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Digital Plus (Finales de conferencia) y la 4-3 vuelve a estar de moda


Esta temporada ha sido bautizada como la de los QBs. El asunto fue reconsiderado y pasó a ser llamada ‘la de Tebow’. Últimamente, los acontecimientos han provocado una nueva voltereta y gana puntos la consideración de ‘el año en que resucitaron los Niners’, aunque no hay que descartar que en un salto con tirabuzón final vuelva a cambiar el protagonista. Ya sabéis cómo somos los periodistas. No encanta ponerle nombres absurdos a las cosas.

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Yo creo que por lo que será recordada esta temporada, al menos a nivel táctico, es por la resurrección de las defensas 4-3. Parece una machada decir algo así cuando Ravens y 49ers juegan una 3-4 pura y los Patriots, profetas de la 3-4, siguen adoptando esa formación en la mayoría de sus jugadas, pero si seguís leyendo, vais a entender mi afirmación.

Coughlin siempre ha sido considerado un entrenador ofensivo. Durante más de veinte años alternó en funciones en entrenador de QBs y de receptores en distintos equipos universitarios y profesionales (lo que quizá explique que haya encontrado una joya como Víctor Cruz de la nada). Coughlin ganó un anillo con los Giants en 1990 como entrenador de receptores, así que en realidad lleva dos anillos con el equipo de Nueva York. En 1990, el entrenador principal de los Giants era Bill Parcells y el coordinador defensivo, Bill Belichick. No sé si fue entonces o el gusanillo ya le picaba, pero Coughlin, aparte de un sentido común pasmoso, y de una meticulosidad que raya la locura, es un amante de las defensas impetuosas.

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Algunos recordaréis la agresividad defensiva de sus Jaguars. Verles entrar en blitz, pass rush, o lo que hiciera falta, era brutal. Yo siempre he creído que Jacksonville no tiene una Super Bowl en su palmarés por culpa de Jeff Fisher, otro genio, que consiguió colapsarla con Eddie George y McNair. El mejor Brunell, rodeado por Fred Taylor y Jimmy Smith (¡¡Qué equipazo era, Dios mío!!), solo perdió tres partidos en toda la temporada. Los tres contra los Titans. El mundo de la NFL soñaba con una final entre los Jags y los Rams de Kurt Warner y el mayor espectáculo sobre el turf. Nos quedamos con las ganas.

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Los Giants ficharon a Coughlin para que hiciera crecer a Eli Manning como QB. Para empezar, el nuevo entrenador recuperó a Kurt Warner para que tutelara al novato. Nueve semanas después, el ex de los Rams fue desechado como un pañuelo de papel y comenzó la era Eli en el equipo de la Gran Manzana, pero esa es otra historia.

El caso es que si por algo destacan los equipos de Coughlin es por su agresividad defensiva más que por sus ataques aéreos. En su etapa, las defensas de los Giants siempre han sido insaciables. El mérito se lo han llevado casi siempre sus coordinadores defensivos, ya que todo el mundo le sigue considerando un entrenador de formaciones de pase, pero los nombres cambian y el estilo permanece. Ya os he dicho muchas veces que el prestigio de Spagnuolo me parece más que inflado.


Aquí es donde entra Perry Fewell, el coordinador defensivo de los Giants desde 2010. Curiosamente, también fue el entrenador de secundaria de los Jaguars en la etapa de Coughlin. Me imagino a los dos durante el lockout, reunidos a oscuras, bajo la luz de un flexo, estudiando cómo conjugar una defensa agresiva, como le gusta a Tom, con una secundaria poblada, al gusto de Perry. La vista estaba puesta en Vick. Había que frenar a los favoritos Eagles, un equipo que teóricamente era temible en todas las facetas del ataque.

Me figuro a Fewell dándole un sorbo a un café bien cargado cuando se le encendió la bombilla.

- “Tom, ¿por qué no intentamos que la línea defensiva lidie sola contra toda la línea ofensiva durante todo el partido?”

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- “¿Te has vuelto loco? Eso funciona en el football escolar. En la NFL nos van a masacrar”.

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- Quizá al principio, pero al final resultará. Si poblamos la secundaria y cambiamos de formación continuamente, los QBs no van a encontrar objetivos y necesitarán más tiempo. Eso es lo único que necesita un front four agresivo para meter presión: tiempo para librarse de los bloqueos”.

- “¿Tú crees que tenemos jugadores para hacer algo así?”

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- “Hombre, Umenyiora es un asesino y Canty tampoco se queda corto. El problema son Joseph y Pierre-Paul. Los dos están muy verdes, pero tienen calidad de probowlers. Tenemos toda la temporada para conseguir que los cuatro se compenetren. Creo que merece la pena intentarlo”.

- Por el camino podríamos quedar fuera de postemporada.

- Sí, es el riesgo que corremos, pero creo que el ataque podrá cargar con el peso mientras todo se ajusta.

Coughlin aprobó el plan a regañadientes y se encomendó a Fewell: “de algo hay que morir. Si no funciona, nos vamos los dos a la calle”.


Los Giants llevan toda la temporada ajustando la maquinaria. Si se piensa bien, el modelo amenazaba ruina. Domingo a domingo, el equipo azul ha encajado puntos como churros y han sobrevivido, sobre todo, gracias a Eli Manning, Victor Cruz y Hakeem Nicks. Los de Nueva York siempre eran encasillados en el grupo formado por Packers, Saints y Patriots. El de los equipos con ataques explosivos y defensas en entredicho.

Por eso es curioso ver que ahora se les alinea con Ravens y Niners, como ejemplo de que son las defensas las que imponen su ley al final. Cero puntos ofensivos de los Falcons. Colapso de Aaron Rodgers. Dos semanas y un nombre pueden darle la vuelta al mundo.


El hombre es Jason Pierre-Paul, quizá el máximo aspirante a jugador defensivo del año. Su temporada ha sido magnífica desde el primer partido, pero en las últimas semanas se ha convertido en un ciclón. Las líneas no saben como pararle. Si le ponen dobles bloqueos, son Umenyiora, Joseph o Canty quienes perforan la pared. Una danza perversa de cuatro jugadores que se han compenetrado para hacer ellos solos el trabajo de siete.

Los tres linebackers a veces aprovechan los agujeros, pero normalmente tienen la tranquilidad de poder centrarse en tapar las puertas de la carrera o ayudar en cobertura. Siete tipos repartiéndose el campo, dividiéndolo en más parcelas que nunca, y en manos de un especialista en secundarias.

Los Giants podrán ganar o perder en Candlestick Park, pero han abierto un nuevo camino que, estoy seguro, intentarán recorrer muchos equipos en los próximos meses. El primer paso para frenar ataques explosivos volcados en el pase ya ha sido dado. Nace de una 4-3. ¡Quién lo iba a decir! Ahora es el momento de que los coordinadores ofensivos empiecen a trabajar y encuentren la forma de abrir la nueva caja fuerte.


Y ahora, la programación de esta semana:

Domingo

Patriots-Ravens (21.00h. Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD)

49ers-Giants (00.30h. Multideporte2 (dial 181) y Canal+ Deportes HD)

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl