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Previas de wild card: Texans-Bengals

Actualizado a


Dani sigue en tierras de pingüinos y me ha dejado aquí solo, con el papelón de hacer las previas de los partidos de wild card. Y además me toca empezar con el Bengals-Texans, quizá el choque más complicado de descifrar, con dos equipos a la baja con los que nadie cuenta para la victoria final.

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Antes de empezar, ya os adelanto que no estoy de acuerdo con la última afirmación. Sigo pensando que los Texans son aspirantes serios al anillo. Y más en su histórica primera aparición en postemporada. Su último mes no cuenta. Como dije hace ya un tiempo, se han planteado diciembre como una segunda pretemporada en la que se han dedicado a hacer probaturas y no han tenido, ni de lejos, la intensidad competitiva necesaria.

TEXANS

Yo no me creo que un equipo que ha rendido a tan alto nivel durante los primeros tres meses de competición se haya venido abajo tras la lesión de Schaub. Y tampoco creo que Foster se haya esforzado de verdad en las últimas semanas. Es evidente que en la defensa ha habido más rotaciones de lo habitual y que en secundaria también han aprovechado para hacer algunos experimentos. El relax ha llegado hasta tal punto que Wade Phillips, coordinador defensivo y auténtica clave de los Texans de 2011, ha aprovechado para hacerse una operación de vesícula para llegar a enero en plena forma.

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No os voy a engañar. Si Schaub estuviera sano no tendría ninguna duda. Para mí, los Texans serían los grandes favoritos de la Americana. Con él serían el equipo más completo de los doce que siguen en liza. Pero claro, no está. Ahora quedan dos opciones, miento, tres. Y, en resumen, escenifican en la NFL la historia del chiste de susto o muerte. Yates, Delhomme y Jeff García. Los tres mosqueteros.

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Yates ha demostrado que puede ser solvente, pero está muy verde. Gary Kubiak debe estar tirándose de los pelos. El entrenador principal es considerado como uno de los creadores ofensivos del momento, pero con Yates no puede intentar florituras. El novato tiene temple y lee con solvencia, sobre todo en corto, que es lo difícil, pero se aturulla cuando el campo se estrecha y no digiere bien la presión (y los Bengals le van a meter mucha). Cuando tuvo la oportunidad conectó con Andre Johnson al grito de tronco va y rezando porque la calidad del receptor fuera capaz de bajar la bola. En resumen, Yates no va a cargarse el equipo a la espalda.

El problema de Delhomme es que estaría encantado con cargárselo, en todos los sentidos. Jake no puede evitar la tentación de tirar balones a lo profundo sin parar. Si además tiene como objetivo a Andre Johnson, qué os voy a contar. El problema es que solo tiene ojos para el receptor y en profundo. No atiende ni a coberturas ni a engaños. Y cuando le interceptan se empeña en resolver su error lanzando con más temeridad todavía. Si Delhomme tiene el día, puede liarla como casi hizo en la Super Bowl que los Panthers perdieron contra los Patriots, pero esos días cada vez son más escasos.

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De Garcia, ni os cuento. Tiene más años que Matusalén, está más oxidado que mi 205 y hace tanto que no juega a esto que quizá no recuerde que el balón es ovalado.


Para este partido en concreto, quizá Owen Daniels y Joel Dreessen, los dos TE, se conviertan en factores importantes. Cincinnati sufre para defender tight ends y en el choque de temporada regular ya fueron decisivos. Lamentablemente, Kubiak se volverá a olvidar de James Casey un TE de lujo que, por motivos inexplicables, no está teniendo demasiadas oportunidades.

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Así que los Texans estarán obligados a apostar porque Yates no se equivoque mientras Foster y Tate intentan derribar el muro defensivo rival. Para mí siguen formando el mejor backfiels de la NFL con diferencia, pero en las últimas semanas han rendido muy por debajo de su nivel habitual. Quizá porque la línea, que quizá no esté valorada en su justa medida, haya debido acoplarse a un QB menos experimentado y haya tenido menos facilidad para abrir espacios. Lo único claro es que el éxito o el fracaso de estos Texans en postemporada pasa, inevitablemente, por su ataque terrestre. El futuro está en manos de Foster y la receta se la dio Ray Rice la semana pasada, cuando perforó a los Bengals sin compasión.

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Su defensa 3-4 es un escándalo. Lo era cuando el equipo ganaba y lo ha seguido siendo después. La baja de Mario Williams, su jugador más mediático y uno de los grandes man-eaters de la NFL parecía insalvable, pero el pass rush ha seguido funcionando a la perfección. Su front seven mete muchísima presión a los QBs rivales, frena la carrera por dentro con un trío espectacular formado por Cody, Cushing y DeMeco Ryans, y se mueve muy bien lateralmente. Sabéis que Ryans siempre me ha parecido un grande, pero casi nadie esperaba que Cushing recuperara el nivel como lo ha hecho tras su sanción por uso de anabolizantes y su decepcionante temporada 2012. No me olvido de Watt, Antonio Smith, Darwin… Todos son buenos.

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La secundaria también es letal. No perdáis de vista a Johnathan Joseph. Pasar hacia su lado es una verdadera heroicidad. Su duelo contra A.J.Green será, sin duda, uno de los grandes alicientes del partido.

En equipos especiales no van tan bien armados. Rackers tiene cada vez menos pierna. No tienen un retornador de kickoff que asuste demasiado. Jacoby Jones tampoco destaca retornando punts y Brett Hartmann es un punter del montón. Los equipos especiales de Houston han sido una de sus grandes lagunas desde su fundación y en eso no han cambiado demasiado.

BENGALS

Aunque mi amigo Víctor se enfade, Los Bengals me parecen un invitado de segunda mesa a estos playoff. Si miramos su calendario no le han ganado a casi nadie. El algodón no engaña. Sus aficionados no han llenado las gradas más que en la última jornada, tras una angustiosa campaña del club, casi suplicando la asistencia en un partido clave que terminaron perdiendo. Si la gente no va, es que lo que ve no le gusta. Blanco y en botella.


Andy Dalton ha firmado una estupenda temporada como novato, sobre todo por su carácter y atrevimiento, pero me hubiera gustado verle sin A.J.Green como objetivo. Por ahora parece un buen QB de futuro para Cincinnati, pero aún no está claro hacia que lado se inclinará la balanza. Tiene muy bien brazo y carisma, pero no me huele a estrella y últimamente está algo más gris. Parece que le han tomado la medida. Veremos si en estos playoff me quita la razón. Para ello necesitará que A.J.Green, uno de los rookies del año, juegue como los ángeles o que el resto de receptores se aprovechen de sus dobles coberturas como han hecho en los mejores partidos del equipo este año. Ah, se me olvidaba, gran parte del mérito de Dalton está en su estupenda línea.

El backfield tampoco es demasiado contundente. Cedric Benson está, definitivamente, en la cuesta abajo. Acumula fumbles, no es decisivo en terceros downs y cada vez tiene menos partidos desequilibrantes. Siempre ha sido una caja de sorpresas, pero debería volver a ser el de hace dos temporadas para convertirse en factor.


¿Entonces dónde está el secreto de estos Bengals? En mi opinión, en el bajo nivel del resto de divisiones, que fueron incapaces de encontrar un segundo equipo que aspirara a postemporada. En opinión de los aficionados de Cincinnati, en el espíritu del bloque y en la eficacia defensiva.

La defensa volvió a parecerse a la de 2010. Quizá no destaque ningún nombre, pero el bloque funciona y nadie lastra. Mike Zimmer ha recuperado la máquina que sorprendió hace dos años por su agresividad. Estos Bengals ahogan a los QBs rivales y, sin ser un muro, se convierten en muy complicados de superar tanto por tierra como por aire.

En equipos especiales no están mucho mejor armados que Houston. Nugent es solvente, pero si la victoria depende de él le puede temblar la pierna. Huber es un punter del montón. Brandon Tate no es excesivamente peligroso. Lo dicho, ahí no hay muchas armas secretas.


MI PRONÓSTICO: TEXANS +3

Texans y Bengals se cruzaron en la semana 14. Yates estaba al frente de Houston y los de Cincinnati se fueron al descanso con 13 puntos de ventaja. Al final del tercer cuarto aún ganaban por nueve. Quedaban pocos instantes y Yates protagonizó una remontada espectacular que nos hizo pensar a algunos que era una joya en potencia.

Ahora el choque será en Houston y ninguno de los dos equipos parece tener potencia ofensiva como para marcar diferencias con rapidez. Salvo sorpresa, debería ser un partido muy defensivo, con dos conjuntos muy precavidos e inexperimentados en playoff, que saldrán bastante acobardados. Los jugadores desequilibrantes no deberían serlo tanto. Foster debe chocar con la defensa contra la carrera rival y A.J.Green tendrá enfrente a un Joseph que debería secarle. Andre Johnson podría marcar la diferencia, pero Yates tendrá el brazo encogido por su reciente lesión, las últimas intercepciones y la responsabilidad.

No hay que olvidar que son dos equipos jóvenes con la vista puesta en alcanzar su cenit en un par de temporadas. Por eso deberían jugar sin agobios, pensando en coger experiencia, pero eso es imposible en playoff. Sin embargo, como he dicho antes, creo que Houston sí tiene derecho a soñar con hacer algo importante este año.

Creo que ganará Houston, y que lo hará con más facilidad de lo que se espera. También creo que ese partido les servirá para quitarse la presión de encima y para jugar el resto de los playoff con mucha más confianza. Si ganan, tendrán enfrente a los Ravens, que les machacaron en temporada regular cuando aún estaba Schaub al frente del equipo. Nadie dijo que iba a ser sencillo.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl