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Blackmon y la ruleta de la suerte

Dani Hidalgo

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El concepto de un Draft no cuaja en España ni en la gran mayoría de los países hispanohablantes. Pero en Estados Unidos, entre NFL, NHL, NBA y, en los últimos años la MLS, está establecida la noción de que se trata de una ruleta de la suerte. Puedes estudiar todas las cintas universitarias que quieras, tener en cuenta el historial disciplinario y hablar con el cuerpo técnico que curtió al jugador en la uni, pero al fin y al cabo la suerte dentro del acierto es lo que más acaba pesando. No hay que mirar muy atrás para ver altas rondas llegadas a la nada y, en ocasiones, al ridículo (véase los casos de Ryan Leaf y JaMarcus Russell).

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Ahora mismo estamos en junio y hablar de un fracaso en el Draft de 2012 a estas alturas sería irrazonable. Pero en el caso de Justin Blackmon se puede hablar de un posible aviso. Ni siquiera mes y medio más tarde de ser elegido por los Jaguars con la quinta elección de la primera ronda, el ex receptor de la universidad de Oklahoma State decidió reclamar el título de ser el primer 'draftee' de 2012 en pasar unas horas en el calabozo. La policía de Oklahoma paró a Blackmon a las tres de la mañana (el equivalente de las seis en horario de fiesta española) por doblegar el límite de velocidad. Según el informe, tenía los ojos rojos, no articulaba bien las palabras y sopló tres veces por encima del límite permitido en el estado de Oklahoma. Resultado: veinte horas en la cárcel y 1.000 dólares de multa por libertad hasta su cita en el juzgado.

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En 2010, le pasó exactamente lo mismo mientras seguía siendo alumno de Oklahoma State. Esto fue lo que dijo entonces: "Lo siento de verdad por mi familia, mis amigos y toda la universidad. Tengo ilusión por demostrar que este no es quien soy. Yo no soy una persona que hace estas cosas. Esta experiencia me hace ser más humilde y me hará crecer".

Conducir ebrio es algo terrible, pero no es el único pecado de Blackmon en esto. El receptor tiene que mentalizarse de que es un jugador de la NFL. Ya no está en la universidad, lo que se juega es muchísimo mayor. Puede hacer todas las fiestas que quiera, pero con algo de cabeza (pagando por un chófer, por ejemplo). Y a los que yo no haya convencido aún, Blackmon ni siquiera ha firmado aún su contrato con los Jaguars. La franquicia de Jacksonville pierde en imagen con esta historia pero lo recupera en dinero: por culpa de este incidente, Blackmon verá el 'dinero garantizado' de su contrato reducido de forma importante. La dirección de los Jags tendrá (justificadamente) de esta manera su mini venganza contra el receptor por el que traspasaron para subir puestos en la primera ronda.


Mientras tanto, Bufict, Floyd, Jenkins y otros con la etiqueta de "conflictivos" previo al Draft han causado buenas impresiones en los 'rookie camps' de sus respectivas franquicias. Es importante recordar que bajo ningún concepto Blackmon se puede tratar de un desacierto, pero el poder de la ruleta de la suerte hace que los presagios sean malos.

dhidalgonfl@yahoo.es / twitter: @danihidalgo