No fueron Mata ni Javi Martínez. Tampoco Thiago ni Muniain. Ninguno de ellos fue protagonista del primer compromiso de la Olímpica en su preparación para los Juegos de Londres. Su presencia con la Absoluta abría la ventana de este gran equipo a jugadores con menos horas de vuelo, pero cuya excelente temporada les hacía merecedores de una oportunidad para brillar.

Una oportunidad única que algunos aprovecharon para reclamar su espacio entre los 18 privilegiados que viajen a Londres. Y es que la diferencia entre el primer tiempo y el segundo fue la constatación de que Milla tendrá problemas serios para conformar la lista definitiva. Los que vienen apretando desde abajo lo hacen con fuerza, tanta que ayer permitieron dar la vuelta a una situación complicada.

Le faltó ritmo a la Selección de entrada. Las ya comentadas ausencias, más las de Isco, Rodrigo y Adrián, todos ellos en la grada con molestias, afectaron precisamente a la zona en la que este equipo rezuma magia. Ander y De Marcos intentaron poner ese brillo necesario al juego español, pero fue de manera fugaz e interrumpida. También Capel abrió el campo en busca de la jugada hacia fuera que tanto le gusta, pero sin la facilidad de otras veces.

Egipto, mientras, esperaba ordenada a que llegara su turno. Y vaya que sí llegó. En una rápida y estudiada acción, tras un córner forzado en un contragolpe, Mohsen se adelantó a Domínguez para poner en ventaja a los faraones. No sorprendió este zarandeo, ya que los de Milla seguían sumidos en un proceso por encontrarse a sí mismos.

Tuvieron que ser los cambios los que descubrieran la mejor versión española. Tello aportó más velocidad por la banda izquierda y en su enésimo regate puso en bandeja el empate a Álvaro. El tanto mejoró a España. La circulación fue más fluida y Koke, otro revulsivo, forzó un penalti que él mismo transformó con maestría.

La gasolina de ambos jugadores insufló la confianza suficiente como para controlar el partido. El panorama era otro. Y, ya en el descuento, Álvaro redondeó la remontada para pedir también su espacio. Poco espacio para tanto talento...