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Murray se cuelga el oro, Federer se queda sin el 'Golden Slam'

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Tomás de Cos

Del Potro sorprende a Djokovic y consagra su vuelta a la cima del tenis con un merecido bronce olímpico. Serena Williams agiganta su leyenda con su doblete en Londres, con Sharapova y Azarenka de escoltas en el podio. Los hermanos Bryan se imponen a la armada francesa y saldan su única cuenta pendiente. Sin su gran líder, el tenis español se queda sin medalla 24 años después.

Se acabó el tenis en los Juegos de Londres y como en cada cita olímpica lo hizo dejando sonadas sorpresas. La principal es que el escocés Murray por fin ofreció a los suyos la gran alegría que esperaban de él. Y lo hizo en casa, en la catedral del tenis, en el mismo escenario en el que perdió su cuarta final de Grand Slam hace menos de un mes y frente al mejor tenista de la historia. Con una actuación incontestable, soberbia: 6-2, 6-1 y 6-4.

Una vez superados los lógicos nervios iniciales y las primeras embestidas del suizo, Murray fue el único tren expreso sobre la verde y (esta vez) ruidosa Centre Court. Todo lo hizo bien y hasta la red acabó rindiéndole pleitesía, en un encuentro que recordó a la inversa a la final del US Open 2008. En su haber caben destacar numerosos aspectos: su apuesta por el tenis ofensivo, la movilidad, la intensidad, el descaro, la acertada gestión de los momentos decisivos, la fe, la tranquilidad, una actitud siempre positiva…

Su tenis fluyó por su Head como las aguas bravas del canal de Lee Valley Water Centre. Indomable. Sin rastro de la habitual espera a la contra, con la línea de fondo atada al tobillo. Su servicio y su revés brillaron como en los mejores días (cerró el partido con dos saques directos) y la derecha lució potente, larga y segura. Incluso bajo presión. Demasiados argumentos para un Federer errático y sin plan B.

Federer perdonó al escocés en los primeros compases del partido y naufragó con estrépito en los puntos decisivos. Y esta vez el servicio no se sacó del atolladero. Aunque supo generarse hasta nueve bolas de rotura sobre el saque de Murray, las malogró después. Un viejo mal acrecentado con el paso del tiempo y los récords, que ya debería haberse hecho mirar…

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Pero quizás lo más llamativo fue su incapacidad para encontrar alternativas sobre la marcha. Ya fuera por exceso de confianza (en que Murray bajaría el nivel) o por impotencia, su habitual virtud no hizo acto de presencia en el All England Club. Apenas asomó por la red y tampoco invitó a Andy a hacerlo. No varió el guión pese a acercarse al precipicio que le separaba del 'Golden Slam' a una velocidad de vértigo. Por momentos pareció conformado con la plata. Eso sí, nunca dejó de intentarlo, ni trató de afear la victoria del ídolo local. El chico de oro del tenis británico ahora ya lo es por derecho propio. Un triunfo imborrable que debe servirle de impulso para su ataque definitivo a la cima del tenis mundial. Emilio Sánchez Vicario y Pato Álvarez tienen motivos para sentirse orgullosos. Incluso para sentir como propio un pequeño pedazo de esa merecidísima medalla de oro.

DEL POTRO CELEBRA LA VUELTA A LA ÉLITE CON UN BRONCE

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El tenista argentino impidió que Djokovic, abanderado y orgullo nacional de Serbia, revalidara su bronce olímpico. En Pekín 2008 sólo le derrotó el gran Rafa Nadal. En Londres le superaron primero Murray y después Del Potro. A ninguno de ellos pudo arrancarles siquiera un set. Pero tampoco es para hacerse cruces porque estuvo donde se le esperaba, en la lucha por las preseas.

Un bronce con sabor a gloria para el espigado y poderoso tenista de Tandil, tras sobreponerse física y anímicamente a una terrible e histórica derrota en la semifinal frente a Federer, récord de duración y número de juegos disputados (34) en un partido olímpico al mejor de tres sets. Del Potro ha firmado un torneo intachable, en actitud, trabajo y nivel tenístico, en el que ha vuelto a despuntar en el recreo de los mayores. Y huelga decir que nos encaminamos hacia el US Open…

SERENA, INALCANZABLE

Al margen de Murray, el torneo olímpico ha dejado otra protagonista de oro. En este caso con mayúsculas. La pequeña de las hermanas Williams sale de Londres con dos oros al cuello y el 'Golden Slam'. El tercero en dobles, junto a su inseparable Venus, y el primero individual tras arrollar sin piedad a la bella Sharapova por 6-0 y 6-1. Todo ello, un mes después de haberse llevado su quinto Wimbledon individual. En su palmarés ya figuran 29 títulos de Grand Slam, 14 en singles, por lo que tiene en su mano superar a leyendas como Margaret Smith Court (24), Steffi Graf (22), Martina Navratilova (18) y Chris Evert (18).

LOS BRYAN, DE LEYENDA

Estados Unidos sale de la capital del Reino Unido con tres oros. Un valioso botín en su mano a mano con China en el medallero. Los hermanos Mike y Bob Bryan doblegaron en la final a Tsonga y Llodrá, verdugos de los españoles Feliciano López y David Ferrer en una semifinal inolvidable, y se sacaron la espina de su derrota en la final de Pekín frente a Federer y Wawrinka. Un colofón perfecto a una carrera tenística alternativa pero plagada de éxitos.

EL TENIS ESPAÑOL, SIN MEDALLA

A la ‘Armada’ le ha tocado vivir días amargos en la cita olímpica. La primera antes siquiera de trasladarse a Londres a competir. Rafa Nadal, nuestro deportista más conocido y admirado, al que de forma unánime las federaciones olímpicas había escogido para portar la bandera en el desfile del estadio de Stratford, se autodescartaba por lesión. Adiós al sueño de revalidar su oro de Pekín. Otra vez la tendinitis en las dichosas rodillas...

Un Nadal al que suplió Feliciano en el cuadro individual y Gasol en la ceremonia de inauguración. Con Nadal en casa, la delegación española perdió una medalla que prácticamente tenía asegurada. Porque el mallorquín raramente tropieza dos veces en la misma piedra.

La mejor actuación corrió a cargo de Almagro, que brilló pese a jugar infiltrado por sus dolores en el hombro. El murciano pasó las de Caín y se estrelló en cuartos de final frente al campeón. Probablemente hubiera perdido igual, pero ni siquiera hubo partido a causa de su lesión. El murciano tiene motivos para sentirse orgulloso.

El batacazo inesperado fue el de Ferrer, que firmó un solvente inicio de torneo, contra el japonés Kei Nishikori. Una derrota que sin embargo le permitió centrarse en el doble, en el que compartió grandes alegrías y decepciones junto a Feliciano.

Nunca imaginamos un final más triste. Sin apenas historial jugando juntos, mostraron su mejor versión hasta acariciar la final. Frente a los franceses Tsonga y Llodrá dispusieron de una bola para colocarse 3-0 arriba en la tercera y definitiva manga, tras haber levantado el set inicial. Y más tarde hasta cuatro puntos de partido al resto… Pero acabaron derrotados por 6-3, 3-6 y 18-16 tras tres horas y media de batalla. Un duro castigo que les minó la ilusión y lastró en exceso sus opciones de colgarse el bronce en la final de consolación. Al margen queda la polémica de la ausencia de pareja en el doble mixto que encampanó (y con razón) a Llagostera y por la que alguien debería dar alguna explicación.

En Londres 2012 se ha visto interrumpida la fabulosa racha de resultados que el tenis español acumulaba desde que el tenis se convirtió en deporte olímpico de pleno derecho: en Seúl’88, hace ya 24 años. Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal la iniciaron con una plata en dobles. Rafa Nadal la culminó con su incontestable oro en Pekín. Y por el camino, Arrese, Bruguera, Corretja, Costa, Conchita, Vivi Ruano, Anabel Medina y la gran Arantxa Sánchez Vicario, líder con dos platas y dos bronces, nos hicieron felices cada cuatro años. Será en Río de Janeiro. Ya ha comenzado la cuenta atrás.