Patriots 41 – Texans 28
Mariano Tovar
No voy a decir que el Patriots-Texans fuera un calco del que se vivió en temporada regular, pero lo cierto es que tampoco se diferenció mucho. Esta vez los de Boston no se escaparon desde el principio. Todo lo contrario, empezaron perdiendo. Pero siempre con la sensación de que jugaban a medio gas porque no necesitaban más esfuerzo para llevarse el partido.
Después de un fin de semana de emociones fuertes, lo vivido en Foxboro fue como un paseíto en barca, con sombrilla y merendola. El único sobresalto llegó con la lesión de Gronkowski, que no podrá jugar más esta temporada. Pero las cosas han cambiado mucho en doce meses y Brady ya no depende tanto de su TE. Contra los Texans recurrió a su conexión más tradicional. De Welker a Welker y tiro porque me toca, y eso que el pequeño receptor dejó caer algunos balones fáciles. Wes sigue siendo un pilar pero comienza a resquebrajarse.
Como siempre, Belichick tenía preparada una pequeña sorpresa a sus rivales. Vereen no solo jugó como corredor desde el backfield. También se le podía ver pegado a la banda, como receptor abierto. Brady le buscó con precisión quirúrgica. Así que no solo firmó el primer touchdown de su equipo con una carrera de una yarda, también se apuntó dos de recepción, uno de ellos de 33 yardas.
Así trascurría el partido. Sin sobresaltos. Con los Texans haciendo la goma y dejándose el alma para presionar a Brady. Pero los blitz eran respondidos con carreras letales de Ridley. Watt se dejaba el alma para llegar hasta Brady y solo lograba tocarle con la punta de los dedos un segundo después de que el QB hubiera lanzado su pase.
Los Texans consiguieron llegar al medo tiempo solo cuatro puntos abajo (17-13) gracias a los mejores minutos de Schaub y Foster. Pero la sensación del partido era que se rompería en cuanto los Patriots quisieran. Y sucedió tras el descanso.
Los de Belichick empezaron atacando la segunda mitad, como le gusta a su entrenador. No lo desaprovecharon. Touchdown. Poco después Schaub era interceptado por un Ninkovich que fue el gran referente de la defensa patriota. Brady, inmenso toda la noche, aprovechó el regalo para conseguir otro touchdown. 31-13 y fin de la historia. Quedaba un cuarto pero Foxboro no es Georgia y Belichick no se parece a Mike Smith. Los últimos minutos fueron un trámite en el que unos lo intentaban todo sin fe y los otros dejaban pasar el tiempo sin querer hacer más daño. Al menos Houston maquilló el marcador y todos se fueron contentos menos los equipos especiales de Boston, a por uvas desde el primer minuto.
Curiosamente, los cuatro equipos de la Americana que jugaron la ronda divisional en 2011 han repetido este año aunque con cruces distintos. Y también curiosamente, Patriots y Ravens volverán a verse las caras en una revancha inesperada. Ray Lewis, en su despedida, está visitando lo mejor de cada casa. De Luck a Peyton y ahora a por Brady. Hay cosas que nunca cambian.
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