Una imagen, una frase (Semana 4)

Mariano Tovar

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Por suerte, a partir de ahora volverán a ser simplemente ‘los cebras’. Seres en lo más profundo de la cadena alimenticia a los que Goodell dota de unos incisivos agudos para que hagan cosas antinaturales. Señores, soportémosles, pero no les jaleemos.

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Los Ravens no sufrieron demasiado pero tienen que replantearse su insistencia en el pase profundo. La línea ofensiva aguanta lo justo y Flacco es mucho más preciso en la media y corta distancia. Un cambio de estilo tan brusco puede no ser tan buena idea. Y ya puestos, Michael Oher tendría que ver una película llamada ‘The Blind Side’ en la que, curiosamente, se habla de un tipo que se llama como él y también acaba en los Ravens. ¡¡¡¡Lo digo para ver si aprende algo de si mismo, que es un coladero!!!!

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Hay victorias que tienen un valor especial y la de Atlanta del domingo es de las que marcan una temporada. Los Panthers salieron a jugar en modo ‘aspirantes a la Super Bowl’ y les tuvieron contra las cuerdas hasta el fumble de Newton a falta de un minuto. La defensa de Atlanta, dominante hasta ahora, fue incapaz de leer la movilidad del QB rival y se vio superada durante casi todo el partido. Dicho todo lo anterior, os tengo que confesar una cosa: creo que me estoy enamorando perdidamente de Matt Ryan. ¡Dios mío, cómo puede ser tan bueno!  

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Podemos debatir durante días si la segunda parte fue mérito de los Patriots o demérito de los Bills. Lo único seguro es que hay que remontarse muchos años para encontrar un ataque terrestre en Boston tan ilusionante como el actual. Bolden se ha unido a la fiesta y puede formar con Ridley una pareja fabulosa. Un detalle: los Pats intentaron 36 pases y 40 carreras. Lo dicho, hace años.

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Manolo Arana se pasó toda la tarde del domingo contándome que la defensa de los Vikings está entre las tres mejores de la NFL, que estrecha y ensancha el campo a placer, que Peterson es un monstruo, que Ponder es el futuro, que la abuela fuma… Vale, lo compro, pero los Lions murieron por segunda semana consecutiva por culpa de sus patéticos equipos especiales, de los errores de una defensa plagada de inconscientes y la pereza de un ataque que no despierta hasta última hora.

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Me gustaría decir que los Chargers fueron un equipazo, pero se limitaron a observar cómo Cassel lanzaba intercepciones y Jamaal Charles perdía balones para ganar sin despeinarse. Los de San Diego están destrozando su historia más reciente. Record 3-1 para empezar y sin necesidad de hacer casi nada.

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Es impresionante la capacidad de Jeff Fisher de encontrar oro en cualquier riachuelo. Lo demostró en Tennessee durante años y ya ha empezado a hacerlo en los Rams. Bradford estuvo muy gris, Steven Jackson sigue desaparecido, los Seahawks les hicieron más de 150 yardas de carrera y, aún así, su equipo ganó con solvencia. Por otro lado, ya entiendo por qué hay tantos aficionados de los Niners en este blog que defienden que el QB titular de Seattle debe ser Wilson. Les pueden sus intereses partidistas.

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Y ya que estamos, quiero aprovechar este momento para solicitar a los censores del blog que me den su permiso para una cuestión. Cuando critico a algún QB siempre hay un grupo que dice que los jugadores necesitan tiempo para demostrar su potencial y que opino antes de tiempo. Por favor necesito que me digan la fecha concreta a partir de la cual puedo empezar a decir con criterio suficiente que Wilson es un membrillo. Muchas gracias.

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Los Niners se dieron un baño de confianza y autoestima a costa de los Jets, pero fue ficticio. Alex Smith encoge más y más cada semana y el ataque de los Jets no necesita una defensa que lo frene. Implosiona solo. No sé si será verdad, pero dicen que ahora todo el equipo acompaña a Sanchez en sus noches de farra. Ya sabéis, para olvidar. Incluso aseguran que se ha visto a Tebow apoyado en la barra con cada mano en un pandero distinto para entrenar la option. ¡Qué banda!

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Por fin Hasselbeck a los mandos. Por fin el Chris Johnson de verdad y no la imitación... Da lo mismo. El domingo les tocaba hacer de sparring de los Texans, que volvieron a entrenarse y a ganar sin esforzarse. Creo que ha llegado el momento de preguntarse si de verdad hay en toda la NFL una defensa tan dominante como la de Houston. No solo son agresivos, también controlan el reloj y el terreno de juego con precisión demoniaca. Saben doblarse sin partirse y desesperar a los rivales cuando creen tener la iniciativa. Un escándalo.

Creo que en Indiana comienzan a preguntarse si no habrán desaprovechado a Peyton Manning durante años. Lo del domingo fue un festival. Pero no de pases, como hasta ahora, sino de variedad de jugadas diferentes e imaginativas. Reverses, rollouts, pantallas, ¡fantasía! Peyton ha sacado un arsenal que ha tenido escondido durante años. Mientras, en Oakland tienen muchos problemas. McFadden está irreconocible y Palmer lanza al muñeco, pero la defensa tampoco está aportando demasiado.

Tannehill y Kolb. Como dos niños pequeños. A lo largo de la tarde hubo momentos en los que daban ganas de abrazarles. Segundos después el cuerpo te pedía darles una azotaina. Y así, entre detalles geniales y errores garrafales, sacks e intercepciones, transcurrió un partido que terminó en la prórroga y que volvió a demostrar a Philbin que pedir un tiempo muerto antes de un field goal no sirve para nada.

Un nuevo transformer ha llegado a la NFL. Su nombre es A.J. Green y tiene asegurada una portada del Madden en los próximos años. Forma con Dalton una asociación que sin duda pasará a la historia de los Bengals, y quizá de la NFL. Entre los dos destrozaron a unos Jaguars inoperantes en ataque, con la línea ofensiva rendida desde el primer momento y sin recursos.

Y ya que estamos, también quiero solicitar al grupo de censores que me digan a partir de qué día podré decir con criterio suficiente que Gabbert es aún más membrillo que Wilson. Ni siquiera merece la pena criticarle. No le llega a mi añorado Delhomme ni a la suela de los zapatos. Paso de él. Me aburro.

No estoy muy de acuerdo con todos los que han dicho que fue uno de los partidazos de lo que va de temporada. Sí, es verdad que fue espectacular, pero los Saints hicieron exactamente lo mismo que hasta ahora (54 pases y 19 carreras) y los Packers les dieron vidilla entrando a su juego de toma y daca. Creo que los Packers se están equivocando, que son más eficaces en los drives balanceados que cuando se empeñan en pasar y que no tienen demasiado claro cual es el estilo que quieren implantar. También creo que su defensa es poderosa, que está empezando octubre, que encontrarán la fórmula a tiempo y que serán ogros en enero. Por último, estoy seguro de que sin el dedo en el ojo de Rodgers, los de Green Bay hubieran sentenciado muchísimo antes. Algunos afirman que esta derrota, pese a todo, dará aire a los Saints. Lo dudo mucho.

Yo creo que Billy Cundiff estuvo en la puñetera calle durante muchos minutos del partido. Shanahan le miraba de reojo y le quería matar. Después de una tarde en la que lo fallaba todo, enchufó el decisivo y respiró aliviado. Que se ande con ojo, que tiene una cruz en la frente. ¿Os he dicho alguna vez que RGIII apunta a bestia de la guerra?

Los Eagles dominaron el partido, maniataron a Eli, cerraron todos los huecos a la carrera y obligaron a los Giants a jugar a tirones. Tynes falló el field goal sin que nadie se lo pueda reprochar. ¿Por qué no ganaron entonces los Eagles por paliza? Básicamente porque, aunque esta vez no cometió errores, Vick, el antiguo terror de la red zone, se ha convertido en un corderito en las últimas yardas. En dos ocasiones los Eagles llevaron el balón hasta casi la línea del gol y en las dos se empeñaron en doblar la esquina. ¡Seis puñeteros intentos de doblar la esquina! Como si fuera Uri Geller doblando cucharas. Y claro, ni de coña. Un McCoy inmenso terminó desesperado de tanto doblar y tanta esquina. Pero, con todo, incluso este triste Vick puede ser suficiente para estos grandes Eagles.

Olvidad de las intercepciones de Romo. Los Bears hubieran ganado aunque no las hubiera cometido. Es más, creo que los Bears jugaron su mejor partido de los últimos años. No pueden hacerlo mejor. Empezaron demoliendo la pared con Forte y Bush, siguieron arrollando a la línea ofensiva rival con cargas asfixiantes. Cuando los Cowboys se estaban cociendo en su propia salsa, apareció la conexión Cutler- Marshall y el resto fue un festival. En serio, Romo no tuvo la culpa, los Cowboys fueron víctimas de un atropello. Si Chicago jugara siempre así, estaría en la cima de todos los power rankings.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl