ASÍ LOS VEMOS: Tampa Bay Buccaneers (NFC Sur)
Mariano Tovar
Hay movimientos que dejan marcado un vestuario durante toda una temporada. La elección en tercera ronda de Mike Glennon, un quarterback grande y poderoso, con un brazo capaz de hacer llegar el balón a cualquier parte del campo, pero con carencias técnicas y tácticas evidentes, es un costoso toque de atención a Freeman. El equipo podía haber gastado esa tercera ronda, su segunda global, en otras necesidades más acuciantes. Si te ves obligado a sacrificar una tercera ronda para hacer despertar a tu quarterback franquicia es que tienes un problema de autoridad. Y creo que sencillamente es eso lo que sucede. Freeman hace lo que le da la gana.
A partir de ahora Freeman será vigilado con lupa, pero detrás no hay garantía de nada. Quizá hubiera sido mejor haberle metido en un cuarto oscuro y haberle dado una buena tunda de azotes. Que a quien se comporta como un niño caprichoso hay que tratarle como tal.
El problema de Josh es su carácter y competitividad. Después de una segunda temporada sensacional en la que llamó con insistencia a la puerta de la élite, durante los dos últimos años se ha dejado llevar. Es verdad que aquella temporada de 2010 fue mágica para los Bucs, que en todos los pronósticos llegaban como aspirantes al número 1 del draft y terminaron a las puertas de los playoffs. Y lo que es mejor, fueron un equipo ambicioso y muy espectacular. Daba gusto verlos jugar. Acumulaban remontadas y en los últimos cuartos se volvían imparables.
Pasados aquellos meses fabulosos, durante los que todos pensamos que Raheem Morris iba a devolver al equipo a la senda dorada de la etapa Tony Dungy /Jon Gruden, los Bucs volvieron a la dura realidad. Gran parte del problema quedó personalizado en el tridente Freeman-Blount-Williams, tres jugadores a los que les pudo la fama y el ego, que desde entonces nunca han estado todo lo centrados que deberían y que, en mi opinión, están desaprovechando un potencial descomunal.
Menos mal que les queda Doug Martin, un corredor que irrumpió como un meteoro el año pasado para convertirse en una de las grandes sorpresas de la temporada. Sin su aportación, lo más probable es que los Bucs le hubieran dado la patada a Greg Schiano a las primeras de cambio. A mí, Schiano se me hace un poco Benito Floro. Un tipo hecho a sí mismo, que termina poniendo en el mapa una universidad que hasta su llegada no importaba a nadie, y que recibe la oportunidad de repetir el milagro en el mundo profesional.
Esa baja no solo dejó muy tocada la secundaria de los Bucs, que ha tenido que remodelarse completamente durante la agencia libre con dos fichajes de relumbrón: Darrelle Revis y Dashon Goldson, sino que sembró las primeras dudas sobre Greg Schiano. Este segundo año también será decisivo para él. Deberá demostrar que la NFL no le queda grande, aunque lo hecho en el draft deja otra muesca torcida en su revolver. Pese a todo, yo creo que puede conseguirlo. Mientras no explote a lo Floro en medio del vestuario: “¡con el pito nos los follamos!” (qué bochorno), todo irá bien.
Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).
Quarterback 1 (y debería ser un 4). No necesito extenderme. Josh Freeman es, potencialmente, un gran quarterback. Josh Freeman es, mentalmente, un desastre. No soy capaz de perdonarle que pudiendo regalarnos joyas al alcance de muy pocos, acumule tantas actuaciones insípidas. Lo de Glennon, una frivolité.
Backfield 4. Como he dicho antes, Doug Martin fue en 2012 uno de los corredores más desequilibrantes de la competición, pero tras la marcha de LeGarrette Blount está muy solo en la posición. No creo que el recién fichado Brian Leonard sea capaz de asumir el ataque terrestre si Doug se lesiona. Si fuera por Doug, les daría un 5, pero el vacío tras de él baja la nota.
Receptores 3. Vincent Jackson es uno de los mejores receptores de la NFL. Todos esperábamos que Mike Williams llegaría a ser una estella, pero tres años después no ha sido para tanto. Los recién fichados Ogletree y Steve Smith nunca han sido desequilibrantes ni se espera que lo sean. Tras la marcha de un decepcionante Dallas Clark, tampoco tengo fe en que Tom Crabtree o Stocker aporten mucho más. Para mí, la clave estará en el rendimiento de Mike Williams y en que Freeman les haga jugar.
Línea 5. Donald Penn, Carl Nicks, Jeremy Zuttah, Davin Joseph y Demar Dotson forman una línea casi inmejorable en la que todos son potenciales jugadores de Pro Bowl. Ya fue la línea titular el año pasado y ese es otro punto en contra de Freeman, que pese a tener todo el tiempo del mundo, no sacó partido a tan magnífica protección. Martin sí que estuvo más listo, arrancando por las autopistas que le abrían.
Línea 2. Yo creo que la marcha de Michael Bennett ha dejado coja a una línea que el año pasado no rindió demasiado bien pese a contar también con un jugadorazo como Gerald McCoy. Da’quan Bowers ya tiene demasiado con entretenerse intentando pasar pistolas por el control de seguridad del aeropuerto y Gary Gibson es un mercenario que cumple y punto. En el draft han acumulado jugadores con rondas intermedias y lo más probable es que Akeem Spence (4ª ronda) tenga que ser titular en el tackle derecho desde el primer día. William Gholston (su otra elección de 4ª ronda del draft) tendrá la difícil misión de hacer olvidar a Bennet. El rendimiento final de todo el bloque dependerá del que tengan los dos novatos.
Linebackers 3. ¡Qué pedazo de bestia es Lavone David! En su primer año demostró que él es el líder sobre el que debe crecer esta defensa en la próxima década. Mason Foster, por el centro, también demostró en su segunda temporada que es un jugador magnífico. Los problemas llegan por la izquierda. Han fichado a Jonathan Casillas, pero esa es otra posición que merecía más atención en el draft.
Secundaria 4. La retirada de Ronde Barber y la marcha de Talib mediada la temporada pasada marcan el final de una época para una secundaria que ha tenido que rehacerse completamente. Ficharon a Darrelle Revis, confiados en que llegará completamente recuperado de su lesión de ligamentos, y usaron su primera elección del draft (2ª ronda) para completar la pareja de corner titulares con Johnthan Banks. Detrás de ellos, la nada. Eric Wright o estará lesionado o despistado. El otro gran refuerzo llega en el free safety, donde una bestia como Dashon Goldson, al que echarán mucho de menos en San Francisco, debería marcar la diferencia. Barron, un buen Strong, completa un grupo con titulares brillantes pero sin recambio detrás.
La NFC Sur está muy cara. Los Falcons siguen teniendo un bloque potentísimo que aspirará al anillo y los Saints recuperan a su entrenador y dejarán de regalar partidos como hicieron el año pasado. Estos Bucs son una montaña rusa desde la marcha de Gruden, que, todo hay que decirlo, dejó el equipo como un solar. Pero lo cierto es que cada vez que los pronósticos les colocan en lo más profundo, resucitan, y cuando parece que sí tienen argumentos de peso, fracasan estrepitosamente. Yo no creo en este equipo. Creo que tanto en el draft como en la agencia libre se ha movido a la desesperada. Luego, si a Freeman le apetece, y Doug Martin no levanta el pistón, pueden ser competitivos, pero creo que falta carácter y que su rendimiento dependerá mucho de una buena racha inesperada.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
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