Mariano Tovar
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Hoy todos estamos un poquito decepcionados. Sobre todo
porque ninguno de los partidos de este fin de semana colmó nuestras expectativas.
La NFL es
injusta. Los equipos viven diecisiete semanas de batallas interminables para
conseguir una plaza entre los mejores y todo el trabajo se destruye en tres
horas. Alguien tiene que perder, eso es inevitable, pero en ocasiones no es tan
importante la derrota, sino cómo se llega a ella.
Lo mejor quizá haya sido que han quedado unos cruces
impresionantes e imprevisibles para la ronda divisional, tradicionalmente, la
mejor semana de football americano de la temporada.
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Texans 19 – Bengals 13
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Algunos aficionados de los Bengals se enfadaron por mi poca
fe en su equipo. Quizá deberían redirigir sus odios hacia Jay Gruden y su
absurdo planteamiento del partido. Mientras Dalton solo conseguía tres yardas
en los doce pases que intentó en la primera mitad, Green-Ellis sumó 43 en ¡tres
carreras! Sí, tres balones para el corredor en toda una primera mitad en la que
Dalton pedía ayuda a gritos sin que nadie se la diera. El QB terminó el partido
sin conseguir ni un solo tercer down. ¡Fire Gruden!
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J.J.Watt estuvo pivotando ente la posición de DE y DT
durante todo el partido. La línea ofensiva de los Bengals nunca consiguió
ajustarse ante los cambios de formación del front seven rival y Dalton, pese a
no sufrir más que dos sacks, siempre estuvo muy presionado.
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Por fin volvió el Arian Foster de las grandes ocasiones. Tercer
partido en postemporada y tercera ocasión en la que consigue más de 100 yardas, lo que es un
récord. Da gusto volver a ver al jugador elusivo, que se licua para atravesar
el muro rival por resquicios imposibles. Con él a pleno rendimiento los Texans
sí que pueden soñar con una sorpresa en Boston.
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Lo de Schaub fue de juzgado de guardia. Lo único que tenía
que hacer era no equivocarse, pero un pase lateral, de esos que nunca se pueden
interceptar si están bien lanzados, salió tarde y voló flotado para costarle un
touchdown a su equipo. Durante el partido tuvo todo el tiempo del mundo para
lanzar, pero siempre estuvo inseguro y acobardado, lanzando sin potencia ni
convicción. Sus estadísticas, una vez más, le confirman como un conseguidor de
yardas sin garra. Por suerte, siempre le queda Owen Daniels para salir del
paso.
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A pesar de todo, Green estuvo a centímetros de coger el balón
de la victoria en la end zone en los últimos instantes. Pero no hubiera sido
justo. La defensa de los Bengals tiene gran parte del mérito de la poca
eficacia de los Texans en los últimos metros, pero esa fue la única virtud de
un equipo que rindió por debajo de lo esperado.
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Packers 24 – Vikings 10
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Lo que vivimos en Lambeau Field fue una pena. Imaginad que
Broncos y Packers se clasificaran para jugar la
Super Bowl pero Peyton y Aaron, lesionados,
no pudieran disputarla. Sería un partido devaluado. Ponder no está ni cerca de
la categoría de esos genios, demasiado tiene con no equivocarse, pero Webb lo
convirtió en Joe Montana con su exasperante actuación. ¿Qué hace ese tipo en la NFL? ¿Quién decidió que fuera
el segundo QB del equipo? Él solo se cargó el partido.
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Y aquí vuelve el debate por el MVP. Parece reducido a dos
aspirantes: Peyton Manning y Adrian Peterson. La diferencia, y eso es
innegable, es que el primero podría llevar a su equipo a disputar el anillo
aunque su backfield fuera casi inexistente mientras que el segundo siempre dependerá
de que su QB al menos no se equivoque. Conclusión: este es un deporte de QBs en
el que se premia a QBs y se habla sobre todo de QBs. Negar las opciones de
Peterson es negar que un corredor pueda conquistar el MVP con merecimiento por
muchos logros que consiga. En realidad es lo mismo que sucede con los
receptores. Casi siempre se premia el punto de partida y no el de llegada.
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Ya lo comenté en la crónica, pero la conexión entre Rodgers
y Harris fue el arma secreta que habían preparado los Packers para desactivar
el front seven de Minnesota. El QB encontró a su corredor con un pase corto
centrado por delante de la línea hasta cuatro veces en el primer cuarto. Brinkley,
ya en cobertura, siempre llegaba tarde y era quemado. Todos los corredores siguieron repitiendo esa ruta durante todo el resto del partido obligando al MLB rival a perder
su posición y mantenerse cerca de la línea. Eso abrió tremendos huecos delante
de la secundaria que Rodgers aprovechó para encontrar a sus receptores. La
defensa de los Vikings nunca encontró una solución para el problema.
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Todo el mundo esperaba con interés el posible duelo de
kickers. Blair Walsh, uno de los rookies del año, ha sido un factor decisivo
para la clasificación de su equipo. Su eficacia letal en field goals de larga
distancia permitía a los suyos achicar mucho el campo para entrar en la zona
roja. El sábado no fueron factores ni él ni tampoco el inseguro Crosby.
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Los Packers no deberían salir demasiado contentos del
simulacro. En un duelo de guante blanco, en el que se jugó toda la segunda
mitad a medio gas, Rodgers sufrió tres sacks. Ante los Niners deberán encontrar
la manera de que su QB tenga tiempo para lanzar o volverán a salir derrotados
como en el arranque de la temporada.
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Ravens 24 – Colts 9
Ray Lewis enardeció a las masas con su baile inicial que
también repitió tras la victoria. Su sola presencia fue un factor anímico
importante para su equipo. Como un Cid Campeador que gana su última batalla
después de muerto. Su actuación fue más que digna salvo alguna pérdida de
posición en cobertura y una intercepción sencilla que se le escapó de las manos,
pero quizá soñó con un Ballard que le hizo trabajar a destajo durante todo el
partido.
Llevamos toda la temporada criticando un plan de juego que
obliga a trabajar a Flacco en una ofensiva sin reunión y con un juego de pase
insistente y muy vertical. Flacco tal vez no sea el jugador ideal para dirigir
un ataque así, pero contra los Colts aprovechó todo el tiempo que le daba su línea
para bombardear una y otra vez la secundaria rival. Lo curioso es que completó
poco más del 50% de sus lanzamientos. En la corta distancia, donde en teoría sí
que es más eficaz, estuvo muy poco inspirado. También es verdad que lo único
que tenía que hacer era mirar a la secundaria rival y pasar al lado contrario de
Vontae Davis.
El mejor corredor de los Ravens fue Bernard Pierce y eso es
noticia. Ray Rice sufrió dos fumbles y pasó parte del encuentro castigado en la
banda. Pero incluso peor que él fue la defensa contra la carrera de los Colts. Como
siempre, un coladero.
Anquan Boldin jugó un partido casi perfecto. Flacco le lanzó
seis balones. Cinco fueron completos y el sexto, que también agarró, fue
anulado por interferencia ofensiva. 145 yardas y un touchdown. Cuando los Ravens lo
trajeron de Arizona buscaban exactamente eso, un trabajador incansable y el
mejor receptor todoterreno de la NFL. Más
vale tarde que nunca.
Luck batalló como un jabato durante todo el partido con
todos los factores en contra. La línea se hundía, sus receptores dejaban caer
balones y tenía que recurrir al tercer down una y otra vez. Nunca se rindió y sacó
ese carácter ganador que solo tienen los más grandes. En cuanto esa plantilla
tenga mejores mimbres puede convertirse en imparable.
Y aquí un sexto comentario que tal vez solo me interese a mí.
Que Mike Carey arbitre un partido de postemporada me parece indignante. Él y su
equipo siempre me han parecido de lo peorcito de la NFL, pero este año se han
superado y el domingo pusieron la guinda. Acumularon decisiones equivocadas, no
se enteraron de faltas flagrantes como un face mask de libro y, como viene
siendo habitual en Carey, no cambia de decisión tras una revisión de jugada ni
aunque lo maten. Otro de los favoritos de Goodell, de la misma cuadra que mi
amigo Steratore. Prepotencia y chulería al poder. ¡Paquetón!
Redskins 14 – Seahawks 24
No sé quién fue el médico que dictaminó que RGIII podía
jugar ese partido, pero merece que le quiten la licencia, o que al menos se la
suspendan temporalmente. Griffin tenía un esguince de rodilla presuntamente
curado. Al final del primer cuarto fue evidente que eso no era verdad. En los últimos
minutos la lesión se reprodujo en toda su crudeza. La NFL criticó duramente la película
‘Un domingo cualquiera’ porque daba una imagen sesgada, descarnada y poco real
de lo que sucede entre bambalinas. En el resto de los asuntos tal vez
exagerara (lo dudo), pero me temo que en los aspectos médicos se quedó incluso corta: “Bueno,
chaval, cómo estás”. “Muy bien, en perfecto estado y listo para jugar”. “Perfecto,
pues ánimo y a ganar el partido, que estamos contigo”. Por supuesto, con
palmaditas incluidas.
Mike Shanahan pareció uno de esos entrenadores dispuestos a
sacrificar la carrera de un jugador por lograr una victoria. Incluso marcó una
jugada de carrera para Griffin cuando ya estaba irremediablemente cojo en el
tercer cuarto. El chaval echó a correr renqueante hacia la banda mientras los
jugadores de Seattle ni siquiera se atrevían a entrar con agresividad a
placarle. ¡Qué esperpento! Se me ha caído un mito.
Los Seahawks volvieron a sufir el ‘mal de morriña’. Su
rendimiento fuera de casa no es el mismo que en el CenturyLink. Su
infranqueable defensa fue zarandeada mientras Griffin estuvo sano. Después
recuperó la compostura y la iniciativa, pero eso es más sencillo si de lo único
que tienes que preocuparte es que Morris no corra.
Marshawn Lynch ha sido el corredor más determinante de la
temporada en la NFL
después de Peterson. El domingo volvió a ser decisivo. Más de 6,5 yardas por intento, 132 yardas totales, un
touchdown y, por encima de todo, la recuperación de un fumble de Wilson que
hubiera podido sentenciar el partido si llega a caer en manos de sus rivales. Es
cierto que sufrió una pérdida de balón costosísima en la yarda 1 rival, pero en
esos golpes de brazo contra casco, el corredor puede hacer muy poco.
Creo que la defensa de los Redskins jugó uno de sus mejores
partidos de la temporada, pero Wilson volvió a demostrar que es un QB muy difícil
de parar. Lanza con fe y potencia, lee el campo con paciencia hasta que
encuentra un objetivo claro, falla muy pocos lanzamientos, se mueve mucho pero
sin perder la cara al campo y cuando decide arrancar a correr es un meteoro. Incluso sale a bloquear si es necesario. Ha
mejorado una barbaridad desde aquellos primeros partidos en los que tardaba un
mundo en armar el brazo. Verle jugar el domingo fue un auténtico placer.
mtovarnfl@yahoo.es /
twitter: @mtovarnfl