Ya sabéis que en offseason me gusta ir poniendo a los equipos en la balanza para calcular su peso en oro. Chicago y Filadelfia tienen mucha enjundia. La moda retro vuelve a la NFL ahora que el diseño de equipaciones se va a poner patas arriba.
Pero la mayoría de vosotros no ha venido hoy a por solomillo de Bush. Estáis ansiosos de manzana asada. Tim Tebow a los Jets. ‘Tebow Time is alive!!!’ Jets y Broncos, como buenos hermanos, se repartieron el pago del bonus de 5 millones de dólares del jugador. Ni pa’ tí, ni pa’ mí. 2,53 los Jets y 2,47 los Broncos. Un poquito menos para los de Denver, por aquello del qué dirán. Los Jaguars intentaron chafar la fiesta hasta el último momento, ofrecían pagar hasta 3 de los 5 millones, pero Tebow prefirió a Sparano, la wildcat, un vestuario regado de gasolina, un Rex Ryan aficionado a las cerillas y un QB que, dicen las malas lenguas, se coge el avión y se viene a España de farra porque aquí no le conoce nadie (no sé si es cierto, pero circula por los mentideros).
El que es un fenómeno es Tebow. ¡Qué crack! ¿A Jacksonville, tierra Gator, para sepultar definitivamente al zombie Gabbert? ¿A llevar sus enseñanzas donde ya le consideran un mesías? Qué va. Eso sería muy fácil. Tebow quiere conquistar la Gran Manzana. Qué digo. ¡QUIERE ASARLA Y COMÉRSELA! Cocinar a fuego lento el mercado más exigente de EEUU a ritmo de wildcat y apadrinado por Sparano.
Los New York Jets se inmolan en sacrificio ritual para que todos volvamos a disfrutar de Tebow un año más. Sanchez ahoga sus penas en alcohol en Malasaña o Las Ramblas. La crisis enturbia nuestro sueño, pero la vida es bella.
“¡¡¡WE WANT TEBOW!!!” perdonadme. Me voy a la cocina. Tengo una manzana en el horno y se me quema.