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Princesas rebeldes en el All England Club de Wimbledon

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¿TOGA PARTY? En 2011 Venus sorprendió con un conjunto diseñado por su marca.

Tomás de Cos

La industria de la moda siempre ha mirado de reojo a las tenistas, que, desde los modelitos cortos de 1971 hasta los actuales, han generado opiniones encontradas en el All England Club.


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El tenis femenino ha crecido muchísimo en sus casi 42 años de historia. Quizás ninguna de las componentes del denominado ‘Original 9’ llegó a imaginar nunca que aquellos simbólicos contratos de un dólar firmados con el editor Heldman Gladys darían lugar a las cifras de negocio y de reconocimiento mundial alcanzadas por la WTA, que en 2005 llegó a repartir 88 millones de dólares gracias al patrocinio global de Sony Ericsson.

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El sueño de Billie Jean King, Rosemary Casals, Nancy Richey, Kerr y Melville, Peaches Bartkowicz, Kristy Pigeon, Judy Dalton, Valerie Ziegenfuss y Julie Heldman es hoy una realidad. Hoy son millones las mujeres que ven en el tenis una oportunidad para ganarse la vida y un ejemplo de paridad con el hombre. Desde 2007, Roland Garros y Wimbledon adoptaron el camino antes emprendido por el US Open y el Abierto de Australia, y reparten la misma cantidad de dinero en el torneo masculino y femenino.

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AÑOS 30. Las americanas Helen Jacobs y Helen Wills Moody disputaron cuatro finales de Wimbledon: 1929, 1932, 1935 y 1938.

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LEYENDA. Helen Wills, ocho veces campeona de Wimbledon, golpea de revés en la semifinal de 1928 ante Elizabeth Ryan (6-1, 6-1).

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PECADORA. Un vestido corto con volantes y encajes le valió a Gertrude Moran el apodo de ‘Magnífica Gussie’ y la reprobación de Wimbledon. En 1949 posó en ropa interior.

Desde sus inicios, la industria de la moda miró de reojo a las tenistas, consciente del potencial que éstas tenían para la expansión de su marca. Basta con echar un vistazo a los cortos modelitos, aunque aún clásicos, lucidos por Julie Heldman, Virginia Wade y Helen Gourlay en el Wimbledon de 1971. Chris Evert ya explotó al máximo su belleza y feminidad durante su larga y exitosa carrera deportiva. La ‘novia de América’, que levantó ampollas entre algunas de sus rivales, encontró en Navratilova a su gran rival y su contrapunto estético. Tras ella fueron referencia de belleza otras estilizadas tenistas como la argentina Gabriela Sabatini o Steffi Graf.

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Tras los más de dos decenios dorados del tenis femenino, vividos a caballo entre las dos últimas décadas del siglo XX y parte de la primera década del XXI, la WTA atraviesa en lo deportivo un periodo de luces y sombras por la inconsistencia de sus estrellas. Ni Sharapova, ni Wozniacki, ni Ivanovic, por citar a algunas de las números uno más conocidas, cuentan con el carisma y el espíritu competitivo de las Evert, Navratilova, Graf, Seles, Sánchez Vicario, las belgas Henin y Clijsters o las hermanas Williams.

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SIN MANGAS. La norteamericana Sarah Palfrey volea de revés en un partido de Wimbledon 1934.

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CONMOCIÓN. El All England Club prohibió a Karol Fageros jugar con sus pantalones de lamé dorados.

MINIFALDAS. La española Carmen Coronado, la brasileña Aria Bueno, la alemana Helga Schultze y la australiana Madonna Schacht posan sonrientes y luciendo piernas en el Club Hurlingham, antes del Wimbledon de 1965.

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OCHENTERA. Chris Evert luce tipo tras ejecutar un revés a dos manos en 1982. La ‘novia de América’ recibió críticas de rivales por influir en los jueces con su indumentaria.

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En su empeño de competir con el circuito masculino, prioritario para los intereses de la dominante televisión y reverdecido en los últimos años por la fabulosa rivalidad Nadal-Federer, el tenis femenino encontró la respuesta profundizando en el negocio de la belleza. Una apuesta por el glamour que ha aumentado sensiblemente los ingresos televisivos y ha multiplicado exponencialmente los ingresos por publicidad, a cambio de cierta pérdida de competitividad.

Las marcas de equipamiento deportivo hace años que incorporaron a diseñadores de prestigio para dar un toque distintivo a sus creaciones. “En Adidas contamos con la diseñadora Stella McCartney (hija del exbeatle). Tenemos una línea básica y la que lleva Wozniacki. Ella, como Ivanovic, colabora en el diseño y en el desarrollo del producto en la central de Herzogenaurach”, explica Alejandro Alcázar, de Adidas España. “Se intenta captar a los talentos de jóvenes para que se sientan parte de la marca. Lo que se busca es que sean buenas jugadoras, aunque suelen tener figuras muy estilizadas que son muy agradecidas con los diseños”, apunta.

PROVOCADORA. La jugadora estadounidense Billie Jean King, que también lució su carácter reivindicativo a través de la moda, se impuso a Chris Evert en la semifinal de 1975.

CAT WOMAN. En 1985 Anne White irritó a su rival Pam Shriver con un mono de lycra. Los comisarios de Wimbledon recibieron la petición de que no volviese a jugar con semejante atuendo.

LA SENSACIÓN. En 2002, Anna Kournikova sorprendió con un conjunto ajustado de minifalda y top, que lucía su bronceado y que conquistó a fotógrafos y aficionados.

Este giro se inició a mediados de los noventa, con las numerosas ‘lolitas’ llegadas del este de Europa, y tuvo a la rusa Kournikova como gran detonante. La hoy modelo y novia de Enrique Iglesias se convir tió en la jugadora más popular del circuito sin ganar un título profesional. “Grandes jugadoras están y han estado con nosotros. Ahora Wozniacki o Ivanovic, antes Martina Hingis, Anna Kournikova o Justine Henin. Aunque probablemente la más importante haya sido Steffi Graf”, afirman con orgullo desde Adidas Global. La realidad es que ahora es raro ver a una tenista top que no desfile en algún hueco de su calendario, no tenga una línea personalizada de ropa, no cuente con sugerentes propuestas publicitarias o no haya protagonizado alguna portada de revista.

Aunque ellas básicamente piden “comodidad y la mayor transpirabilidad”, también “quieren sentirse guapas dentro de la pista”. “Wozniacki es una de las que va más arreglada”. Desde hace tiempo se llevan los complementos personalizados como bolsos, calzado y raqueteros y son muchas las que saltan a la pista algo maquilladas y luciendo anillos, cadenas o pendientes. Más cancha para que las marcas se vuelquen con ellas.

Hasta la propia WTA ha explotado el atractivo de su producto con sesiones fotográficas para la promoción de torneos y del circuito. Basta echar un vistazo a las fotos de los perfiles de su página web o a los vídeos de su canal en Youtube.

TRANSPARENTE. En 2008, Sharapova lució una sugerente vestimenta estilo esmoquin que no le dio suerte en la pista. La campeona de 2004 fue eliminada en segunda ronda.

SHARAPOVA, LA REINA DE ORO. En la lista de deportistas mejor pagadas publicada por la revista ‘Forbes’ en agosto de 2011, siete tenistas figuraban en el top-ten: Sharapova, Wozniacki, Venus Williams, Clijsters, Serena Williams, Na Li y Ana Ivanovic.

Entre junio de 2010 y junio de 2011, Sharapova ingresó 17,6 millones de euros entre fijos, premios y fundamentalmente patrocinios. Todo ello a pesar de que la actual número uno estaba entonces saliendo del pozo tras estar parada casi un año por una lesión en su hombro que le obligó a pasar por el quirófano. Durante su ausencia en las pistas, nunca dejó de coquetear con numerosas pasarelas y alfombras rojas. Como imagen de Nike, la rubia de oro renovó su contrato en 2010, por 8 años y un montante de 50 millones de euros. Un contrato que se une a los que mantiene con Head, Evian, Clear, Sony Ericcson, Tiffany o Tag Heuer. Con sus 188 centímetros de glamour, la número uno rusa posó en su día en bañador para ‘Sports Illustrated’.

Aunque lejos de sus cifras, el resto de sus compañeras de profesión también presumían de saneadas cuentas corrientes: Wozniacki (8,8 millones), Venus (8,1), Clijsters (7,7), Serena (7,4), Na Li (5,6) e Ivanovic (4,2). Y por detrás de éstas hay una auténtica legión de atractivas profesionales de la raqueta por las que también pujan las marcas: Azarenka, Kvitova, Petkovic, Cibulkova, Kirilenko, Hantuchova… Compatibilizar el tenis con la publicidad y la pasarela sale muy rentable.

ORIGINAL. En 2010, Venus Williams lució un vestido de volantes estilo Tina Turner.

AL DETALLE. Las reglas son estrictas en Wimbledon, pero no dicen nada de las uñas. Serena Williams ganó su cuarto título en 2010 con una manicura impactante.

LAS WILLIAMS, DEL GUETO A LA MODA. Especial mención merecen las hermanas Williams, auténticas pioneras en el circuito en hacer incursiones en la industria de la moda deportiva. Tras lucir algunas de las indumentarias más impactantes de la historia del tenis, han pasado de colaborar con la industria de la moda a ser par te de ella. Han sido imagen de Reebok, Puma y Nike, y juntas protagonizaron la portada de la revista ‘Elle’, allá por 2000, para la que posaron con modelos de alta costura de Ralph Lauren, Azzedine Alaïa o Calvin Klein. Venus, que en su día firmó un contrato con Reebok de 45 millones de dólares, hoy cuenta con su propia marca de ropa (Eleven, elevenbyvenus.com), en la que da rienda suelta a su otra pasión: el diseño.

HOMENAJE. En 2011, Mattek-Sands rindió tributo a Lady Gaga con su peculiar chaqueta.

MELBOURNE, PASARELA PRINCIPAL. En los últimos años, ningún torneo de Grand Slam, ni siquiera Wimbledon, ha estado exento de modelos atrevidos y llamativos para regocijo de los fotógrafos. Aunque quizás sea el Open de Australia, que se celebra en el caluroso verano austral, el que ha dejado las imágenes más impactantes.