Una imagen, una frase (Semana 11)

Mariano Tovar

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Tuvimos que esperar hasta el último cuarto para ver un touchdown de ataque y, curiosamente, lo anotó el equipo perdedor. Los Bills habían caído derrotados una semana antes después de una exhibición ofensiva. Esta semana tiraron de defensa y de equipos especiales. Y al final, la sensación es que ambos equipos están a unos pocos detalles, y a una gran dosis de regularidad, de ser competitivos de verdad.

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Cinco intercepciones a Ryan, dos fumbles de los Falcons, Turner empanado como casi siempre este año y Stephens-Howling enchufándoles 127 yardas de carrera en 22 intentos. Los Falcons no lo pueden hacer peor, pero ganaron. Sufriendo como perros, sí, pero lo lograron. Los Cardinals, en su propio via crucis, sentaron a Skelton por incompetente y probaron a Lindley, que no fue mucho mejor. A Kolb ya le añoran en dos lugares: Filadelfia y Arizona.

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Una semana más, me gusto Weeden, y me pareció que estos Browns sí que están en el camino correcto para dar guerra de verdad en la próxima temporada, pero, por una vez y sin que sirva de precedente, los Cowboys fueron muy eficaces en los minutos finales. Esta vez no hubo intercepciones absurdas, ni tropezones, penalizaciones ridículas o despistes inexplicables. Los Cowboys igualaron in extremis, se impusieron en la prórroga y exorcizaron uno de sus fantasmas.

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Los Lions ya nos tienen acostumbrados. Son Santa Claus con casco. Y, como en cada una de sus cabalgatas dominicales, van arrojando regalos a los niños, que los recogen agradecidos. Esta vez incluso los entrenadores ofensivos se pegaron en la banda mientras Stafford esperaba que alguien le dijera qué hacer. ¡¡¡Fuera ya, hombre!!! ¡¡¡A la porra todo el staff técnico!!! Ese grupo tiene potencial de Super Bowl y actitud de banda de apandadotes. ¡Qué desperdicio! Lo Packers, no mucho mejores, remontaron al final pese a que Crosby mereció haber vestido de azul y el resto del equipo acusó los parches.

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Gran parte del público de Kansas City acudió al campo con camisetas negras. El tradicional manto rojo que cubre las gradas desde tiempos inmemoriales apareció manchado. Y lo peor es que la protesta negra continuará hasta final de temporada y promete ir extendiéndose como un cáncer. Los Bengals, reanimados por los problemas de sus rivales divisionales, y revividos en cuanto Dalton ha recuperado su nivel habitual, se limitaron a aprovechar los regalos del ejército de Pancho Villa que tenían enfrente.

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Rex Ryan se tentó la ropa y protegió a Garcia como hace tiempo, para ganar como lo hacían sus primeros Jets, pegados al terreno y sin hacer concesiones. Pero los Rams, como les sucedió en Londres hace casi un mes, sacaron su cara insípida, abusaron del pase y nunca supieron frenar el ataque machacón de sus rivales. Es curioso cómo Mark Sanchez siempre tiene actuaciones decentes después de una semana caliente. El instinto de supervivencia le mantiene ahí desde hace demasiado tiempo. No creo que cuele un año más.

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RGIII no hizo un partido perfecto porque es necesario un pase más (16), para que contabilice. ¡Menuda chorrada! Griffin hizo un partido perfecto lo diga quien lo diga, que completar 14 de 15 para 200 yardas y cuatro pases de touchdown lo firmarían Peyton Manning o Brady con los ojos cerrados. Y además sumó 84 yardas de carrera sin arriesgarse a sufrir golpes en ningún momento. El péndulo se ha movido. Parece que si Luck tiene un mal día, RGIII se sale, y viceversa. Enfrente estuvo el muerto viviente, el gran fracaso de la temporada, el ridículo absoluto, un moco verde, autodestruyéndose sin compasión. Conociendo cómo se toman las cosas en Filadelfia, esta offseason no va a quedar piedra sobre piedra. El equipo va a ser derruido y la larguísima etapa de Reid, siempre a punto de todo, será historia.

Antes de analizar el partido, no tengo ninguna duda de que Doug Martin tenía posesión cuando el balón estaba encima de la línea de anotación cuando sufrió el fumble. Los árbitros no lo vieron así y alargaron la agonía de unos Panthers que siempre fueron peores, pero que aprovecharon a la perfección los errores de sus rivales. Los Buccaneers son, a día de hoy, uno de los equipos más en forma y llevaron la iniciativa, Freeman se apoyó muy bien en Martin para poner en marcha un ataque muy eficaz y la defensa rindió a buen nivel durante gran parte del partido. Tampa no solo está en la carrera, sino que ahora es un gallito que no hay que descartar.

Gabbert duró dos jugadas. Entonces salió al campo Henne. Pero no el Henne de la última etapa de Miami, sino el del principio. El que nos tuvo engañados a todos durante una temporada completa. Y pim-pam-pum, el solito, se llevó puestos a unos Texans que no daban crédito a lo que estaba sucediendo, y que descubrían que Foster esta vez no les iba a sacar las castañas del fuego. Así que con la defensa empanada, y el ataque terrestre colapsado, Schaub tuvo que tomar la iniciativa por una vez en la vida, y demostró que es un completador de pases sensacional y un QB elegante y eficaz que no alcanza la élite porque le falta corazón. Pero al final todos respiraron aliviados. Los Texans ganaron y recuperaron un QB que estaba escondido. Los Jaguars aprovecharon para dar por concluida la etapa Gabbert y se encomiendan a la locura Henne hasta final de año.

¡Qué miedo tienen todos los aficionados de todos los equipos de la NFC a estos Saints! Incluso algunos braman cada vez que los incluimos en nuestro power ranking. ¿Tanto miedo tienen a encontrarse con ellos en postemporada? No hace falta ponerse vendas antes de que tener la herida, pero quien descarte a estas alturas a los Saints, y más ahora que han recuperado el tridente de carrera (Ingram-Ivory-Thomas) que tan bien funcionó ya el año pasado, se está precipitando.

En Denver casi todo les estaba funcionando como la seda, pero la lesión de McGahee, que se perderá el resto de la temporada regular y quizá parte de la postemporada, ha amargado una victoria que deja sentenciada su división. Uno de los secretos del Manning de esta temporada es la gran compenetración que había conseguido con su corredor. Desde los mejores momentos de Edgerrin James no había encontrado una asociación así. Ahora tienen que buscar que Hillman rinda al mismo nivel y proteger una máquina que parece perfectamente engrasada. Los Chargers, por su parte, tiraron de corazón para seguir vivos hasta los últimos minutos, pero, sin llegar al desastre de los Eagles, también pueden dar por concluida la lamentable etapa Norv Turner.

Ya hablé suficiente sobre este partido en el artículo del lunes. La paliza no me parece suficiente ni para creerme a los Patriots ni para descartar a los Colts.

¡Menuda batalla campal! ¡Cómo se sacudieron! ¡Qué brutalidad! Mientras Ray Lewis y Big Ben se reían en la banda, la sangre corría sobre el emparillado, a Leftwich le rompían dos costillas, a Ed Reed le sancionaban con un partido de suspensión por el golpe que le arreó a Emmanuel Sanders y la defensa de los Ravens se conjuraba para demostrar que aún puede ganar partidos.

Me gustaría reproducir un comentario de Rickers en la última entrada que, en mi opinión, describe perfectamente lo que fue el partido: “Y ya sabía yo que el tema Cutler saldría como excusa de una posible derrota de los Bears... y vale, entiendo que es una baja sensible pero entonces, ¿limitar las yardas totales en ataque a menos de 150?, ¿es merito de la Defensa de SF o demerito del ataque Bears?

Pues yo me quedo con el merito en Defensa.

Y al reves, ¿que una de las mejores Defensas de la liga, permita más de 350 yardas?, ¿es demerito de la Defensa Bears o mérito del ataque de SF?”. No hay más que decir.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl