Una imagen, una frase (semana 14)

Mariano Tovar

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Pero al llegar diciembre vuelven todas las tradiciones año tras año: la Navidad, los Reyes Magos, las cenas familiares que terminan en batalla campal, la cabalgata, las doce uvas, Tom Brady y sus Patriots, Peyton Manning y el equipo en el que sea que juegue, Eli Manning, Aaron Rodgers… Y dan lo mismo todos los planteamientos sesudos que nos hayamos hecho. Todo queda en agua de borrajas. Que cuando llega el momento de la verdad reaparecen los de siempre, la lían parda, el día vuelve a tener 24 horas y el sol a salir por el este.

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Que cada año nos empeñamos en enterrar a los viejos dioses y en anunciar el nacimiento de una nueva era, pero al final el anillo se lo terminarán jugando los cuatro de siempre en esa partida anual de abusones que tanto nos cabrea… pero que tan cachondos nos pone. Y nos guste o no, todos los demás al final seguirán siendo ¡UNOS IMPOSTORES!

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Los Raiders siguen empeñados en estropear en la jugada siguiente lo que hicieron bien en la anterior. Y con ese lastre no puedes plantarte delante de Peyton y pretender ganarle. En los Broncos, un detalle bueno y uno malo. La línea se comió tres sacks frente al inoperante front seven de los Raiders. La protección a Manning está sufriendo en los últimos partidos. Knowshon Moreno hizo 119 yardas y un touchdown. Es verdad que recibió el balón innumerables veces, pero este año en los Broncos corre hasta mi abuela. Ya os lo decía en la introducción: mucha línea, mucha leche y tanto análisis, pero un QB de la élite, que suelte el balón rápido y obligue a la defensa a retrasarse, hace buenos a todos los que le rodean.

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Lo de los Bills cada vez lo entiendo menos. Ya está demostrado que lo que les funciona es darle el balón a Fred Jackson y a C.J. Spiller. Para celebrar el descubrimiento, Gailey (otro que merece terminar el año con patada en el culo) decidió sacar 33 jugadas de pase por 16 de carrera con sus corredores estrella. Y claro, perdió. Y eso que Bradford volvió a tener otro partido para olvidar (este chico se nos está quedando por el camino) y los Rams salvaron el partido con un drive final inesperado en el que hubo una recepción de Pettis en cuarta y uno que merece estar entre las atrapadas del año.

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Creo que ya os lo he comentado en las últimas semanas, pero estos Cowboys que vuelan bajo el radar están sacando adelante los partidos de las mismas maneras que antes los perdían. De repente son letales en los minutos finales. Incluso se sobrepusieron a una acumulación de penalizaciones muy suyas que a punto estuvieron de costarles el partido. Pero la lesión de Dez Bryant puede ser tan letal para sus aspiraciones a postemporada como hubiera sido una derrota. Los Bengals, pese a otro partido magnífico de Green-Ellis, fueron unos gatitos en la red zone (A.J.Green no tuvo su día) y dejaron escapar un choque en el que casi siempre fueron mejores.

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Los Chiefs fueron un petardo que gastó toda la pólvora con el touchdown inicial de Jamaal Charles que se cruzó todo el campo como un campeón (otro que está viendo cómo su carrera se diluye sin esperanzas). Los Browns, sin grandes alardes, contemplaron en primera fila durante el resto del partido como Brady Quinn destrozaba y desquiciaba a su equipo en una de sus últimas apariciones como jugador profesional. ¡¡¡Pero quéééé maaaaaaaaaloooooooo!!!

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Repito por enésima vez el mensaje. ¿Locker es un QB titular en la NFL? ¿Qué narices ven en él? ¿Qué es lo que se me escapa? ¿Me he vuelto loco? Pero lo de Chris Johnson volvió a ser tan desesperante como en la primera mitad de la temporada. Es como si alguien le hubiera dicho que en la línea de scrimmage hay un millón de dólares y el tipo se pasara todo el partido buscándola ¿Dónde narices está esa línea de la que me hablan? Porque no hace más que clavar los cuernos en ella. Luck no estuvo supersónico, pero una actuación saneadita en la segunda mitad sirvió para culminar la remontada. Ah, y otra vez los árbitros se empeñaron en mantener una decisión equivocada pese a la evidencia del vídeo.

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Otra vez Cutler lesionado. Otra vez Forte infrautilizado. Y, como era de esperar, Peterson aprovechó la baja de Urlacher para darse unos paseos letales por el centro del front seven rival. Pero, como está sucediendo durante toda la temporada, la clave de la victoria de los Vikings estuvo en que Ponder no se equivocó demasiado y en que la defensa colapsaba a los Bears cuando se acercaban a la zona de anotación. Me hubiera gustado ver a Minnesota este año con un QB de verdad.

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Al final, ni lágrimas de Batch ni leches. Los Chargers ganaron en Pittsburgh por primera vez en su historia y los Steelers jugaron quizá su peor partido en varias temporadas. Abandonaron la carrera desde el primer minuto, los receptores dejaron escapar balones increíbles y la defensa, completamente fuera del partido, nunca subo meter presión a un Rivers que durante la primera mitad siguió tan empanado como últimamente, pero que en la segunda se vino arriba al ver que tenía todo el tiempo del mundo. Da lo mismo el resultado final. Mirado en perspectiva, lo que debía haber sido un partidazo fue una danza macabra de dos conjuntos decadentes.

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Hace una semana, el que esto suscribe os decía que Foles tenía hasta final de temporada para demostrar que tampoco es la solución, pero visto lo visto el domingo, con esos dos últimos drives de absoluta fantasía, a ver quién es el guapo que vuelve a decir una machada en contra del QB. Porque los Eagles, que no intentaron correr en ningún momento del partido, aprovecharon la ingenuidad de los Bucs para que no se notaran todos los defectos que les han sepultado a lo largo del año. Así que después de tres cuartos llenos de errores por las dos partes, los Bucs despertaron a tiempo, pero Foles se los merendó con patatas. La venta de camisetas del 9 de los Eagles promete ser salvaje en Filadelfia durante esta semana. Y ya no tengo tan claro que terminen quemándolas.

RGIII tiene que andarse con ojo. Como siga lesionándose después de arrancadas insensatas que solo le han dado disgustos a lo largo del año, Kirk Cousins va a terminar por quitarle el puesto. Que el QB suplente, que llegó a Washington para disfrutar de una larga y somnolienta carrera a la sombra de Superman, cada vez que sale al campo monta la de San Quintín. La remontada épica de los últimos minutos fue para ser vivida de pie y dando botes, y la languidez de los Ravens durante todo el partido, sin garra, ni gracia, ni nada que reseñar, terminó por sepultarles también en el tiempo extra.

No me atrevo a juzgar este partido. Me da la impresión de que Atlanta, con el pick número 1 de la Nacional prácticamente en el bolsillo, nunca puso toda la carne en el asador. El problema es que Matty Ice y compañía no suelen tener nunca demasiada garra y quizá ahora, que están en una especie de pretemporada previa a los playoff, deberían dedicarse a buscar esa quinta marcha que tantas veces se les echa en falta. En Carolina rompieron la maldición de la moneda que os contaba Dani en su último Blue42 y Cam Newton se puso en modo mutante para avasallar como no había hecho aún en esta temporada.

Como sospecho que a casi nadie le importa lo que sucedió en este bodrio, os comento una cosa que se me olvidó contar en el artículo que escribí ayer sobre McDaniels. Uno de los rumores que corren, y que de rocambolesco incluso podría tener algo de verdad, es que los Jaguars estarían intentando volver a reunirle con Tebow en Jacksonville. Molaría ver la confluencia del huracán McDaniels y el ciclón Tebow sepultando bajo las aguas el norte de Florida para siempre jamás.

Ahí estaba Kaepernick, como Atila, cruzando el campo mientras por donde él pisaba no volvía a crecer la hierba. Y los Dolphins, que durante la primera mitad habían jugado de tú a tú contra los Niners en un duelo muy defensivo, empezaron a perder el partido con un error en un punt que terminó costándoles siete puntos pocas jugadas después. Luego, en el arreón final, cuando las gradas de Candlestick vibraban de nervios ante la posible remontada de sus rivales, llegó la carrera interminable de su joven QB para cerrar el partido y el debate que tanto daño le está haciendo a su equipo.

El inicio de partido fue un despropósito, con errores permanente por ambas partes que volvieron loco el marcador. Y aunque todo el mundo ha puesto los focos sobre David Wilson, que entre retornos y carreras se merendó a los Saints, la auténtica diferencia la marcó un Eli Manning que volvió a ser el de las grandes ocasiones después de un mes colapsado por el ‘efecto lelo’. Y si no es flor de un día, y Eli ha decidido por fin jugar al su nivel habitual, que todo el mundo suelte las armas, levante las manos y se ponga de espaldas a la pared, que a los Giants que vimos jugar este domingo no creo que les hubiera ganado nadie.

Este no fue un partido de football, sino una noticia de sucesos. Podría titularse más o menos así: Halcón marino viola repetidamente a un pájaro cardenal en el Estrecho de Puget mientras los viandantes se desentienden de lo ocurrido. Ah, y no me digáis, ¿a que Flynn es cojonudo?

Llevo todo el año diciendo que los Lions pierden cada partido cuando ya lo tienen resuelto y que los Packers se limitan a aprovechar los errores de sus rivales para ganar cada domingo. Esta vez fue Stafford el que inventó el fumble imposible mientras todos mirábamos el televisor estupefactos y terminábamos partiéndonos de risa. Pero estos Packers cada vez me asustan más. Saben ganar por oficio y aún no han sacado ni uno solo de sus fuegos artificiales. Bastantes de sus lesionados estarán de vuelta para postemporada y es en ese momento cuando hay que vencer y convencer.

Creo que el primer cuarto y medio de los Patriots fue el mejor de cualquier equipo en todo lo que va de temporada. Y quizá también de los últimos años. Verlos volvía a provocar esa risa nerviosa y cruel de los viejos tiempos. Los Pats en 2011 eran un equipo en reconstrucción y llegaron a la Super Bowl. En este momento, tras la llegada de Talib a la secundaria, ya tienen todas las piezas en su sitio. ¿Hasta dónde llegarán? Machacaron a Houston por estrategia, por intensidad y por calidad. No hubo discusión. Da la impresión de que ahora sí que pueden ganar un partido solo con su defensa y eso, en manos de Belichick, es un arma de destrucción masiva. Pero también me pareció que tras ponerse 21-0 el ataque perdió bastante frescura, sobre todo en terceros downs, que muchas veces se salvaron gracias a penalizaciones, y también tengo la sensación de que Welker ha perdido esas manos portentosas que le llevaron a le élite. Dejó caer algunos balones inexplicables.

Y para terminar, un inciso que ya quise hacer también en el artículo de ayer pero que se me pasó tras una interrupción en su escritura. Yo también creo que Gruden perdió mucho de su prestigio durante sus últimas dos temporadas en Tampa. Destruyó el solito el equipo con sus decisiones absurdas. También pienso que su versión ultraconservadora de la west coast obliga a tener unas piezas muy concretas en la plantilla para que funcione. Por eso me sorprende que tanta gente suspire por tenerlo en su equipo. Yo le dejaría ahí, en la tele, como heredero de Madden. Solo espero el día en que él también destroce un pavo con las manos.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl