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Camino a la Super Bowl: la cara perdedora

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La NFL es una competición a veces tan injusta y cruel como el mundo en el que vivimos. 32 equipos y sólo uno termina la temporada feliz. 1.700 jugadores activos y sólo 53 visitan Disney World a mediados de febrero. La media docena de proyectos ridículos temen por su estabilidad financiera entre la manada de franquicias que se quedan a uno o varios pasos de los playoffs. Como todos sabemos, sólo doce acceden al ‘postseason’ y, entre tanto muerto, sus vidas penden de un hilo. 

Las finales de conferencia de cada temporada son el mejor ejemplo de este síntoma. Sólo cuatro cuartos para llegar al mayor evento deportivo anual del planeta... Y en partidos con una diferencia mínima en el marcador, como el 49ers-Giants y el Patriots-Ravens, la sensación sólo se intensifica.

Para colmo, el deporte general en el siglo XXI ha cambiado su enfoque de equipo a uno casi del todo individual. El jugador hoy en día es una isla, por culpa sobre todo de las redes sociales, internet, las ligas fantasy, aquellas repeticiones en HD y cámaras lentas. Los Rodgers y Bradys de la vida son los que suelen llevarse los beneficios de este fenómeno. Pero para los perjudicados es terrible. Prueba de ello es que las derrotas de 49ers y Ravens tienen nombre: Kyle Williams y Billy Cundiff, respectivamente. Entre los numerosos culpables por no pasar de ronda, estos dos se han llevado todo el odio, con amenazas de muerte de por medio.

 
Williams repitiendo la hazaña con ASU en la NCAA en 2009 (marra un retorno de punt y su equipo pierde por posterior field goal del contrario).

Nadie piensa en que Lee Evans tuviera el balón en sus manos dentro del ‘end zone’ en la recta final del partido y que podría haber hecho mucho más para evitar las manos de Sterling Moore. Nadie habla de que los Giants reconociesen (en particular Jacquian Williams y Devin Thomas) tras el partido que intentaron siempre golpearle la cabeza a Kyle Williams porque sabían que “ha tenido cuatro conmociones cerebrales y había que aprovecharse de eso”. [Por cierto, tanto modificar el deporte de forma absurda para evitar conmociones y... Goodell, ¿dónde estás? ¿Firmando tu extensión como comisionado hasta marzo de 2019? Ah, pues qué bien...]

 

Cundiff, en 2009 ante los Colts.

Caer de la manera que cayeron los 49ers y Ravens debe ser terrible para el staff técnico y todos los jugadores. Más allá de la miseria de Baltimore y San Francisco, la otra cara de la moneda es la felicidad de los Giants y Patriots, que durante muchos minutos temieron por su presencia en la Super Bowl. Las emociones del ser humano son muy difíciles de explicar. Como no sé en mis propias carnes lo que sienten los Ravens ni 49ers tras sus eliminaciones, termino esta entrada con el vídeo y traducción de la emotiva charla motivacional del legendario Ray Lewis tras perder ante los Patriots.

 

Ray Lewis: Dios nunca se ha equivocado. Nunca ha cometido un error. ¿Vale? Entonces no se trata de una jugada ni nada de eso. Este año hicimos todo lo que teníamos que hacer. Luchamos como equipo. ¡Luchamos como un equipo! Habrá un campeón de Super Bowl al final de esta temporada. ¡Sólo uno! Entonces, esta forma de la que nos sentimos ahora, le tocará sufrirla a otro el día de mañana! Y alguien se sentirá así dentro de una semana. ¡Eso es un hecho! Y el hecho es que nosotros tenemos que volver al trabajo. Y asegurémonos de terminarlo la próxima vez. Eso es todo lo que tenemos que hacer.

Joe (Flacco) te dejaste el culo en el campo. ¿Me oyes tío? Te lo estoy diciendo, ¡tío! Nunca, nunca bajes la cabeza por una derrota. Hay demasiado dolor ahí fuera, gente que lo pasa realmente mal. Esto nos hace más fuertes. Entendamos quiénes somos como equipo. Entendamos quiénes somos como hombres. Y hagamos a la gente sonreir cuando salgamos del vestuario. Tenemos la oportunidad de seguir. Seamos más fuertes como equipo. Seamos los que somos. Ravens a la de tres... 1,2,3, ¡¡¡Ravens!!!

dhidalgonfl@yahoo.es / twitter: @danihidalgo