Estoconazo hasta la bola y vuelta al ruedo en Denver
Antes de empezar este corto artículo, quiero responder a Al. Las referencias taurinas me parecen necesarias, valiosas y si te ofenden ya sabes dónde está la puerta. ¡Joder con las lecciones de moral de la señorita Pepis! A este paso, en este país no va a poder uno ni sonarse los mocos sin que alguien se sienta ofendido.
Pero ahora demos una larga cambiada. John Elway le ha dado la puntilla a Tebow sacándole del cartel mientras en Denver ya suenan los clarines. La afición agita los pañuelos entusiasmada. Un torero bueno llega a un coso de primera para triunfar. No os voy a contar ahora lo que se comenta en los mentideros y en los tendidos. Ya os lo resumí en un artículo anterior. Elway estaba empeñado en cortarle la coleta a Tebow, torero tremendista, poco ortodoxo y que se ganó toda su fama por su habilidad para lograr estoconazos a volapié que ponían la plaza bocabajo, pese a que durante el resto de la faena solía estar fuera de sitio y toreaba con la punta de la muleta.
Pero todo esto ya os lo conté en una crónica anterior que se titulaba ‘Manning-Tebow, traición y cuchillos largos en Denver’. Ahora que se ha consumado la faena, que Manning ya se ha cambiado su traje de luces blanco y purísima por otro rey y grana, hay que decir que los Broncos han conseguido un cartel de lujo, que no tienen nada que perder y que la montera ha caído boca abajo. Pero de todo esto os volveré a hablar a lo largo de esta semana.
Ahora tampoco quiero comentar lo sucedido en la bahía. Alex Smith está negociando con Miami y en pocas horas sabremos si el atrevimiento de Harbaugh puede dejar a su equipo en la cara del toro y sin quarterback, teniendo en cuenta que su QB titular no debe estar muy contento del desplante recibido. Mucho tendrá que torear el staff de los 49ers, que ahora estará en capilla, meditando como resolver el entuerto, si quieren que Alex Smith quiera volver a vestirse de luces en su coso. Lo sucedido entre Manning y los Niners ha parecido un metisaca de novato. Si entras a matar hay que hacerlo con valor, metiendo todo el cuerpo entre los pitones y empujando el estoque con fe y hasta la bola. En la Bahía se pueden quedar sin quarterback y sin recambio en el mercado. Insisto, no quiero hablar de este tema hasta ver qué sucede con Smith, pero o San Francisco o Miami van a tener problemas para cerrar el cartel de cara a la feria que se avecina.
Y para cerrar la tarde, un sexto negro, bragado y astifino. Dicen que se llama Mike Tolbert y acaba de firmar por Carolina. Eso significa que hay uno de dos torazos que busca dueño. O DeAngelo Williams o Jonathan Stewart volverán a corretear libres por la dehesa. Y esos no son mansos, sino de ganadería de primera. Un corredor de los que crean el pánico desde que aparecen por la puerta de toriles va a estar en el mercado. No nos hemos recuperado de la emoción y ya vuelve a cortarse el silencio en los tendidos. La agencia libre de este año se está convirtiendo en memorable. ¡Viva la Fiesta!
Y que nunca, nunca, nunca más, vuelva nadie a decirme sobre lo que puedo o no puedo escribir en este blog. Nunca, en serio. No me entusiasman las corridas de rejones, pero no tengo inconveniente en sacar el de verdad y guardarme el de madera.
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