Algunos detalles del Broncos 49 – Ravens 27
Visto el resultado final, parece que el partido fue un baño. La realidad es que todo explotó durante el tercer cuarto, y antes con la lesión de Oher, pero más allá de los fuegos artificiales, los Broncos tienen un problema con el juego de carrera y con la presión al QB rival si no está Von Miller.
Hay una gran polémica en EEUU porque a partir de este año las televisiones tienen permiso para entrar hasta el vestuario antes del inicio, durante el descanso y al final del partido. Entrenadores y jugadores están totalmente en contra. Entiendo sus motivos, pero muchos descubrimos ayer, gracias a esas imágenes, que, por ejemplo, los árbitros cachean aleatoriamente a jugadores para ver si llevan protecciones ilegales o se aplican sustancias en el cuerpo y la ropa que dificulten los placajes o agarres del rival. Fue un buen detalle para empezar.
El tercer drive del partido fue una exhibición de Vonta Leach. Abrió una autopista para una carrera de 14 yardas de Pierce, consiguió una recepción de cuatro yardas y, minutos después, culminaba la serie con un touchdown de 2 yardas. Ahí no terminó su actuación. Tuvo gran parte del mérito en el touchdown de Rice del segundo cuarto. Vonta debería hacer una anuncio con el lema: “ponga un fullback en su vida”.
362 yardas, dos touchdowns y dos intercepciones no son números espantosos, sobre todo porque la última intercepción sucedió cuando el partido estaba muriendo. El problema es que los Ravens volvieron a caer en los mismos problemas de la pasada temporada regular. Por muy bueno que sea Flacco, no es capaz de sostener un partido con 62 intentos de pase y solo 21 de carrera. Es una barbaridad. Además, el QB no conseguía pases largos que hicieran daño y sus lanzamientos casi nunca acompañaban la trayectoria de los receptores, que debían frenarse o cambiar de dirección para llegar al balón. Flacco volvió a ser insípido y con ese plan de juego necesita el juego eléctrico de los pasados playoffs.
En el partido hubo varios momentos clave. Uno fue la recepción de Welker que los árbitros dieron como buena y John Harbaugh no quiso revisar pese a que se vio de inmediato que el balón había tocado el suelo. Ese drive acabó con touchdown de Denver. Otro momento decisivo llegó justo antes del descanso, cuando Dallas Clark dejó caer un balón sencillo que hubiera terminado en Touchdown. Los Ravens se hubieran ido al descanso 14-21 y la marea naranja del tercer cuarto no hubiera cerrado el partido.
Pese a ese drop, Clark se reivindicó con 87 yardas, Rice se consoló por la falta de oportunidades terrestres con ocho recepciones, Stokley oxigenó mientras los Ravens estuvieron vivos y Marlon Brown, el rookie, hizo un partido magnífico con 65 yardas y un touchdown. No hay que perder de vista al chaval, al menos ayer tuvo el aura eléctrica de los jugadores buenos. El único que decepcionó fue Torrey Smith.
En el punto anterior hablo de la decepción de Torrey Smith pese a sus 92 yardas en cuatro balones atrapados, pero es que Flacco le estuvo buscando sin éxito todo el partido. Cromartie se pegó a él como a una lapa y terminó por desquiciarle (también Tony Carter, como se ve en la imangen). Con Smith colapsado, los Ravens se quedaron sin los latigazos profundos con los que ganaron a los Broncos en enero. Nadie en Denver añoró al lesionado Bailey.
Los Ravens tuvieron el partido controlado hasta que mediado el segundo cuarto se lesionó Michael Oher. Creo que esa fue la auténtica clave del partido. A partir de ese momento la línea ofensiva de Baltimore se hundió completamente. Flacco, que había tenido todo el tiempo del mundo, comenzó a jugar bajo presión constante y las rutas para la carrera se cerraron a cal y canto. El ataque visitante colapsó por la baja de su tackle derecho y ya no volvió a levantar cabeza. Los tres touchdowns seguidos de Denver al inicio del tercer cuarto tuvieron como réplica tres series de tres y fuera con un sack… y un punt bloqueado en la propia yarda 10.
Peyton fue de menos a más. En los primeros momentos se obsesionó con Welker. Es lógico, las rutas cruzadas del receptor son brutales. Enseguida toma distancia con su cornerback, corre entre líneas por lo que las ayudas llegan tarde, y siempre proporciona un pase sencillo al quarterback. Pero luego aparecieron el increíble Julius Thomas (los servidores de Fantasy deben estar hoy colapsados por la multitud que intenta ficharle), Demaryius Thomas, el latigazo para touchdown de Caldwell y la labor como receptores (que no como corredores) de Moreno y Hilman cuando estuvieron en el campo. El único que pinchó fue Eric Decker, que tuvo una actuación horrorosa con drops, un fumble que por suerte salió por la banda y muchos nervios durante todo el partido. Posiblemente os parezca precipitada la comparación, pero el grupo de receptores de estos Broncos puede ser tan completo como el de los Patriots de la temporada imperfecta. Hay armas letales para todas las rutas posibles.
67 yardas totales en 21 intentos. El juego de carrera de Denver fue patético. Fox empezó con Moreno, que volvió a demostrar que no es la solución, luego sacó a Hilman, que me gustó algo más, aunque enseguida desapareció de la escena. El novato Montee Ball jugó el último tercio del partido y tuvo un par de carreras interesantes, en las que demostró su rapidez y agilidad, pero también fue secado demasiadas veces. No sé si ese sistema de rotaciones es el ideal para encontrar un ataque terrestre potente. Contra Ravens no hizo falta, pero más adelante pueden necesitarlo. Aunque también hay que decir que la línea no abrió ni una puerta.
Al principio pensé que la jugada tonta sería la de Brynden Trawick, que iba tan cebado con el gunner rival tras un punt que terminó chocando con Jacoby Jones y sacándole del partido. Esguince de rodilla y todos en Baltimore poniendo velitas a los santos. Luego llegó el balón perdido por Welker en otro retorno que provocó un touchdown de los Ravens casi de inmediato. Pero la tontería portentosa, el momento estúpido de la noche, lo protagonizó Danny Trevathan. Consiguió la jugada de su vida en el primer partido como titular de su carrera, interceptó a Flacco, corrió hacia la end zone sin rivales que le pudieran detener… y tiró el balón al suelo cuando ya celebraba el touchdown una yarda antes del entrar en la end zone. Balón para los Ravens en su propia yarda 20 y bochorno inolvidable. De esos que uno recuerda décadas después y le siguen provocando un escalofrió de vergüenza. Todos los años hay un pardillo que hace una parecida en la primera semana. Entonces los entrenadores de todos los equipos ponen el vídeo de la jugada a sus muchachos para recordarles que si hacen algo similar les van a cortar las pelotas. Veréis como ya no hay más tontos hasta dentro de un mes y medio, cuando otro membrillo olvidadizo la liará.
Creo que ha sido un partido típico de las primeras jornadas, en el que hemos visto dos equipos con muchas cosas por ajustar. El ataque aéreo de Denver promete ser así de demoledor todo el año, pero mientras el partido estuvo vivo, la defensa fue incapaz de presionar al QB y nuca tuvo la iniciativa. Además tienen un problema con el juego de carrera. En Baltimore, pese a que estarán desolados, se ha visto que su grupo de receptores es más poderoso de lo que se esperaba, y deberán replantearse el game plan. La gran pregunta es si su defensa contra el pase solo necesita ajustarse o va a ser igual de porosa durante todo el año.
Al menos les queda un consuelo, no tendrán que enfrentarse a Peyton Manning cada semana. Es más, ya solo pueden enfrentarse a él en postemporada, y en cinco meses pueden pasar muchas cosas.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl