Patriots-Ravens (Previa de la final de conferencia Americana)
Mariano Tovar
Así que los dos equipos se tienen muchas ganas y quieren zanjar esta nueva rivalidad con una victoria clara, demoledora, que no deje opción a ningún debate posterior, ni permita justificaciones baratas.
El gran debate de la semana ha sido si el no huddle de los Patriots es juego sucio. Dani ya hizo referencia al asunto en el ‘Blue 42’ con los comentarios en twitter de Ayanbadejo, que fueron los que encendieron la mecha. La cuestión es que durante el partido de la ronda divisional, los Texans se vieron atropellados por la velocidad del ataque sin reunión de Tom Brady. Incluso en dos jugadas pegadas a la línea de gol propia fueron incapaces de formar antes de que el center rival pasara el balón a su QB. Eso fue calificado como algo innoble por el linebacker de los Ravens y ahora hay una auténtica guerra mundial dialéctica en Internet entre los que defienden una y otra postura.
Así que Ayanbadejo debería dejar de quejarse y demostrar que tiene calidad suficiente para sobreponerse a algo así. Que por esa regla de tres, intentar engañar con un play action, y no telegrafiar el pase que se va a lanzar, también es de cobardes. Que lo suyo es que la defensa juegue a placer robando balones, sacudiendo al QB y retornando intercepciones para touchdown. ¡Así cualquiera!
El sistema ofensivo de Cam Cameron dio un giro radical cuando Ray Rice comenzó a ocupar un papel muy secundario dentro de una ofensiva sorprendentemente vertical. Flacco se convirtió en el gran protagonista y las críticas no se hicieron esperar. Parecía que en su equipo querían que jugara en Baltimore como lo hacen Brady, Peyton o Brees en sus propios equipos y no parece que el jugador esté a esa altura pese a sus quejas por no ser incluido entre la élite. Lo cierto es que los Ravens ganaban, pero casi siempre muy apurados y con la sensación de que el nuevo sistema de juego más que beneficiarles les perjudicaba. El QB sufría intercepciones muy costosas por arriesgar demasiado y no se apoyaba en Ray Rice pese a que el corredor tenía mucho éxito cuando recibía el balón (muchas veces en pases desesperados de Flacco con la jugada rota).
Caldwell no ha variado demasiado la filosofía de juego, Flacco sigue pasando casi tanto como antes. Quien sí ha ganado protagonismo es Ray Rice, que es usado con mucha más intención. Las 30 carreras contra Denver son su mayor número en esta temporada. Flacco sigue fracasando en los pases de media y corta distancia, pero de repente se ha convertido en letal con los lanzamientos largos que tan inconsistentes parecieron durante la temporada regular. Así que los Ravens se han convertido, casi de un día para otro, en un equipo peligroso por tierra y en lo profundo, y han trasladado al campo la analogía que siempre usamos para describir como son las plantillas desde que hay límite salarial. Tras la llegada de Caldwell, sus rivales tienen una manta muy corta en defensa y deben decidir si quieren pasar frío en la cabeza o en los pies, porque no pueden taparlo todo.
AFC: A lo que yo estaría atento
La línea ofensiva de Baltimore es enorme y poderosa, especialmente los tackles, McKinney y Oher. Sus opciones pasan por ahí. Ninkovich no es un end al uso, está en todas, es rápido, pero ante semejante tamaño de los tackles va a ser difícil que pueda poner mucha presión. Si los Patriots se obsesionan con poner más personal para llegar a Flacco, Rice puede ser una pesadilla para New England.
Desde la llegada de Caldwell la línea ofensiva ha mejorado una barbaridad. Sabéis que en el blog suelo criticar a Oher, famoso por la película ‘The blind side’, que cuenta cómo pasó de las calles a la NFL. El jugador, convertido en celebridad, siempre me ha parecido sobrevalorado. Es increíble que tenga tanta movilidad con ese tamaño, su paso lateral es maravilloso, hace temblar el campo y en teoría amplía hasta el infinito su muro de contención, pero hasta ahora era eficaz durante muy pocos instantes. Un end perseverante conseguía sobrepasarle. En las últimas semanas eso ha cambiado. Hemos visto el mejor Oher desde que es profesional. Pero no solo él ha mejorado, el regreso de algunos lesionados y una nueva actitud han tenido consecuencias milagrosas. La OL de los Ravens ahora abre autopistas para la carrera y le deja un tiempo infinito a Flacco, que puede lanzar sus bombas letales sin presión, con lo que ha encontrado la precisión y potencia que le faltaron en temporada regular.
Entrenador: Patriots. Belichick quizá sea el mejor entrenador de la historia de la NFL. Nunca ha dejado de innovar y es el padre de muchas de las novedades tácticas que se han impuesto en los últimos años. Su único defecto llega en postemporada, cuando se vuelve muy conservador en partidos apretados. John Harbaugh quizá sea tan bueno como su hermano Jim, aunque su estilo, más pausado y cercano a los jugadores, no se esté valorando en su justa medida por la atracción mediática que provoca su hermano.
Quarterback: Patriots. Tom Brady es uno de los más grandes QBs de la historia de la NFL. Si gana la Super Bowl, y es elegido MVP del gran partido, alcanzará los números de Joe Montana, el gran mito de este deporte. Pocos jugadores son tan inteligentes y nadie hasta ahora ha puesto en marcha con éxito un juego ofensivo tan sofisticado. Flacco se ha convertido en un factor con sus pases largos, pero está varios escalones por debajo.
Corredores: Ravens. Ray Rice está en la élite de la NFL y Bernard Pierce ha sido una de las sorpresas agradables de la temporada. Vonta Leach es el mejor fullback del momento de largo. Los Ravens tienen un ataque terrestre capaz de cargar con todo el peso del partido y ganarlo. Los Patriots han conseguido tener en el backfield su segunda nube de avispas, tan letal como la del grupo de receptores, y Ridley puede ser el corredor dominante que llevan años buscando.
Línea ofensiva: empate. Hace un mes hubiera preferido la de los Patriots, pero hoy ambas me parecen de lo mejor de la NFL (en realidad, los cuatro equipos clasificados tienen grandes líneas). Una vez más, serán decisivas para decidir el partido. Ambos equipos intentarán hundirlas.
Secundaria: Ravens. Ed Reed y Bernard Pollard son una pareja de safeties con la que soñaría casi cualquier equipo de la NFL. Sus cornerbacks son irregulares, pero los de los Patriots, pese al cambio radical tras la llegada de Talib, no son mejores.
Equipos especiales: Ravens. Tras la lesión de Edelman, los Patriots no tienen un retornador que pueda competir con Jacoby Jones. Y visto lo visto la semana pasada, ambos equipos deberán tener mucho cuidado con las devoluciones de patada. Gostkowski es una de las grandes piernas de la NFL, pero Tucker ha irrumpido como una de las estrellas de la nueva hornada de kickers. Koch (Ravens) me parece mejor punter que Mesko.
Los Ravens ya han demostrado que pueden entrar en un toma y daca e incluso remontar grandes diferencias en el marcador (a los Patriots se lo hicieron en septiembre). Los de Belichick, pese a sus últimos éxitos, no gestionan los finales de partido como antaño. El factor emotivo está del lado de Baltimore, pero el campo ayudará a New England. Sinceramente, creo que los Patriots son mejores globalmente y por eso les doy como ganadores, pero si no consiguen abrir distancias, y el partido llega igualado al último cuarto (sin importar si la anotación es alta o baja), los Ravens harán valer su momentum en un final cerrado.
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