Por ahora, nadie está contento
Mariano Tovar
Ya ha pasado el primer tercio de competición. El de las
dudas, en el que se perdona la falta de regularidad, en el que todos los
equipos afinan, a toda prisa, para llegar a noviembre al ciento por ciento. Y
yo os pregunto ¿Hay por ahí alguno que se sienta realmente satisfecho con su
equipo? ¿Qué piense que está en el camino correcto para luchar por el anillo?
Siempre alabamos la igualdad que preside, año tras año, esta competición. Pero esta vez es distinto. No solo es igualdad. Es decepción. Creo que ninguna afición está realmente satisfecha. Los diferentes récords no reflejan el auténtico nivel de cada equipo. Pero no me refiero al fondo de cada división, donde, por ejemplo, dormitan conjuntos poderosos como Saints, Cowboys o Lions. Por arriba también cueces habas. Los Falcons, únicos invictos, están ganando con muchos problemas y dando la sensación de que su defensa está más floja cada semana.
También hay aficiones desconcertadas. Un ejemplo claro es la de los Niners. No hace falta más que leer los comentarios de este blog para entender la ilusión con la que afrontaban esta temporada. La derrota frente a los Giants ha sido un baño de realidad casi cruel. Todos sus mitos se han caído a la vez. Jim Harbaugh fue humillado por el planteamiento de Coughlin; la defensa fue a remolque desde el primer momento, incapaz de recuperar la iniciativa; el ataque terrestre fue anulado por el equipo azul, que decidió obligar a Alex Smith a cargar con el peso del ataque. En San Francisco ya se han dado cuenta de que sus rivales se los han aprendido al dedillo. Tienen hasta enero para encontrar nuevas fórmulas para hacer daño y sorprender.
Algo similar le sucedió con Houston. Los Packers maniataron
a Foster y obligaron a Schaub a competir en un duelo de pistoleros contra
Rodgers que nunca podría ganar. Ahora, ni los 49ers ni los Texans parecen tan
temibles. Pero yo me pregunto si hay algún equipo que sea temible de verdad. El
otro día hablaba con Jordi Piqué (autor del blog illegalreturn) y me preguntaba
a quién veía como posibles sorpresas de la temporada. Yo insistí en las que ya
había señalado antes de empezar la temporada: Seattle en la Nacional y Chargers en la Americana. Ahora,
pocos días después, toda la NFL
es una gigantesca gran sorpresa. No me atrevería a descartar a casi nadie.
Os pongo un ejemplo. Hace poco más de un mes me reía de los Dolphins, Lauren Tannehill y el caos que parecía rodear a la franquicia. Ahora están 3-3, como el resto de su división, y dos de sus derrotas llegaron en la prórroga tras la decisión de Philbin de pedir unos tiempos muertos que le salieron bastante caros. Y además transmiten muy buenas sensaciones, con un Tannehill estupendo y una defensa que, a la chita callando, se encuentra entre las mejores de la NFL. Si los Patriots siguen haciendo regalos como el de Seattle, en Florida pueden empezar a soñar con un billete para postemporada.
Ni siquiera los Ravens acaban de convencer. A la irregularidad de Flacco se le suma la acumulación de lesiones en una defensa que ya de por si está muy lejos de sus mejores tiempos. Quizá Baltimore pueda llegar a postemporada sin grandes sobresaltos, pero tiene un largo camino por delante si quiere ser un bloque competitivo en enero. Lo mismo le sucede a Pittsburgh. Su defensa es una caricatura y ahora está viendo cómo se queda sin línea ofensiva.
Quizá solo haya dos equipos que parezcan más ajustados a
estas alturas de la temporada. Son Bears y Giants. Pero nadie se fía de los
primeros. Cutler es un pirómano que provoca incendios por donde quiera que
pasa. Aparentemente, solo necesitan trabajar su línea ofensiva de aquí a
diciembre para ser auténticos favoritos, pero los cambios de estado de ánimo de
su quarterback pueden hacerles mucho daño. Los Giants son un mundo aparte. Parece
el equipo más equilibrado y que más claro tiene a lo que juega. A eso se le
suma un Eli Manning cada vez más estratosférico (qué inteligente y que
ambicioso es). Pero con ellos, y en temporada regular, no hay nada seguro. El
próximo domingo se juegan muchas de sus opciones contra los Redskins. Una
tercera derrota divisional sería letal para sus aspiraciones. Viendo los
antecedentes, a nadie le sorprendería una autodestrucción azul.
Visto lo visto, ya no me atrevo a hacer demasiados pronósticos. Me gustan los Packers. No por su victoria sobre los Texans, sino porque sumando fragmentos de sus seis partidos me queda un cuadro muy bonito. Cuando ganaron la Super Bowl, su arranque fue tan titubeante como este año. Luego fueron encajando las piezas y en diciembre ya eran imparables. Creo que este año podrían seguir el mismo camino.
También sigo pensando que los Seahawks le birlarán la división
a San Francisco. Ya lo dije e los pronósticos de pretemporada y os sorprendió,
pero mi razonamiento se sustenta en la comparación entre ambos. Yo creo que la
defensa de Seattle no le tiene nada que envidiar a la de los Niners y que su
ataque terrestre también está parejo. Los dos juegan en auténticos fortines y
su calendario no es muy diferente. Wilson fue hasta este domingo un QB insulso
que se limitaba a molestar lo menos posible. Ante los Pats destapó un instinto
asesino que quizá solo sea puntual, pero Alex Smith ni siquiera es mucho mejor
que la peor faceta de Wilson. De todos modos, ni unos ni otros me
convencen como aspirantes a cotas más altas.
Tampoco descarto una remontada de los Saints. Los Falcons posiblemente estén ya demasiado lejos, pero todo apunta a que la wild card puede salir relativamente barata.
Ya hemos vivido el primer tercio de la temporada y pienso que ningún aficionado de entre los equipos que partían como favoritos está demasiado contento. La carrera hacia el anillo se ha suspendido provisionalmente por culpa de la niebla.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl