Federer y Murray se disputarán el oro en los Juegos de Londres
Tomás de Cos
El All England Tennis Club acogerá la segunda final entre Federer y Murray en la Centre Court en apenas un mes. Murray ha vuelto a dar un estirón en su juego y así lo demuestran sus resultados. En el mismo escenario en el que el suizo firmó su vigésimo séptimo grande y recuperó el número 1 mundial, Murray tendrá otra oportunidad de hacer algo verdaderamente grande en su carrera deportiva. ¿Habrá llegado el escocés a su punto óptimo de madurez? ¿Le darán los Juegos el empujón definitivo? ¿Conseguirá Federer el ansiado oro olímpico individual?
A pesar de los 22 títulos que luce en su palmarés (entre ellos 8 Masters 1000), Murray suma hasta ahora cuatro derrotas en finales de Grand Slam. Tres de ellas ante el suizo de oro: US Open 2008, Australia 2010 y Wimbledon 2012. Un castigo muy duro que contrasta con el empate que ambos jugadores mantienen en sus duelos directos: 8-8.
La superficie y el hecho de que la final se dispute al mejor de cinco sets favorecen al suizo, que ha ganado sobre la hierba de Wimbledon en siete ocasiones y que ya sabe que su posición ATP no peligra tras la derrota de Djokovic. Pero Murray llega más descansado (Federer necesitó de tres sets, 58 juegos y 4 horas y 26 minutos para superar a un brillante Del Potro) y contará con el apoyo incondicional de la grada. Más que una final de Wimbledon, el duelo del domingo parecerá el punto decisivo en una final de Copa Davis. Veremos el domingo como sobrelleva cada cual la presión. Antes Djokovic tratará de revalidar su bronce de Pekín ante Del Potro.
Feliciano y Ferrer, a por el bronce
Si dolorosa fue la derrota de Juan Martín Del Potro ante Federer, más aún lo fue la de Feliciano López y David Ferrer ante Tsonga y Llodrá. La dupla española tuvo opción de ponerse con un 3-0 en el tercer set y dispuso luego al resto de cuatro bolas de partido. Pero acabó imponiéndose la pareja más doblista, que se las verá por el oro con los hermanos Bryan. Palabras mayores.
Si Feli y Ferru se reponen anímicamente, hoy se llevarán el bronce. Han firmado un torneo increíble, con un nivel de competitividad asombroso, y Gasquet y Benneteau parecen bastante más accesibles. Se iguala más la situación, con un notable singlista y doblista por bando. A día de hoy, Ferrer es mucho más que Gasquet y Feliciano es más que Benneteau. Eso sí, hay que demostrarlo en la pista. En sus manos está que el tenis español prolongue una racha mayúscula de éxitos.
Más de dos décadas de éxitos olímpicos
Porque el tenis español no falla a la cita con las medallas desde que el tenis es deporte olímpico de pleno derecho. En Seúl’88 Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal se colgaron la plata e iniciaron un idilio del tenis español con los JJ.OO. que aún perdura. En Barcelona’92 Jordi Arrese ganó la plata y Arantxa Sánchez Vicario el bronce. Y en el doble femenino, Arantxa y Conchita Martínez se llevaron otra plata. En Atlanta’96 Bruguera y Arantxa fueron plata en los cuadros individuales y la pequeña de los Vicario volvió a hacer doblete junto a Conchita Martínez, con un bronce. En Sydney’2000, Alex Corretja y Albert Costa lograron el bronce. En Atenas 2004 volvió a ser el doble femenino el que dio la alegría. Vivi Ruano y Conchita Martínez alcanzaron una plata. Y en Pekín 2008 Nadal conquistó el primer oro del tenis español (segundo si se tiene en cuenta el oro de Santana en México 1968, donde el tenis fue deporte de exhibición) y Vivi Ruano y Anabel Medina obtuvieron una plata.
Serena buscará su primer oro individual frente a Sharapova
La final del cuadro femenino medirá a las dos únicas tenistas en activo que saben lo que es ganar todos y cada uno de los Grand Slam. Aunque con un balance muy desigual. Como Federer y Murray, Serena repite final en Wimbledon, donde ha ganado cinco títulos individuales y otros tantos de dobles junto a su hermanísima Venus, con la que ya conquistó el oro en dobles en Sydney 2000 y Pekín 2008. Sharapova tiene un título en cada gran torneo y sueña con revivir el triunfo cosechado frente a la propia Serena en la edición de Wimbledon de 2004, en la que asombró al mundo con su potencia, su belleza y sus gemidos descontrolados cuando apenas tenía 17 años. Pero la norteamericana, con un balance de 8-2 en duelos directos, es la indiscutible favorita.