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ASÍ LOS VEMOS: Detroit Lions (NFC Norte)

Mariano Tovar

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Los Lions son un caballo desbocado, una casa de latrocinio. Un caos permanente, un sálvese quien pueda. Los Lions son un desastre cuando deberían ser uno de los equipos más temidos. Un cagarro. En ningún sitio suceden las cosas que pudimos ver en año pasado en Detroit. Me da lo mismo si Jim Schwartz es el mejor estratega de la historia (que no lo es), lo primero que tiene que hacer un entrenador es imponer su autoridad en el vestuario. Schwartz es incapaz de poner firme una escoba. Fire Schwartz!!

Ver partidos de los Lions los domingos por la tarde durante el otoño pasado, era como estar en la pista central del circo Ringling. Los primeros dos cuartos eran, inevitablemente, infames. ¡No se podía jugar peor! Cada jugador a su bola, sin orden ni concierto, con Schartz gritando desde la banda sin que nadie le hiciera ni puñetero caso, con Titus Young intentando provocar la derrota de su equipo (literalmente, no me lo invento ni exagero), con Suh entrando a todos los trapos para dinamitar cada éxito global de la defensa… Era un chiste. El caos campaba a sus anchas.

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Pero cuando el partido estaba prácticamente perdido, entraban en resonancia y se lanzaban a la remontada. No he mirado la estadística, pero dudo mucho que ningún quarterback de la historia haya acumulado tantas yardas en los últimos cuartos como las que consiguió Matthew Stafford después de haberse tocado las pelotas durante los tres cuartos anteriores. Eso sí, la estrategia no era demasiado elaborada: “Yo se la tiro al de siempre y que él la baje”.

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Y que nadie se cuelgue medallas. En ese equipo hay una mala bestia, un jugador irrepetible, un dios escondido tras un casco y una coraza, capaz de pulverizar todos los récords de la NFL jugando en la banda de Pancho Villa, con varios dedos rotos y un brazo entumecido durante bastantes partidos. Calvin Johnson es tan bueno, es tan increíble, es tan sobrenaturalmente imposible, que el desastre que le rodeaba fue incluso capaz de ganar cuatro partidos.

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Si los Lions hubieran jugado durante todos sus partidos con la misma intensidad que lo hacían en los últimos minutos, hubieran sido un rodillo. Tenían plantilla para ello.

¡Qué desperdicio de talento!

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Y claro, el que puede, huye despavorido. Cliff Avril rechazó un contrato de 30 millones de dólares en tres años, les pegó una butifarra olímpica y se exilió en Seattle donde intentará recuperar la cordura.

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Pero ahí sigue Jim Schwartz, imperturbable, sin enterarse de nada y sin imponerse ante nadie. ¿Qué más da que su agencia libre haya sido espectacular, con fichajes maravillosos como los de Glover Quin, Reggie Bush o Jason Jones? ¿Qué importa que su draft haya sido muy bueno y que hayan encontrado tres o cuatro jugadores con probable impacto inmediato? Al menos se han librado de Titus Young, que ya no pegará más a Delmas ni regalará partidos a los Packers, pero ahí seguirá el monstruo Suh, una bestia sin cerebro. Un tipo que al nacer recibió todos los dones posibles menos el de la inteligencia. ¿Qué haría ese individuo en las aulas durante su etapa universitaria?

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Solo les queda un consuelo. Megatrón está atado a ellos de por vida. Tiene contrato hasta 2019. Si el año que viene no se rompe ningún dedo, quizá los Lions puedan ganar cinco partidos. Si no sufre entumecimientos, podrían llegar a ser seis. Si Stafford decide jugar desde el primer minuto, serían asequibles los siete, o incluso los ocho triunfos. Si a Suh le injertaran un cerebro de delfín, podrían alcanzar las nueve victorias. Si Reggie Bush llega para jugar en serio, quizá sueñen con las diez. Y si la banda caótica se convierte en un equipo organizado, incluso serían asequibles las once o la docena. Pero para llegar hasta ahí, y para jugar como podrían, solo hay un camino que se reduce a dos palabras: FIRE SCHWARTZ!!!!!

Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).

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ATAQUE

Quarterback 4. Stafford tiene el brazo y la clase, pero cuanto más le veo más dudo que tenga el carácter, y sobre todo la inteligencia. Cuando hay que conducir un ataque con criterio, su juego es errático. Sólo parece estar en su salsa cuando el rival tiene dos anotaciones de ventaja y toca vivir de latigazos. Y a pesar de todo, les doy un notable. Primero, porque creo que todas las lagunas de Stafford son en realidad faltas de Schwartz. Matthew bien dirigido sería muy probablemente un top 5 de la NFL. Segundo, porque en esa plantilla hay una joya en la que casi nadie se fija, pero que en mi opinión es posiblemente el mejor 2ºQB de toda la liga después de Orton. Estoy hablando de Shaun Hill, un veterano de 33 años que nunca ha sido titular, pero que siempre que ha tenido que jugar, ha firmado actuaciones extraordinarias.

Backfield 4. Jahvid Best es historia. Aún quiere volver en 2013 en contra de la opinión de su familia y de todos los médicos, pero parece una quimera. Best tiene el cerebro destrozado por la acumulación de conmociones. En realidad, su carrera profesional ha sido una sucesión de desgracias. Solo queda desearle lo mejor en el resto de su vida, que vistos los antecedentes puede convertirse en un trayecto muy duro. Mikel Leshoure tuvo una esperanzadora primera temporada, pero el fichaje de Reggie Bush debe transformar el ataque terrestre en algo muy peligroso, después de tantos años de comparsa. Sabéis que he sido muy crítico con Reggie Bush, porque siempre me ha parecido un especialista más que un corredor número uno para un equipo, pero sus dos temporadas en Miami han sido extraordinarias. Sin dejar de ser un factor sorpresa, ha conseguido una regularidad que ha multiplicado su capacidad innegable para romper defensas. Bien dirigido desde la banda, Bush es un jugador ideal para el estilo de los Lions. Pero, claro, ahí está el problema: bien dirigido desde la banda.

Receptores 5. Megatrón en plena forma y Titus Young despedido. La unión de esos dos factores ya suma el sobresaliente. Los Lions necesitan que Ryan Broyles, que jugó una esperanzadora temporada de novato, gane protagonismo y aproveche las dobles coberturas que sufre Calvin Johnson. Nate Burleson es un buen trabajador y el TE, Brandon Pettigrew deberá mejorar las manos de mantequilla que exasperaron a los aficionados de Detroit en 2012. Por potencial, Pettigrew debería ser más decisivo. Este grupo podría ser imparable si jugara siempre al nivel que sugiere su potencial.

Línea 2. La retirada de Jeff Backus provoca una pequeña revolución en una línea que ya de por si es caótica. Y solo hay que mirar la lista de defensive ends que acumulan sus rivales de división para sospechar que el año que viene podría volver a ser complicado para Stafford. Hay un motivo de esperanza con la llegada de Larry Warford, un guard descomunal elegido en tercera ronda y que debería ser un muro infranqueable. Riley Reiff, un comodín que puede jugar en cualquier posición, es la estrella de una línea en la que falta profundidad, Raiola pone la veteranía, Sims no está mal y Hilliard se antoja muy poquito. El fichaje de LeRoy Harris en la agencia libre tampoco ilusiona demasiado.

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DEFENSA

Línea 5. Se marcharon Cliff Avril (Seahawks) y Kyle Vander Bosch. Eso hubiera supuesto un drama insuperable para cualquier equipo, pero si algo tienen de sobra los Lions son jugadores de línea defensiva. Y por si eran pocos, eligieron con su primera selección del draft (pick 5) a Ziggy Ansah, un defensive end que debe hacer historia en la NFL, y en cuarta a Devin Taylor, otro end que podría aportar mucho desde el primer día. En la agencia libre encontraron a Jason Jones y, por supuesto, Fairley y Suh continuarán sembrando el pánico como la pareja de defensive tackles más loca y con menos cerebro de la NFL. Son una banda de tarados, pero cuando no provocan penalizaciones son geniales. Merece la pena ver partidos de los Lions solo para disfrutar de esta locura en acción.

Linebackers 2. Tulloch es un linebacker central buenísimo, un muro contra la carrera, que quizá no sea valorado con justicia, aunque desde que sufrió una tendinitis en 2011 ha bajado algo su rendimiento. Justin Durant se ha marchado a los Cowboys y supongo que Ashlee Palmer le sustituirá por la izquierda, pero ahí parece haber un agujero importante. Deandre Levy seguirá por la derecha, aportando mucho trabajo pero muy poco brillo. En los Lions casi es más importante que los linebackers ayuden en cobertura y a cerrar la carrera, porque el peso del trabajo recae más sobre la línea, pero no quiero ni pensar lo que sería este equipo si tuviera aquí más calidad.

Secundaria 3. He estado tentado de poner una nota más alta, porque tengo muchas esperanzas puestas en la secundaria de este equipo. Han fichado a Glover Quin, que es un free safety espectacular, y ya tenían a Louis Delmas, un strong maravilloso… si no fuera porque casi siempre está lesionado. Chris Houston me parece un estupendo cornerback, aunque todos los años tiene un par de actuaciones horrorosas que le marcan. En segunda ronda del draft eligieron a Darius Slay y tienen en la recámara a Jonte Green y Bill Bentley, elegidos en el draft de 2012, y que deberían empezar a rendir de verdad este año. Casi todo está por demostrar, pero hay mimbres para formar un buen grupo.

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PRONÓSTICO

Los Lions son la anarquía. Un equipo capaz de fichar simultáneamente a David Akers y a Havard Rugland.¿Havard Rugland? Sí, sí, el noruego ese que subió un vídeo a YouTube en el que metía el melón entre los palos desde posiciones y posturas imposibles. Y dentro de ese caos vital, sobrevive una llama de genialidad que les convierte en imprevisibles. Su problema es que están en una división en la que todos los demás equipos podrían definirse con una sola palabra: solidez. Y claro, cuando la anarquía se enfrenta a tanta fortaleza, suele salir escaldada. Al final todo se reduce a la falta de regularidad y a una línea ofensiva que tiembla solo de pensar en Matthews, Peppers o Allen.

No lo puedo evitar, me gustan los Lions. Creo que son un gran equipo al que le falta el poso de un buen staff técnico. Me gustaría ver a este vestuario en manos de un grupo de entrenadores que sepa meterles en cintura y hacerles rendir a su auténtico nivel.

Eso sí, sus partidos posiblemente sean los más divertidos de la NFL actual. Por puntos y espectáculo que no quede.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl

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