ASÍ LOS VEMOS: Seattle Seahawks (NFC Oeste)
Mariano Tovar
Como os he dicho, no hay una explicación racional. Le miro a la cara y me parece un cínico que lo mismo está dando palmaditas y abrazos a un jugador, que le sienta en el banquillo para no volver a contar con él nunca más. Carroll no tiene corazón. Transmite una imagen de colegueo y buen rollito con sus jugadores, pero en el fondo de los ojos se esconde la llama de Terminator. “No problemo”, “I’ll be back”. “Para conseguir mi objetivo me llevo por delante a quien haga falta”.
Así que, después de muchos años acumulando experiencias en su chip indestructible de T-1000, Carroll ya no es solo un depredador, sino también un sabio que para empezar consiguió llevar a los playoffs a un equipo de impostores, y que por el camino recuperó para el football a un buen grupo de mercenarios sin patria. Después, y en una doble voltereta mortal con tirabuzón, se sacó de la manga a un tal Russell Wilson, una especie de sátiro violador de ninfas y sirenas, salido de una pócima en la que se empleó corazón de Doug Flutie y alma de Steve Young. Mi rookie del año particular en 2012. Y eso que me pasé todo septiembre y medio octubre criticando a Carroll por designarle titular. El chavalote completó el 64,1 de los pases que lanzó y terminó con un rating de 100 en su temporada de rookie.
Y todo lo anterior, mientras era protegido por una línea mediocre, y sin contar con un grupo brillante de receptores. Así que este año, en uno de los movimientos más comentados de la temporada, ficharon a Percy Harvin, ya libre de migrañas y con el tobillo curado… y que sufrió nada más llegar una lesión de cadera que necesitó cirugía. Los más optimistas dicen que estará de vuelta para Acción de Gracias. El fichaje fue muy criticado porque Harvin podría solucionar el problema de receptores del equipo, pero crear uno nuevo en el vestuario por su carácter. En mi opinión, en Seattle manda un tipo con el pelo blanco que no tiene ningún problema para comerse al Harvin de turno con patatas al grito de “Sayonara Baby!”.
Se ha discutido mucho sobre cuál fue la mejor defensa de 2012. Yo no tengo ninguna duda: la de los Seahawks. Básicamente porque una defensa está para no encajar puntos, y la de Seattle fue la que encabezó esa estadística. Pero eso no esconde los problemas que tuvieron para frenar la carrera interior. Por eso han hecho un esfuerzo mayor por mejorar la posición. En la agencia libre ficharon a Tony McDaniel y en el draft llegó Jordan Hill con una segunda, Jesse Williams con una cuarta y Jared Smith con una séptima. Todas ellas han sido elecciones muy criticadas, pero viendo el porcentaje de aciertos de Carroll durante su etapa en Seattle, no dudo de su futuro rendimiento.
Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).
Quarterback 5. Es verdad, no le he dado esa nota ni a RGIII, ni a Kaepernick, ni a muchos otros jugadores bajo el argumento de que aún deben demostrar que merecen un sobresaliente, pero estoy profundamente enamorado y, como sabéis, la pasión nubla los sentidos e impide ver los defectos de la persona amada.
Backfield 5. Marshawn Lynch es el tren de mercancías de la NFL actual. Cinco yardas de media en 315 intentos, y con el hándicap de la línea que tenía delante, son una barbaridad. La pareja Wilson-Lynch me recuerda mucho a la que formaron Eddie George y Steve McNair en los Titans que perdieron la Super Bowl contra los Rams. Ambos se compenetraban perfectamente y se aprovechaban de su potencia y movilidad combinadas. Imagino a Fischer contemplando a sus rivales divisionales con envidia. El año pasado eligieron a Robert Turbin en cuarta ronda del draft, y fue un relevo extraordinario y muy prometedor. Por eso sorprende que gastaran su primera ronda en Christine Michael, con lo necesitados que están de un buen defensive tackle. Y en sexta ronda insistieron con Spencer Ware. ¿Cuántos runningbacks necesita Carroll? ¿Para qué los quiere?
Receptores 1. Tras la lesión de Percy Harvin se han quedado, literalmente, con el culo al aire. Pero el año pasado estaban igual y consiguieron sobrevivir. Sidney Rice, Golden Tate, Doug Baldwin y Zach Miller (TE) son currantes del football y no mucho más. Además, Sidney Rice, el teórico número 1, siempre está renqueante o lesionado. En cuarta ronda del draft eligieron a Chris Harper. Quizá esperaron demasiado pora una posición que necesita más los refuerzos que el backfield.
Línea 2. Esta línea tiene una cosa buena: está formada por los mismos jugadores que el año pasado, con lo que está compenetrada. También tiene una cosa mala: esta formada por los mismos jugadores que el año pasado, que son en su mayoría bastante mediocres. Max Unger, el center, es el mejor con diferencia. Russell Okung (LT), que fue elegido para la última Pro Bowl, es casi infranqueable, pero a costa de que vuelen permanentemente pañuelos amarillos a su alrededor. McQuistan y Carprenter competirán por ser el menos malo en el Guard izquierdo. J.R. Sweezy parece una solución temporal para el guard derecho y Giacomini es un chollo en el tackle derecho. ¿Por qué no han invertido más en esta línea durante estos meses?
Línea 5. Yo creo que la lesión de ligamentos de Clemons provocó el pánico en Seattle. De inmediato ficharon a Michael Bennett y Cliff Avril para tener man-eaters de sobra ante cualquier percance. Junto a Red Bryant, el valuarte contra la carrera ya recuperado de su fascitis plantar, formarán uno de los mejores grupos de defensive ends de toda la NFL. Y eso sin olvidar a Bruce Irvin, su elección de primera ronda el año pasado. Como predecían los analistas, solo ha sido un especialista para terceros downs de pase, pero por el camino consiguió ocho sacks. Bendito especialista. Jordan Hill y Jesse Williams, recién elegidos en el draft, competirán con el recien llegado Tony McDaniel y con Brandon Mebane, por los dos puestos de tackle, pero todos tendrán oportunidades. Carroll no para de mover el banquillo para que la intensidad defensiva sea siempre asfixiante. Mucha calidad y mucha profundidad en esta línea.
Linebackers 3. El primer año de Bobby Wagner como linebacker central fue más que esperanzador y K.J. Wright es un magnífico tackle izquierdo tanto en cobertura como protegiendo la carrera. Ambos son jóvenes y tienen mucho potencial, pero les falta un tercer hombre en la derecha tras la baja de Leron Hill por sus problemas legales y personales. Malcom Smith, que en sus dos primeros años no ha tenido casi oportunidades, tendrá que cargar con la responsabilidad. También sorprende que en el draft no buscaran un buen linebacker exterior.
Secundaria 5. El último gran refuerzo de la agencia libre fue Antoine Winfield, que a sus 36 años formará junto a Richard Sherman y Brandon Browner uno de los tridentes de cornerbacks con más talento de toda la NFL. Por si fuera poco, Earl Thomas, un fijo en la Pro Bowl y la pesadilla de Tom Brady al final de los partidos, será el free. Kam Chancellor, el strong, completa la mejor secundaria del momento en la NFL.
Los Seahwks están a un receptor número 1 de ser la mejor plantilla libra por libra de toda la NFL. Tienen un entrenador implacabale y más listo que un ratón colorado, y un quarterback pequeño pero matón. Creo que su defensa es la mejor de toda la NFL con el único lunar del linebacker derecho, que no debería notarse con las continuas rotaciones de Carroll. De hecho, creo que ya tuvieron la mejor defensa el año pasado. Su backfield es un martillo neumático y, por encima de cualquier consideración, todos ellos juegan como un equipo. Un bloque capaz de mutar varias veces a lo largo de un partido, para volver loco al rival e impedir sus ajustes. Y a ver quién es el listo que consigue ganar en el fortín del CenturyLink Field con sus 67.000 tarados aullando sin parar. Creo que los Seahawks son los máximos favoritos para conquistar el anillo y el equipo a batir. Por eso los he dejado para el final. La guinda de 32 previas que empecé a escribir a primeros de mayo y que concluyen en este punto.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
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