanzó, también disfrutó.
6. Chicago Bears. La conexión Cutler -
Marshall continúa intacta, pero parece que este año se pueden sumar más nombres
a la fiesta. Ojo a Jeffery.
7. Seattle Seahawks. El partido lo ganó la defensa, que ahogó a Cam Newton en cada jugada. Me decepcionó la primera mitad de Russell Wilson y le dejo bajo sospecha por mucho que se entonara tras el descanso.
8. Dallas Cowboys. La sobriedad nunca ha sido una virtud de Dallas en Jerry Jones, por eso sorprende que en el mundo de la exuberancia asentaran la victoria con una defensa muy seria y un ataque seguro sin estridencias.
9. Atlanta Falcons. Matt Ryan acumuló más de 300 yardas de pase, pero en los momentos decisivos le faltó la frialdad a la que nos tenía acostumbrados en el pasado. Los Falcons fallaron estrepitosamente en los momentos clave y Matty fue menos ‘Ice’ que nunca.
10. Philadelphia Eagles. En la primera mitad fueron una apisonadora en ataque y en defensa. Mi duda es si aguantarán con ese nivel primero un partido entero, y después toda la temporada.
Pero por encima de todos: ¡¡Viva los Vikings aunque pierdan!! Que de Ponder prefiero no decir nada, porque la fe es lo último que se pierde.