Con el paso de los minutos Hungría también ha dado algún susto a la contra, aunque los cambios españoles han reactivado un dominio que, a diferencia del partido del martes, esta vez no se ha podido traducir en goles. Sergi Canos, Aleix García o Mario Rodríguez han demostrado de nuevo un buen grado de acoplamiento y han dejado la sensación de que pueden ser jugadores importantes en esta generación. Sin embago, el portero Peter ha desbaratado la mejor ocasión fabricada por el ataque en todo el partido e incluso al final los magiares han podido llevarse el triunfo en un rechace de Unai Simón a tiro de falta que afortunadamente no ha tenido mayores consecuencias.