ASÍ LOS VEMOS: New York Giants (NFC Este)
Mariano Tovar
Los Giants son un misterio. Siempre lo han sido y siempre lo serán. Un equipo que año tras año es rocoso pero que nadie se toma nunca en serio. El ejemplo es muy sencillo: han ganado dos Super Bowls en cinco años, las dos frente al mejor equipo del siglo XXI y con total merecimiento, en ambas ocasiones firmaron unos playoffs impresionantes en los que literalmente atropellaron a sus rivales en campo contrario y en contra de todos los pronósticos… pero ambos anillos siguen pareciendo accidentes inexplicables para la mayoría de los aficionados. En otras franquicias estaríamos hablando de una dinastía, en el caso de los Giants nos perdemos en elucubraciones, confluencia de astros y golpes de suerte. En el subconsciente de los aficionados a la NFL los Giants nunca ganan los partidos, son los rivales los que los pierden.
Y eso es exactamente lo que hicieron el año pasado: tirar por la borda durante la segunda mitad de la temporada todo el trabajo realizado en los primeros dos meses. Corey Webster, Umenyora, Justin Tuck… se convertían en sombras de si mismos mientras se acumulaban las lesiones y el grupo se disolvía inevitablemente ante la mirada estupefacta de Tom Coughlin, que parece arrastrar una maldición a partir del día de Acción de gracias.
Estoy seguro de que en 2013 se reabrirá el debate del entrador en los Giants. La franquicia ha tenido históricamente vestuarios indomables. De hecho, Coughlin fue fichado en 2004 para acabar con el motín que tenían montado Tiki Barber, Jeremy Shockey y compañía, un grupo de divas que habían convertido el equipo en ingobernable. Coughlin demostró que su fama de cascarrabias inflexible era cierta y cerró el conflicto de un portazo. Desde entonces ha regido el equipo con vara de hierro y cara de disgusto. En este caso no hay guante de seda. Coughlin es un borde. Solo hay que ir a una de sus conferencias de prensa para descubrir que usa el papel de lija con infinito placer.
Y para terminar con tantas convulsiones, la joya de la corona. El ejemplo perfecto de que el mejor negocio del mundo es comprar a alguien por lo que cree que vale y venderlo por lo que vale realmente. Victor Cruz ha pedido 10 millones por año, los Giants le han ofrecido menos de tres y todo apunta a que terminarán llegando a un punto medio de siete. Pero la realidad es que Cruz, más allá de sus recepciones milagrosas y sus cabalgadas posteriores, deja caer balones de juzgado de guardia. En la grada del MetLife le adoran, pero un sueldo demasiado alto puede provocar que dejen de perdonarle sus numerosos errores.
Vivir en Manhattan, a la sombra del Skyline, es un sueño para todos, pero nadie dijo nunca que fuera sencillo.
Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).
Quarterback 5. Este año, excepcionalmente, no he convertido a Eli en protagonista de mi previa. Obama ha dicho que Flacco es un jugador de élite cuando los campeones Ravens le han ido a visitar a la Casa Blanca. Empiezo a pensar que el presidente tiene un discurso escrito en el cajón en el que solo cambia el nombre del quarterback, porque hace doce meses dijo lo mismo de Eli. Más allá de su irregularidad, y de su sus cambiantes estados de ánimo (sobre todo cuando hace frío), el pequeño de los Manning ha ganado el MVP de dos Super Bowls y es, sin duda, uno de los mejores quarterbacks de la NFL. En cuarta ronda eligieron a Ryan Nassib para ver si suena la flauta.
Backfield 1. Otro de los despedidos es Ahmad Bradshaw, lo que, entre nosotros, me parece una gran decisión. Bradshaw es un jugador con muchas limitaciones y los Giants no han conseguido tener un ataque terrestre poderoso con él en el backfield. Pese a todo, no hay relevo a la vista. La primera temporada de David Wilson fue muy espectacular pero no me parece un corredor para todos los snaps. Andre Brown tampoco solucionará ese problema y solo queda saber si Michael Cox, elegido en séptima ronda, puede dar la sorpresa. Aprovecho para comentar que Jerry Reese, manager general de los Giants, quizá no tenga el prestigio de otros GM, pero suele tener un ojo clínico a la hora de elegir jugadores.
Receptores 4. Hakeem Nick y Victor Cruz forman una pareja explosiva, capaz de decidir el partido a base de pim, pam, pum. Tal vez no sean los jugadores ideales para un ataque sostenido, pero sus latigazos son letales y para avanzar poco a poco han fichado a Brandon Myers, uno de esos tight ends receptores, incapaces de bloquear, que tan de moda están en la NFL actual.
Línea 5. En primera ronda del draft eligieron a Justin Pugh, que jugará por la derecha y formará con Will Beatty una magnífica pareja de tackles. Kevin Boothe es un buen guard izquierdo y Chris Snee es brutal por la izquierda. David Baas completa una de las mejores líneas ofensivas de toda la NFL, pero que en 2013 tendrá que multiplicarse para abrir rutas al incierto ataque terrestre. Me sorprende que gastaran su primera ronda para reforzar una línea en la que no tienen demasiados problemas
Línea 4. La joya de la corona en 2011 se derritió como el hielo un año después. Justin Tuck y Umenyiora no parecían ellos y ahora se ha sabido que Pierre-Paul jugó con una hernia discal de la que tendrá que ser operado. Toda la defensa de los Giants vivía del éxito de una línea que, por si sola, era capaz de presionar al QB rival y cerrar las rutas a la carrera. En cuanto esa eficacia desapareció, todo el casillo de naipes de vino abajo. Pierre Paul llegará muy justito al inicio de temporada y nadie sabe si Tuck despertará. Por el centro hay menos problemas. Linval Joseph es un buen tackle, han fichado a Cullen Jenkins, otro tackle agresivo de los que gustan a Coughlin, y han elegido en segunda ronda a Johnathan Hankins. Es evidente que la intención es recuperar esa línea combativa, y con suficientes relevos para no dar respiro a los rivales, que les llevó a ganar el último anillo.
Linebackers 1. Aquí llega la gran pregunta. ¿Dónde están los linebackers que iban a elegir los Giants en las primeras rondas del draft? Ni una elección en todo el fin de semana. Ni una mísera séptima ronda. Dan Connor llegó en la agencia libre como único refuerzo para una línea que se queda muy cortita. Keith Rivers y Jacquian Williams, que el año pasado también se perdieron bastantes partidos por lesión, completan un grupo que, en mi opinión, debería ser reforzado con urgencia durante el verano. Por lo menos se han librado de Blackburn.
Secundaria 3. Corey Webster seguirá siendo el corner número 1. Con eso está dicho todo. Si sigue en modo “vivo empanado” los quarterbacks rivales solo tendrán que buscar al receptor de su zona para ganar el partido. Esperemos que Amukamara no se lesione y Jayron Hosley pueda ganar protagonismo en un grupo que por nombres debía ser infranqueable. Stevie Brown es un buen strong que se dejó el listón muy alto con las ocho intercepciones logradas el año pasado y Antrel Rolle es uno de los mejores free safeties de la actualidad.
Pronosticar lo que pueden hacer los Giants no ya en una temporada, sino en un partido, es una misión imposible. Tiene algunos agujeros muy complicados de tapar, pero también a uno de los mejores entradores de las últimas décadas, genial consiguiendo que las piezas terminen encajando. Coughlin es paciente, y trabaja como una hormiguita para conseguir que su bloque funcione cuando de verdad importa, que es en postemporada, pero la NFC Este siempre es complicada y la experiencia dice que los Giants suelen avanzar a trancas y barrancas durante la temporada regular, viviendo en el filo de la navaja. Por eso son el equipo que nadie quiere encontrarse en enero, pero un auténtico chollo en diciembre. Un año más no ganarán partidos, serán sus rivales los que los pierdan.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
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NFC ESTE
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NFC SUR
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