El asunto Peyton se diluye
Respecto al asunto de la situación de los equipos respecto al límite salarial, las cifras que publiqué en el artículo de la pasada semana han quedado totalmente obsoletas. La mayoría de los equipos que estaban con el agua al cuello se han lanzado a reestructurar contratos como si se trataran de Eduardo Manostijeras. Las cantidades garantizadas se recortan al mismo ritmo que crecen los bonus. En los equipos más perjudicados no se libra nadie. Incluso Big Ben ha puesto su granito de arena liberando 8 millones de dólares para unos Steelers muy pasados de frenada.
En uno de los últimos comentarios alguno de vosotros preguntaba qué pasaba si un equipo no estaba por debajo del límite antes del comienzo de la temporada. La respuesta es muy sencilla: esa situación no se contempla. Aquí no pasa como en otras ligas profesionales estadounidenses. Todos los equipos estarán dentro de la ley cuando llegue el momento.
También quiero aclarar un error que apareció en el artículo sobre el límite salarial. Os contaba que a partir de ahora los equipos deberán invertir en salarios casi hasta el límite. No es correcto. La obligación de llegar al 89% del salary comienza a partir de 2013. Este año aún no estará vigente.
Pero de lo que quería escribir hoy es del tema Peyton. Habréis visto que me he resistido bastante a tratar el asunto desde que pareció que se iba a ser en el culebrón de esta offseason. Los 28 millones de dólares que deberá cobrar de los Colts el 8 de marzo convierten en imposible su continuidad en Indianapolis. Parecía que medio mundo pujaría por él, pero no está tan claro que le puedan salir tantas novias.
En el caso de los Colts no hay arma de destrucción masiva en la recámara con efecto inmediato. Hay un proyecto de arma, que será elegido con el número 1 del draft, y que se llama Andrew Luck. Todo apunta a que será un fenómeno, pero la NFL es traicionera. Tampoco hay una super estrella que acaba de jugar la final de conferencia y que está en plena forma. Hay una super estrella que según los médicos ha superado una lesión gravísima que le ha mantenido doce meses inactivo a los 35 años. Si hay algo seguro es que los Colts no podrían ganar otra Super Bowl con él a los mandos.
Creo que en Indiana les ha pasado algo así. Regalar más de 20 millones de dólares y tener en perspectiva otros 28, con lo que eso significa en la reconstrucción que se avecina, provoca que el amor a Peyton se haya convertido en algo muy distinto. No es odio, ni falta de respeto, ni ingratitud. Es más bien un lastre. Un ancla. Un problema que hay que resolver a toda costa.
Otra cuestión es quién va a pujar por Peyton. Parece haber una larga lista, pero yo no me lo creo. Para empezar, todas las ofertas van a tener una cantidad garantizada testimonial. Nadie querrá entramparse con un jugador que puede no estar sano. Todos los pretendientes pondrán sobre la mesa un buen número de bonus por objetivos, pero una cantidad fija bastante baja. No tengo muy claro que Peyton firme a gusto un contrato así.
Por otro lado, el mayor de los Manning ya no tendrá delante a Jeff Saturday, será difícil que su nuevo staff técnico le deje decidir con tanta libertad y tendrá que acoplarse a una situación que desconoce. Ya no habrá un equipo a su servicio, hecho a su imagen y semejanza.
No me imagino a Peyton Manning en un equipo del primer grupo. No creo que tenga ganas de recibir más golpes de los necesarios para luchar por un récord positivo. Sí que le imagino en los Jets, curiosamente el lugar de destierro de Favre. Es un equipo hecho, con aspiraciones y sin quarterback.
Algunos dicen que le vendría muy bien a 49ers o Ravens. No estoy de acuerdo. No creo que a los aficionados de esos equipos les haga demasiada ilusión la posibilidad. Ya no es una cuestión de los QBs que hay ahora en plantilla, sino de estilo de juego. Ambos tienen ataques terrestres muy poderosos con Ray Rice y Frank Gore, y defensas dominantes. Los dos equipos controlan muy bien el reloj. Peyton Manning fagocita el ataque terrestre propio y es demasiado vertical. Anularía las mejores virtudes de ambos equipos y los haría peores.
Doble contra sencillo a que, si sigue jugando, se reproduce la lesión antes de noviembre.
35 años es una buena edad para jubilarse. Yo tengo 43, y si tuviera el dinero de Peyton, lo haría.
(Una última cosa. En los últimos dos o tres días, alguno de los correos que me habéis enviado entró directamente en spam y lo borré. He intentado contestar a todos los últimos emails. Si no habéis recibido respuesta, por favor, reenviadme el original).
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl