Se abre la veda de la cebra
Mariano Tovar
Al entrar en tu clase te llevas un susto mayúsculo. Ahí, en la segunda fila, hay un niño, con pantalón corto y babero, clavadito a Albert Einstein. El mismo pelo blanco de punta y un incipiente bigote demasiado poblado para su edad. A su lado está Stephen Hawking sentado en su silla de ruedas pero con sesenta años menos. Tú les miras aterrorizado. “Pero qué les voy a explicar yo a estos tíos”.
Pero lo peor está por llegar. No solo saben más que tú. Cada vez que te das la vuelta, Einstein te tira un garbanzo con una puntería diabólica que siempre aterriza en el cogote. Hawking hace pedorretas y te llama inútil murmurando en falsete. Y encima, como son los mejores de la clase, el resto de los alumnos no tarda en hacer coro. Es solo el primer día y aquello se te ha ido de las manos y no tienes posibilidad de reconducirlo. Te preguntas una y otra vez por qué no te hiciste guía turístico que, sin duda, es tu auténtica vocación.
Pues eso mismo es lo que sintieron todos y cada uno de los árbitros que saltaron al emparrillado en partidos de la NFL este fin de semana. El experimento había funcionado razonablemente bien en pretemporada, cuando nadie se juega nada. Pero la NFL es una guerra atómica con armas químicas y de destrucción masiva. En la NFL la vida no vale un pimiento y, si es necesario, se sacrifica a un árbitro y se da a beber su sangre al front seven para revitalizarlo.
El problema se acentuó en los partidos más igualados. Jim Harbaugh aullaba a dos milímetros de la oreja del juez de línea de su banda, que se hacía más y más pequeño a cada momento. Shannon Eastin, la mujer árbitro que se ha convertido en la imagen de los sustitutos, aguantaba el tipo y se hacía la despistada cuando Jeff Fisher, siempre un caballero, reprimía sus ganas de exprimir jugo de cebra. En todas partes se fingían interferencias con gesticulaciones exageradísimas y vergonzantes. En Tampa les caía un rayo encima, en Minnesota se reunían preocupados cuando el tiempo extra se venía encima y no estaba del todo claro como funcionaba el asunto… Llegó un momento que no solo los entrenadores se venían arriba, también los jugadores se encaraban con ellos, se formaban tánganas, perdían las formas y les voceaban sin inmutarse. La veda de la cebra se había abierto.
Una jugada después los Seahawks intentan una jugada suicida. Lynch corre con el balón. Si es detenido el reloj correrá y los visitantes se quedarán literalmente sin tiempo. Pero Pete Carroll es un zorro que se las sabe todas. Corrió como una exhalación hacia su juez de banda y pidió a gritos que se parara el reloj. “¡¡¡Tiempo!!! ¡¡¡Tiempo!!!” El árbitro, obediente, detiene el juego. Solo había un problema, era el cuarto tiempo muerto del equipo. El público, los rivales, los televidentes, e incluso los jugadores de Seattle se quedaron estupefactos mientras el grupo de cebras formaba un concilio. Carroll aprovechaba el regalo y se reunía con Wilson para buscar una jugada que les diera la victoria. Los abucheos rompían el umbral auditivo. Era el caos.
Para terminar con la historia, Wilson lanzó tres incompletos y se acabó el partido.
Mientras ayer algunos cazadores exhibían las cabezas de las piezas que habían capturado en la montería de cebras, recordaba la reacción de Ed Hochuli tras un error garrafal en 2008 que dio la victoria a los Broncos de Cutler sobre los Chargers. Tras terminar la jugada, el árbitro abrió el micrófono, explicó la jugada completa, dijo que se había equivocado pero que no podía cambiar la decisión porque el reglamento se lo impedía y pidió disculpas. Más tarde presentó su dimisión a la NFL que, por supuesto, no la aceptó. Como sabéis, Hochuli es mi árbitro favorito. Me encanta su sentido didáctico, cómo explica cada penalización para que la entendamos hasta los que no hablamos inglés, cómo mantiene la autoridad solo con su presencia y como se nota que todos le respetan en el mundo de la NFL.
Ed Hochuli es abogado además de árbitro en la NFL. Trabaja en la firma Jones, Skelton & Hochuli desde 1983. Señor Goodell, ¿qué problema tiene para que un árbitro ejerza como abogado además de cómo árbitro? ¿Tan empeñado está en controlar las vidas de todos y cada uno de los que habitan en el universo de la NFL?
Los árbitros de la NFL ya son igual de malos que los de cualquier otro deporte. Es otra señal. El calendario Maya lo predijo y diciembre se acerca inexorable. ¡¡¡¡ARREPENTÍOS!!!
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl