ASÍ LOS VEMOS: San Diego Chargers (AFC Oeste)
Mariano Tovar
Pues lo mismo que nos sucede a todos, le ocurre a los equipos de la NFL, en los que cada jugador es parte de un único cuerpo que tiene que rendir al máximo nivel para ser competitivo, pero que acumula achaques si no se renueva. Los Chargers se han hecho viejos, casi ancianos. Tienen demasiados jugadores acabados, lesionados, fracasados, aburridos o rendidos. Norv Turner se marchó por fin, pero cuando cedió los trastos a Mike McCoy, le entregó un geriátrico sin futuro. Después de seis años en los que sí tuvo a su disposición un equipo con aspiraciones, sin saber muy bien lo que hacer con él, Turner abandona el barco cuando está a punto de hundirse. Así es Turner, una trayectoria cíclica en la que triunfa como coordinador ofensivo para fracasar de inmediato como entrenador principal. Redskins, Raiders y Chargers ya le han sufrido. Aún estamos a tiempo de que algún otro vuelva a caer en la trampa.
En la agencia libre han hecho una profunda limpieza de corrales que en algunos casos es, cuanto menos, cuestionable. Louis Vasquez, un magnífico guard al que nunca debieron dejar ir, y Tyonne Green, otro buen guard que ha ido a más cada año, son, al menos a priori, mucho más interesantes que los cuatro refuerzos que han llegado en la agencia libre. Rinehart, Dunlap, Max Starks y Ohrnberger no mejoran casi nada. Como Chargers y lesión son sinónimos, Melvin Ingram, su elección de primera ronda de 2012, el hombre que debería liderar la defensa durante los próximos años, el presunto man-eater que en su primer año consiguió un solitario sack, se lesionaba para todo el año durante la pretemporada. Entonces decidieron parchear fichando a un Dwight Freeney con 33 añazos que ha fracasado estrepitosamente en la 3-4 de los Colts. Un jugador que puede estar acabado, y que jugará en un sistema en el que no está a gusto, es la solución de urgencia. Por el camino quedaron Shaun Phillips y Antwan Barnes, que se marcharon en la agencia libre y ahora son añorados.
Podríamos seguir así posición por posición. Es increíble la cantidad de titulares con un largo historial de lesiones, que vienen de una lesión de larga duración, o que, simplemente, están acabados. Como os decía, el cuerpo de un viejo en el que ya todos son achaques.
Mike McCoy ha heredado un equipo anciano con un pie en la tumba y eso no tiene cura
Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).
Quarterback 3. Ahora me parece increíble que el año pasado le pusiera un sobresaliente. Rivers parece acabado a los 31 años. Como tiene oficio, y ha sido muy bueno, aún hay esperanzas de resurrección, pero su merma física es evidente y está afectando gravemente a su rendimiento.
Backfield 1. Definitivamente, Ryan Matthews es un fracaso absoluto. Desde que fue elegido con una primera ronda en 2010, ha acumulado lesiones y decepciones. El año pasado ya no le dejaban intentar carreras de fuerza por si se rompía. Pese a todo se perdió cuatro partidos y solo consiguió un mísero touchdown. Al menos redujo el número de fumbles. Ronnie Brown, convertido ya en mercenario, no será quien resuelva el problema y Danny Woodhead es solo un especialista por muy simpático que parezca.
Receptores 2. Casi todas las esperanzas están puestas en el regreso de Vincent Brown, que no jugó ni un minuto el ño pasado por una rotura de tobillo. Danario Alexander, que fue una grata sorpresa de 2012, también acumula lesiones y se perderá toda la temporada. Malcom Floyd da para lo que da y Meachem, Eddie Royal y compañía viajaron a San Diego a tomar el sol. Antonio Gates, uno de los pilares del equipo durante la última década, está casi inválido. Como es un fenómeno sigue tirando de corazón, pero su fascitis plantar no tiene cura. En tercera ronda del draft eligieron a Keenan Allen, un potencial receptor de primera ronda que cayó tan abajo por las polémicas que suscitó durante el combine. Quizá Allen sea el incentivo que necesita este ataque.
Línea 2. En primera ronda del draft eligieron a D.J. Fluker, que puede resolver los problemas del tackle derecho, pero el agujero del lado ciego seguirá abierto. Dunlap y Starks, recién fichados para esa posición, son un parche provisional e insuficiente. Para el guard izquierdo han adquirido a Rinehart, que es muy bueno pero viene de una lesión de tobillo que le hizo perderse media temporada. Jeromey Clary, el mejor del grupo, ha sido movido al guard derecho y Nick Hardwick es un buen center.
Línea 4. La línea de tres es, posiblemente, de lo mejorcito de estos Chargers. Kendal Reyes y Corey Liuget son jóvenes, sumaron 12’5 sacks en su primer año juntos y a poco que mejoren pueden formar junto a Cam Thomas, el nose tackle, una línea poderosísima durante muchos años.
Linebackers 2. La lesión de Malvin Ingram ha dejado muy tocado un grupo de linebackers al que le falta pass rush. También se ha marchado Takeo Spikes, una de las almas de este equipo en los últimos años. Han llegado Dwight Freeney como dudosa solución de urgencia y Manti Te’o, que aunque sea un cantamañanas tiene potencial de gran jugador si no se le muere otra novia imaginaria. En teoría, su elección en segunda ronda es un chollo. Donald Butler es un buen linebacker interior y Jarrett Johnson un buen trabajador sin pass rush para la izquierda.
Secundaria 1. Otro de los grandes problemas de San Diego es la secundaria. En la agencia libre ficharon a Derek Cox a los Jaguars. En teoría es un gran fichaje, y será el cornerback número 1, pero también tiene demasiada facilidad para lesionarse. En el draft eligieron a Steve Williams, que a pesar de ser un quinta ronda novato, podría ser el nickel o incluso el número 2 de inmediato, porque Shareece Wright, el teórico segundo, está casi inédito después de dos años como profesional y Johnny Patrick, también fichado en la agencia libre, es otra incógnita. Eric Weddle, el free safety, es el único valor seguro y Marcus Gilchrist, el strong, es otro parche que debería ser relevado de inmediato.
Este año promete ser muy largo para los Chargers. Todo será que dejen de sufrir lesiones, que la misteriosa afección que persigue a Rivers desaparezca, que Matthews exista, que Freeney rejuvenezca y que los pies de Gates se reconstruyan, pero lo normal es que algo que empieza mal termine peor. Los Broncos parecen inalcanzables y si los Chiefs cumplen con las expectativas también serán un rival complicado, así que, en condiciones normales, San Diego tendrá que competir contra Oakland por el tercer puesto en la división y el primero en el draft, aunque para ese ‘premio’ hay algunos aspirantes más.
Hay pocas cosas más tristes que hacerse mayor.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
AFC ESTE
New York Jets (3 de junio)
New England Patriots (1 de julio)
Buffalo Bills (7 de mayo)
Miami Dolphins (7 de agosto)
AFC NORTE
Baltimore Ravens (15 de mayo)
Cleveland Browns (9 de agosto)
Pittsburgh Steelers (13 de junio)
Cincinnati Bengals (17 de Julio)
AFC SUR
Houston Texans (20 de junio)
Jacksonville Jaguars (23 de Julio)
Indianapolis Colts (14 de agosto) (Por Martín H. Becerra)
Tennessee Titans (22 de mayo)
AFC OESTE
San Diego Chargers (21 de agosto)
Denver Broncos (1 de agosto)
Oakland Raiders (28 de mayo) (Por Clark Morales)
Kansas City Chiefs (26 de junio)
NFC ESTE
Dallas Cowboys (8 de agosto)
Washington Redskins (4 de Julio) (Por Dani Hidalgo)
Philadelphia Eagles (10 de mayo)
New York Giants (5 de junio)
NFC NORTE
Detroit Lions (18 de junio)
Chicago Bears (26 de julio)
Minnesota Vikings (17 de mayo)
Green Bay Packers (13 de agosto)
NFC SUR
Tampa Bay Buccaneers (23 de mayo)
Atlanta Falcons (24 de junio)
Carolina Panthers (16 de agosto)
New Orleans Saints (19 de Julio)
NFC OESTE
Arizona Cardinals (28 de junio) (David Reyes)
San Francisco 49ers (8 de julio) (Por 49er)
Seattle Seahawks (23 de agosto)
St. Louis Rams (30 de mayo)