Previas divisionales: Falcons-Seahawks
Mariano Tovar
Objetivamente, los Falcons deberían ser el equipo a batir en la conferencia Nacional, pero el repaso a sus estadísticas se convierte en un jarro de agua fría. Su defensa contra el pase está entre las diez peores de la NFL y contra la carrera no mucho más arriba. Su ataque terrestre ha sido inexistente y solo están en la cima en la eficacia de su juego de pase. Además, su front seven no consigue sacks ni presionar demasiado a sus rivales.
Por el contrario, los Seahawks, convertidos en violadores de mascotas, llevan desde diciembre sembrando el pánico allá por donde van. No solo ganan, sino que sus victorias son convincentes y en muchos casos demoledoras. Su defensa está en la élite tanto contra el pase como contra la carrera, su ataque terrestre es decisivo y el pase, su asignatura pendiente, se ha convertido en arma letal desde que Wilson se quitó el corsé.
Y a pesar de todo, estoy convencido de que Atlanta es el favorito para la victoria. En las siguientes líneas explicaré mis razones.
Lo que menos me gusta de los Falcons es su entrenador. Mike Smith pretende ser un técnico imaginativo y agresivo, pero también falla estrepitosamente en los partidos clave. Parece que quedaron atrás sus cuartos downs incomprensibles que dieron tanto que hablar en 2011, pero su equipo, pese a estar concebido como una máquina de fabricar fuegos artificiales, pierde pegada y ritmo en demasiadas ocasiones. Eso ha sido letal para ellos en los últimos años, pero esta temporada todo ha cambiado y eso solo lo saben los que les han visto jugar cada semana.
Lo de Matt Ryan ha sido descomunal. Impresionante. Os recomiendo que deis un repaso a sus highligths antes del partido del domingo. Matty Ice, a la chita callando, casi sin hacer ruido, ha completado una temporada magistral. Me quedo sin adjetivos. Su mayor virtud sigue siendo la frialdad, la sensación de que controla lo que sucede en cada momento, pero a eso hay que sumarle una precisión milimétrica, la facilidad para leer el campo y una inteligencia superior que le permite cambiar el ritmo del partido a su antojo. Matt Ryan llegó a la NFL el mismo año que Joe Flacco y durante todos este tiempo hemos visto a los dos QBs en el alambre, sin saber muy bien hacia qué lado caerían. El futuro de Flacco sigue siendo incierto más allá de un buen administrador de juego. El de Ryan ya está clarísimo. Apuesto que será el paradigma de pocket passer de la próxima década. Ahí plantado, imperturbable, repartiendo juego de forma letal con esa pose elegante de los grandes mitos de los 90’. Mientras él esté en los Falcons, el equipo de Georgia estará entre los grandes.
El gran talón de Aquiles de este ataque ha sido Michael Turner. Desconocido durante toda la temporada. ¿Está acabado uno de los mejores corredores de los últimos años? Las sensaciones no han sido precisamente buenas. Turner ha estado lento, dubitativo. En muchos partidos recordaba al peor Maroney aguantando detrás de la línea, sin decidirse a entrar en los pasillos, esperando ese hueco descomunal que casi nunca se produce. Ha sido placado para pérdida de yardas con una frecuencia exasperante y casi nunca ha conseguido grandes carreras. Ha perdido aceleración y punta de velocidad. Y no creo que tenga la culpa una línea que sí ha trabajado bien abriendo rutas. Mediada la temporada los Falcons se rindieron y desde entonces casi ha sido un adorno. Quizá este partido sea el momento para darle una última oportunidad. Lo que menos esperan los Seahawks es que Turner pueda convertirse en factor.
Por mucho que se critique a esta defensa, creo que está formada por muy buenos jugadores. Babineaux es un magnífico DT, Nicholas y Weatherspoon son dos extraoridnarios linebackers exteriores... Akeem Dent sí que puede sufrir más de la cuenta contra Seattle. Entre Marshawn Lynch (que es cuestionable para el partido) y los letales pases entre líneas de Wilson, va a vivir una agonía. El rendimiento de Dent puede ser una de las claves del choque.
La secundaria también debería estar entre las mejores de la NFL por nombres. Dunta Robinson y Asante Samuel son dos grandes jugadores. Moore, el SS, también estaría en la élite si no fuera por las lesiones. Creo que han salido perjudicados por la falta de presión del front seven y que en playoff pueden dar la auténtica medida de su poderío.
Así son los Falcons. Terribles por aire, flojitos por tierra. Seguros con una defensa que hace lo que le piden sin estridencias, que entrega el campo pero sabe presionar cuando en necesario. Y creo que ya están preparados para lograr una victoria en postemporada con Mike Smith, salvo que éste enloquezca y comience a jugarse cuartos downs inexplicables. Solo siento que no jueguen de negro y con el halcón egipcio en el casco. Añoro aquella vieja equipación digna de un dandi.
El partido de la semana pasada más que aclarar las cosas, provoca dudas. Durante el primer cuarto, los Seahawks volvieron a ser ese equipo que se desfonda en las visitas. La lesión de RGIII les simplificó el trabajo, pero parece que sin el griterío de su afición los de Seattle no son tanto.
Además, como he escrito más arriba, la baja de Clemons trastoca todos sus planes en defensa. Su gran arma es la agresividad y quizá ahora no sea tanta. Supongo que la lesión de Lynch no es tan preocupante como Carroll quiere hacer creer, pero habrá que estar muy atento a su rendimiento en los primeros minutos. Sin Lynch al ciento por ciento nada sería lo mismo. Ya ha quedado claro que Turbin es un norte-sur puro, muy eficaz percutiendo por el centro, pero demasiado especialista como para suplir la posible baja de su compañero.
Creo que en el último mes las violaciones en serie de los Seahawks han sido contra equipos con limitaciones evidentes. La batalla contra los Niners fue entre dos clones, y no es extrapolable a lo que pueda suceder el domingo. Atlanta será un reto muy difícil para ellos. Desde que a mediados de octubre se impusieron a unos Patriots que eran una sombra de los actuales, los de Seattle no se han enfrentado a un ataque aéreo potente de verdad. ¿Saldrán victoriosos?
El duelo entre Atlanta y Seattle es el único inédito de este fin de semana. Aquí no hay ninguna referencia, ni pistas. Todos vamos a ciegas, y me temo que en casi todos los análisis se está infravalorando a los Falcons.
También creo que los Seahawks hubieran preferido cruzarse con los Niners. Como he dicho antes, llevan muchas semanas sin enfrentarse a ataques aéreos poderosos y creo que no tienen elementos suficientes en secundaria para anular a Julio Jones y a Roddy White. Tony Gonzalez es, además, el antídoto ideal para su agresividad en la línea, que no será tanto sin Clemons.
Pero Wilson y Lynch se encuentran en estado de gracia y el QB comienza a ser considerado por algunos la reencarnación de Steve Young. Solo le falta ser zurdo. Si le dejan correr, malo. Si le obligan a pasar, peor. No sé por qué, me da que éste será el partidazo de este fin de semana.
Matt Ryan y Russell Wilson. ¿Qué caviar preferís, el beluga o el sevruga?
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