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Juanito, ‘orgull’… y fútbol

Mr. Pentland

Míster Pentland fue justo lo que la mayoría llevamos dentro: un entrenador. El precursor y más innovador. Este rincón tratará de su gremio. De los inicios, las trayectorias y las anécdotas de sus sucesores. Modestos y profesionales. Españoles y foráneos. De club o seleccionadores. Bienvenido. Pase y tome asiento.

Autor: Alfredo Matilla

Juanito, ‘orgull’… y fútbol

El verbo que más se conjuga desde hace una semana es remontar. Madrid y Barça sucumbieron al poder alemán y ya sólo les queda el milagro para estar en Wembley. Así que en estos siete angustiosos días hemos tenido tiempo de sobra para analizar los comportamientos de unos y otros ante la adversidad. Un ejercicio inusual, pues casi siempre estos dos grandes caminan con el viento en popa. De inicio, hemos podido comprobar cómo el aparato propagandístico de la capital ha funcionado con una aplastante intensidad sobre el de la Ciudad Condal. Desde el mismo día de la debacle europea. Y no por el simple hecho de que Cristiano marcara en Dortmund y la cuesta del Madrid sea menos empinada que la del Barça. Con los marcadores intercambiados hubiera sucedido igual. Es una cuestión de tradición. Al juego del Madrid siempre le va esa pizca heroica y de sinrazón. Y al del Barça tan solo le vale el dominio, el ataque milimétrico y, por tanto, la cabeza. La prensa madrileña rescató el ‘Espíritu de Juanito’ desde el instante en que Lewandowski enseñó los cuatro dedos, mientras que en Barcelona no aparecieron las portadas a pecho descubierto hasta que Messi resucitó en San Mamés. He ahí la diferencia. Sin embargo, hay algunas señales en común que preocupan. Aquí y allá se habló sólo de huevos, ambiente, dejarse la piel, mosaicos presumiendo de orgullo catalán y otros muchos elementos decorativos. Pero poco de fútbol. Lo digo sin faltar el respeto a los mitos. Parece que no hiciera falta jugar para arrasar a todo un equipazo y la proeza consistiera únicamente en intimidar y empujar.


Juanito200


Roura ya lo dijo en Múnich: “Nuestro público nos ayudará”. Tito tiró de orgullo en su reaparición pública: “Somos el Barcelona y se puede creer”. Ramos fue en esa misma línea ayer: “La afición nos llevará en volandas. Debe calentar el partido desde el primer minuto”. Y Mourinho, casi el más realista, tampoco aportó mucha luz sobre el nuevo plan a emplear: “Hay que tener la intensidad que faltó en la ida”. Por no dar pistas al adversario o por lo agitado del momento, pocos se atreven a proponer soluciones futbolísticas ante tal enredo. Quizás, también, porque en los paredones en que se han convertido las ruedas de prensa cada vez se habla más de todo y menos del juego en sí. Todo depende de artificios, a pesar de que la mayoría sabe que, como casi siempre, el Bernabéu y el Camp Nou rugirán si el equipo va marcando y sembrarán de dudas y silencio el estadio si se tarda en hincar el diente. Por norma general, estas declaraciones de los protagonistas van en la misma sintonía que las de aquellos que ya lograron remontadas de este tipo en su día y ahora regresan casi como amuletos. Santillana, Butragueño, Pichi Alonso, Alexanco y tantos otros hablan de noches especiales. De miedo escénico. Y no lo pongo en duda. Ver los vídeos pone los pelos de punta. Pero lo que sorprende es que antes y después de aquellas gestas como las del Madrid de antaño, las del Barça de Schuster o la de España a Malta (12-1), los papeles de los entrenadores de los equipos en cuestión casi no se conocen. Y digo yo que aquellas fieras en busca de revancha se regirían por algún plan.

Irureta

Afortunadamente no siempre se dio prioridad a la garra por encima de la maña. Y creo, debería cundir el ejemplo. La remontada más reciente que nos hizo vibrar globalmente en España -porque del Superdepor éramos todos¬- ¬fue la que se vio en Riazor el 8 de abril de 2004. El equipo gallego había perdido 15 días antes ante el Milán campeón de Europa (4-1) y la vuelta era más un marrón que una oportunidad de resarcirse. Javier Irureta era el entrenador y sus reflexiones en los días previos al 4-0 milagroso fueron en esta dirección: “Hay que aprender la lección. Para remontar hay que mantener un grado de continuidad, atención y esfuerzo. No se puede esperar que resolvamos en el minuto diez. Está bien hacer valer el factor campo pero, sobre todo, hace falta definición y acierto. Vamos a tener ocasiones. La segunda línea está obligada a hacer más goles. Esto no quiere decir que vayamos a jugar con cinco delanteros. Más importante serán los desdoblamientos por banda y los desmarques al primer palo”. Casi nada. Autocrítica del pasado y estrategia para el futuro. Cuando visité al técnico en su despacho de Lezama el 25 de noviembre de 2010 para charlar de fútbol hablamos de este partido y aportó más detalles: “De cara a la galería se decían muchas cosas para mantener la fe intacta pero a mí, lo único que me preocupaba era convencernos de cómo debíamos remontar. Ensayamos durante toda la semana el disparo a portería, las llegadas por banda y hasta los penaltis. Mi obsesión era disuadir a los chicos de la idea general de que marcando antes del minuto 15 estaba todo arreglado. ¿Y después, qué?”.

En estos días se ha echado mucho de menos eso. Hablar de la estrategia para tumbar al Borussia y al Bayer. En los actores principales, en las radios que debaten y en los diarios que preguntan a los analistas. Sin desvelar secretos pero sin desviar el tema. Al estilo de Klopp y Heynckes, que regalaron más reflexiones de fútbol que cualquiera de sus oponentes. “No sólo defenderemos. Sabemos atacar”, dijo uno. “Debemos ir a marcar uno o dos goles”, aseguró el otro. Una forma de comportarse que se agradecería en nuestros equipos. Aunque sea para elevar la autoestima o, simplemente, para corroborar que todos vamos en la misma línea una vez que nos han citado en bloque, con vídeos y arengas, para ir en el mismo barco. Un servidor -y ustedes, creo- se motiva más en la previa imaginando que Mou ensaya un 3-5-2, con Varane al corte y Ramos y Coentrao de carrileros. Eso sí, sin quitar a Khedira como quieren por su llegada, equilibrio y aportación a balón parado. O, en el otro partido, al pensar que Tito, con un resultado más adverso, apuesta por un 3-4-3 de salida con Piqué, Alves y Adriano atrás, Cesc reforzando el medio de costumbre y arriba con Villa (más gol) por Alexis (más trabajo).

Mosaico200


Ese diálogo futbolístico parece haber caducado. Así que únicamente nos queda alimentarlo (si lo desean) en este foro hasta la hora del partido, esperar y saber qué pasa mientras cruzamos los dedos para que haya representación española en la gran final. Pero convendría no olvidar que correr más que el Borussia y el Bayern, aparte de improbable por su comprobada genética, no será suficiente. Lo realmente importante será pensar. Como hicieron en su día Miljanic, Molowny, Venables o Miguel Muñoz. Igual por ello no es casualidad que de las grandes goleadas de urgencia que recordamos, como la de la Selección a Malta en aquella noche Sevilla de 1983 en el Benito Villamarín, nueve de los jugadores que nos dieron la gloria son ahora entrenadores (Buyo, Señor, Goiko, Camacho, Víctor Muñoz, Maceda, Carrasco, Marcos y Sarabia). O como igual tampoco es anecdótico que de las imborrables noches europeas del Bernabéu y el Camp Nou, Del Bosque, Míchel, Juanito, Hugo Sánchez, Valdano, Esteban Vigo, Schuster, Calderé y varios más, aprendieron que el resto de sus vidas también querían dirigir un plan. Si las remontadas que ellos capitalizaron hubieran constado sólo de su fuerza y fe, su futuro habría sido ser gladiadores.

3 Comentarios

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Mar

Yo creo que todo lo que hacía el Madrid se magnificaba porque era el equipo que el franquismo eligió como representante de España, pero en realidad el espíritu de Juanito y el rollo de las remontadas no es más que otra de las muchas trampas del Madrid a lo largo de su historia. La realidad es que consistía en coser a patadas al rival con el consentimiento de un árbitro acojonado y que solo era tratado bien y obsequiado si ganaba el Madrid. Aquí lo explica muy bien: http://xurl.es/bnj0q

04/30/2013 03:35:06 PM

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Waldo frank.

Hasta la ida de esta semifinal el Real Madrid había jugado 10 partidos en europa y había tenido muchos problemas en 8 de ellos. Casi por estadística en uno de estos dos partidos lo pasaría muy mal y en la medida que gestionara esto ahí descansarían sus opciones.

El caso es que independientemente de lo que pase en ambas eliminatorias las palabras de Hitzfeld augurando un cambio de gobierno en el fútbol, nos conducen una vez más a que en el fútbol en lo que a sistemas de juego se refiere se pasa de la evolución a la involución y viceversa de los sistemas de juego cada cierto tiempo.

Hace cinco años ya estaba en desuso el 4-3-3 incluso se preconizaba con contundencia en las escuelas de entrenadores que jugar así ya no era viable. Tras los éxitos del Barca y de la selección se recuperó el modelo y trataron de imitarlo propios y extraños. Y ojo! que esa emulación ha conducido al fútbol internacional a un desconcierto incluso decadencia como vimos en las dos últimas fases finales.

Ahora, si entre hoy y mañana se confirmara la final entre alemanes, otra vez se empezaría a retomar el 4-4-2 como piedra angular cuando ya era un sistema casi marginal, pese a que los que lo utilizan en buena medida, independientemente de variantes (Pellegrini, Simeone) siguen obteniendo buenos resultados.

El Borussia y el Bayern crecen a partir de estas premisas.

Y a mi me gusta la idea. Creo que la mejor manera de ordenar a un equipo es con este sistema y creo que la decadencia táctica del último decenio y la no incorporación practicamente de entrenadores que aporten gran cosa como sucedía hace 20 años, ha sido por olvidarse del 4-4-2 y creer en lo que se hace que es algo de lo que se adolece hoy en día. Se hacen las cosas sin creer en ellas.

No he entendido la absurda imitación de algo inimitable como el Barca y la selección.

04/30/2013 07:55:50 PM

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Lehmmning

Ostras! qué interesante Waldo, de verdad. Qué ganas de debatir del tema un rato que me han entrado. Como jugador mediocre siempre he tendido a interpretarlo todo más desde la óptica de la táctica que de otra cosa, pero según voy haciendo años tiendo a creer que el fútbol es de los jugadores por encima de nadie.

Han sido muchos los entrenadores a los que les he oído que el dibujo táctico es para las pizarras, pero que en cuanto el árbitro pita el inicio la pizarra se borra. Un error de 2 metros en tu línea de cuatro te arruina un fuera de juego, te meten gol y la cosa se complica, ya todo es diferente. Y son dos metros, que a escala táctica son responsabilidad del jugador, no del entrenador.

Lo típico de que el fútbol son instantes. Y cada vez más creo que lo son. Por eso cada vez soy más escéptico respecto a los dibujos tácticos. Además, la losa del éxito hace que en un determinado periodo, cuando triunfa un modelo, se impongan arquetipos de jugadores, que eso ya es más peligroso. Peligroso porque las canteras se orientan a esos perfiles y los equipos medios y bajos tratan de emular esos perfiles y entonces es cuando todo el mundo quiere jugar a lo mismo, pueda o no pueda. Más bien creo que los entrenadores con éxito son los que adaptan su idea al material con el que trabajan (los jugadores), teniendo en cuenta que casi nadie renuncia a la línea de cuatro atrás y al menos dos volantes, a partir de ahí depende de lo que tengan cuando miran para la caseta (los que piensan).

Pero esto luciría mucho más con unas cervezas amigo Waldo!!!

05/02/2013 05:54:30 PM