Una imagen, una frase (semana 15)

Mariano Tovar

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Y con los Colts virtualmente clasificados, el sexto hueco se lo jugarán Steelers y Bengals en Pittsburgh el próximo domingo en el primer partido anticipado de playoffs de la temporada.

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En la Nacional las cosas también se van aclarando, pero lo del segundo récord puede traer aún cola, que los Niners tienen que viajar a Seattle y los Packers esperan agazapados. Y, quién lo iba a decir, los que están en el alambre son los Giants. Necesitan ganar los dos partidos que les quedan, a los Ravens en Baltimore y a los Eagles en casa, para poder clasificarse. Y si lo consiguen tendrán que jugar toda la postemporada fuera de su casa salvo carambola.

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El circo de los Eagles sigue su gira mundial a pesar de la ausencia de su mayor estella: Michael Vick. El espectáculo está asegurado. Nunca faltan payasos, trapecistas, domadores y mujeres barbudas. Niños y grandes llenan las gradas de carcajadas ante la sucesión de fumbles, patadas ridículas, patosos y acciones infantiles. Pero en realidad a mí me dan ganas de llorar. Nunca tantos tan buenos fueron tan penosos. Y que los aficionados de los Bengals no se emocionen demasiado, que su línea ofensiva fue una pena (Dalton sufrió 6 sacks y dos fumbles) Y su QB estuvo empanado todo el partido. Menos mal que Green-Ellis pudo salvar los muebles entre tanto despropósito.

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Venimos de Guatemala y vamos a Guatepeor. Los Giants son grandiosos para lo bueno y para lo malo. Cuando juegan bien rayan la perfección, pero cuando lo hacen mal también logran un nivel de excelencia inalcanzable para el resto. Es imposible jugar peor. Los de Nueva York lo lograron. El cero absoluto. Científicos de todo el mundo llevan décadas intentando encontrar la partícula de Dios y llegan unos tipos de azul en una tarde cualquiera y encuentran la imperfección universal casi sin esforzarse. Vamos, que les salía natural, fluido. Incluso con gracia. Y sí, los Falcons jugaron un partidazo mientras les hizo falta. ¿No echarán de menos a Asante Samuel en Filadelfia?

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Este partido ya lo había visto antes. Va de una línea ofensiva que se colapsa cuando enfrente hay unos tipos con cascos amarillos, de un quarterback acomplejado y de una afición que termina abucheando un equipo que pierde toda su fiereza cuando se enfrenta a los Packers. Y mientras, los de Rodgers siguen a lo suyo. Sin grandes alardes, y en otra actuación gris con bastantes errores, dieron otro pasito hacia la batalla por el anillo sin ruido ni estridencias. Eso sí, están a tiempo de mandar a la porra a Mason Crosby y sustituirlo en postemporada por cualquier tipo que encuentren por las calles de Green Bay. Seguro que lo hará mejor pateando a palos. 

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Hoy esta historia va de quarterbacks. De un Weeden al que he defendido todo el año pero que el domingo me sacó de quicio. Pasa de la jugada genial a la intercepción más ridícula en décimas de segundo y empiezo a entender que exaspere a los aficionados de los Browns. Parece difícil de entender que un tipo que parece tan consistente y dominante durante algunos minutos se convierta en un insensato poco después. Sigo pensando que tiene madera de muy bueno, pero alguien debe tirar fuerte de sus riendas. Además, todos sus defectos parecen mayores cuando tiene enfrente a un Kirk Cousins que siempre tuvo el empaque de un veterano. Así que me pregunto si la auténtica diferencia entre uno y otro no estará en la banda, que 35 pases contra 11 carreras de Richardson no parece una proporción razonable.

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Y el séptimo día Dios no descansó. Ese es un párrafo apócrifo como el del buey y la mula. Después de crear el mundo, Dios, agotadísimo, se echó una siesta. Cuando se despertó se dio cuenta de que tenía por delante toda la tarde del domingo y que se iba a aburrir. Así que dijo: “Hágase Adrian Peterson, un ser milagroso que alegre las tardes del séptimo día, y que con sus hazañas provoque que las gentes alaben mi nombre. Para que cuando le vean correr tengan la certeza de que la perfección existe”. Y Dios hizo a Peterson y no solo vio que era bueno, certificó que era absolutamente acojonante.

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Los Jaguars fueron completamente ridículos en la zona roja. Pero a estas alturas me pregunto en qué aspecto del juego no han sido ridículos los de Jacksonville este año. Los Dolphins con un maravilloso Tannehill y un trabajador Reggie Bush, pasaron una tarde tranquila, sin sobresaltos.

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Así es exactamente como podrían haber jugado los Saints durante todo el año si hubieran tenido a Payton en la banda. Y así es exactamente como jugaban los de Tampa el año pasado, cuando terminaron la temporada como si les molestara salir a jugar cada domingo. ¿Doug, dónde te metiste?

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Está muy bien eso de cambiar de coordinador ofensivo para que entren ideas nuevas. Pero que muy bien. 40 lanzamientos de Flacco y 12 carreras de Ray Rice. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta hasta a ahora? ¡Si estaba claro! ¡Evidente! Para que los Ravens tengan peligro en ataque hay que darle balones a Flacco. Cuantos más mejor. Y que lance profundo. Cuanto más lejos mejor. Menos mal que Peyton no fue a Baltimore, que allí le tendrían maniatado sin dejarle lanzar un puñetero pase. ¡¡¡GILIPOLLAS!!!

Si es que es matemático. 165 yardas de Arian Foster en 27 intentos y los Texans vuelven a ser poderosos en ataque y en defensa, que Luck se llevó una auténtica paliza de Watt y compañía. Pero estos Colts han crecido mucho en estos meses y no sé yo cómo hubiera terminado la cosa sin ese fumble de Mewelde Moore en la yarda uno contraria. Y ya que estamos, no estaría mal que alguien pudiera explicar que narices hacía ese balón en las manos de Moore en ese momento. Que eso de descubrir mundos nuevos casi siempre termina con amputación de… de lo que sea.

Luego dicen que los Patriots son abusones, pero los nuevos ricos no se quedan cortos. Carroll llamó una jugada de engaño en una patada de despeje cuando su equipo ganaba 47-17 y ya puestos podía haberse bajado la bragueta para ir a hacer sus cosas a la banda contraria. Que en realidad es eso mismo lo que hicieron Wilson y Lynch durante todo el partido con sus rivales. Los tres touchdowns de carrera de Wilson suenan impresionantes, pero las 113 yardas del corredor de los Seahawks en 10 intentos es definitivamente estratosférico. Así que, por segunda semana consecutiva, fue una historia de violaciones. Si antes fue un pájaro cardenal, el domingo la tomaron con un búfalo. Imagina tú que ahora se vienen arriba y le rompen el culete a un minero.

La maldición del Madden lo tenía claro. Megatrón es indestructible. Así que decidió cebarse con el resto de unos Lions que deberían unirse a la trouppe de los Eagles e ir de gira por todo el mundo. Con su espectáculo del bombero pirómano y el del lanzador de cuchillos que se los clava en los huevos. Estoy callado sobre Stafford, porque considero que el suyo es un problema de locura transitoria, pero si elimináramos de sus estadísticas los números de todos los últimos cuartos, sería el peor QB de la NFL con diferencia. Comparado con él, Gabbert un puñetero genio.

Ryan Matthews se volvió a romper la clavícula y a Rivers no se la rompieron de milagro. Su línea, plagada de suplentes, fue incapaz de parar a la defensa de los Panthers que se dio un festín. El partido estaba terminado en el primer cuarto y desde ahí solo interesó a los jugadores de fantasy que están jugando sus particulares playoff por estas fechas.

Definitivamente, estos Cowboys están sufriendo una larga crisis de esquizofrenía que les ha convertido en un equipo mejor. Ninguno de vosotros, ni yo, hubiéramos apostado ni un euro a que los de Dallas podrían ganarle a los Steelers un partido con el marcador igualado. Y no es la primera vez, que los Cowboys siguen vivitos y coleando gracias a una fortaleza mental de todo el vestuario y una consistencia de su QB que hasta ahora eran desconocidas por estos lares. El partido, muy espectacular, se convirtió enseguida en un toma y daca entre Romo y Big Ben. Pero el de Pittsburgh siempre jugó con desventaja, porque su línea se derrumbaba constantemente. Para acabar, una delicatessen. Brandon Carr firmó una de las mejores intercepciones de la temporada.

Aquello era un despelote. La incompetencia inundaba el ‘Black Hole’ convertido en un infierno de desesperación. El público suplicaba: “¡Sacadnos de aquí! ¡No aguantamos ni un minuto más!” Y en esas, cuando el fin del mundo Maya parecía adelantarse en Oakland, Janikowski dejó a un lado la botella de Vodka, se desperezó, se tiró un pedo, salió al campo, pegó seis patadas y zanjó la historia. ¡que peeeeeeenaaaaaaaa!

Este ya os lo conté ayer.

¡Mecachis! Yo estaba tan contento viendo que los Jets terminaban metiéndose. ¡Ya tengo a mis impostores para esta postemporada! Pero no podía ser. Cuatro intercepciones como cuatro soles. Si es que hay cosas que se descubren desde el primer día. Sanchez era un membrillo cuando llegó y es más membrillo en la despedida. A ese ya no le fichan ni los Jaguars. Bueno, miento, que si Delhomme encontró equipo hasta el año pasado, cualquiera puede hacerlo. ¿Kyle, dónde te has metido? ¡¿Cómo es posible que dormites a la sombra de Romo con la cantidad de incompetentes que circulan por el mundo?! Y que los aficionados de los Titans no se rían, que con Locker van por el mismo camino. ¡Madre mía, que despropósito!

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl