Mariano Tovar
Hace casi diez años decidí dejar de escribir sobre competiciones españolas. Los motivos fueron múltiples y no los voy a explicar ahora. En estos años han sucedido muchas cosas, la mayoría buenas, pero creo que ha llegado del momento de que, excepcionalmente, vuelva a fijarme en lo que sucede dentro de nuestra casa.
Así que, si eres aficionado a la NFL o entras en este blog desde un país distinto a España, te recomiendo que no sigas leyendo ni este artículo, ni la serie de ellos que probablemente venga después. Si decides hacerlo, entrarás en un mundo complicado, donde nada es lo que parece, casi todo el mundo tiene muy buenas intenciones y puntos de vista muy diferentes de casi todo. Es como un pueblo en el que siempre están los mismos, que después de muchos años acumulan rencores, agravios y deudas pendientes. Y lo curioso es que todos ellos se están dejando gran parte de la vida, y en muchos casos la salud, para desarrollar un deporte sin casi contraprestaciones. Casi todos los que en este país han tenido que ver con el football americano han perdido más de lo que han ganado. Jugadores, entrenadores, árbitros, directivos, aficionados implicados, etcétera, etcétera, etcétera, se desviven por su deporte mientras se pelean entre ellos incapaces de llegar a consensos o a puntos de encuentro.
Como os he dicho, el football en España es lo más parecido a un pueblo donde las enquinas muchas veces provienen de un pequeño conflicto entre tatarabuelos que los tataranietos han magnificado hasta convertirlo en motivo de odio eterno.
Dicho lo anterior, puede parecer que el football en España es un desastre. Nada más lejos de la realidad. En los últimos años han nacido infinidad de clubes que se han asentado contra viento y marea. Algunos han desaparecido infectados por luchas internas casi desde el primer día, pero muchos otros, como en un milagro, han conseguido crear estructuras sólidas y con un futuro muy ilusionante. Deportivamente el nivel sigue siendo muy bajo, pero el futuro es esperanzador. Quizá lo más importante sea dejar que crezca intentando estropearlo lo menos posible.
Me he hecho el propósito de que este artículo no supere los dos folios. Llevo varios días retomando contactos, hablando con gente del mundillo y escuchando opiniones. Como me sucedía hace años, cuanto más escarbo más se enreda la madeja y todo se vuelve más complejo. Por tanto, hoy solo haré una pequeña toma de contacto. En futuros artículos intentaré concretar más.
La pasada semana el responsable de asuntos federativos y del CSD en el periódico vino a mi puesto a comentarme que el football había quedado excluido de las subvenciones en 2013 y solo recibiría 15.000 euros como mucho. Con ese dinero la FEFA tendrá que presentar un equipo junior, un equipo senior y uno senior femenino a competiciones continentales que se celebrarán este verano fuera de nuestras fronteras, además de enfrentar los gastos corrientes de estos doce meses. No hay ni para empezar.
Lo sorprendente es que el CSD publique que el football no cumple ninguno de los criterios mínimos para ser considerado actividad de interés deportivo estatal, condición sine qua non para recibir subvenciones.
El primer criterio, que da acceso automático, es el de ser un deporte que esté incluido dentro de alguno de los programas olímpicos. Efectivamente, el football no lo cumple.
Cuando falla el primer criterio, es obligado cumplir los otros cuatro, que son los siguientes: que la federación internacional esté reconocida por el COI, que tenga más de 40 países afiliados, que estén en al menos tres continentes y que en el último campeonato del mundo hubieran participado más de 10 países. El football cumple casi todas esas condiciones, solo falla el último Mundial, en el que participaron menos de 10 selecciones si solo se considera la fase final ¿Por qué el CSD dice que no cumple ninguna?
Aquí empieza el lío. Después de hablar con mucha gente, son incapaz (a día de hoy) de dar un motivo cierto al ciento por ciento. Parece ser que la federación española, aprobada solo hace un año y en manos de una junta gestora encargada de completar la transición desde la anterior Agrupación Española hacia la nueva figura jurídica, no ha tramitado a tiempo su inclusión en la federación internacional. Cada parte implicada da unos motivos. Por un lado la Federación Europea también está a la gresca con la Internacional y la federación se ha alineado con la europea; por otro, AEFA, más cercana a la federación internacional, entiende que es la española quien debe termianr el asunto una vez constituida. Sea por lo que sea, España ahora está en un limbo jurídico en lo que se refiere a instituciones internacionales. Hoy no voy a profundizar más en el problema. Se supone que a lo largo de este año se debería arreglar el entuerto, España volverá a estar reconocida en la lista oficial correspondiente y se presentarán los papeles exigidos para que el CSD vuelva a incluir el football dentro de los deportes subvencionados.
Ahora mismo el football español tiene dos cabezas. La primera es AEFA, la antigua agrupación, que en teoría debe seguir gestionando el deporte hasta que se constituya la directiva federativa. La segunda es la junta constituyente, cuya misión es ir preparando el traspaso de poderes. El problema parece ser que ninguna de las dos partes acaba de tener muy claro su papel y están aflorando los conflictos desde hace dos años, que empezó esta dualidad.
¿Qué sucedió hace dos años? Pues que, sorprendentemente, Fali Ascasibar, máximo responsable del football en Andalucía, ganó las elecciones de la Agrupación a Enrique García de Castro, perenne presidente de AEFA. Un terremoto recorrió todos los estamentos. Enrique se dedicó desde entonces a dirigir la junta gestora, ya que él fue quien había hecho todos los trámites federativos con el CSD. La lista de conflictos de competencias entre AEFA y la junta es interminable a partir de ese momento. Hoy tampoco profundizaré en este asunto.
Ahora estamos en pleno proceso electoral. La elección de compromisarios está impugnada y el lío es monumental. Hay problemas con los votos por correo y con la lista de clubes con derecho a voto. Ambos puntos serán decisivos para que uno u otro sea elegido. Enrique y Fali, dos años después, vuelven a ser lo únicos aspirantes. Lo de las votaciones también lo contaré en otro momento.
Lo que me da pena de verdad es que después de tantos años Enrique García y Fali sean las dos únicas opciones. Que entre todos no sean capaces de encontrar una candidatura de consenso que contente a ambas facciones me parece incomprensible.
Hoy no iré más allá. En los próximos días intentaré ir concretando más en cada cuestión. Ya os aviso que todos tienen razón y no la tiene ninguno. Lo único seguro es que el 9 de marzo uno de los dos será elegido como primer presidente de la Federación Española de Football americano e inevitablemente nuestro deporte seguirá tan dividido como hasta ahora en España.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl