Pronósticos (semana 15) y una aclaración larguísima y sin fotos sobre Tebow y los comentarios en este blog
Esta semana he tenido que borrar tres comentarios. No creo que en toda la historia de este blog haya borrado diez comentarios en total sin contar spam. Pues, mira tú por dónde, el 30% corresponden a la última semana. El resto, repartidos a lo largo de meses e incluso años, corresponden casi en su totalidad a trolls, esas personas que entran una vez, dicen una barbaridad y no vuelven. Incluso he sido respetuoso con esos comentarios y solo he borrado los que me parecían absolutamente inadmisibles.
Creo que esa ‘permisividad’ siempre ha sido buena para este blog. Todo el mundo ha participado con la tranquilidad de saber que sus opiniones nunca serían borradas. Yo también he recibido críticas muy duras, que por supuesto no me han hecho mucha gracia, y las he dejado ahí, a la vista de todos, por mucho que me hayan molestado. Entiendo que es parte del juego de escribir en un blog. Y también entiendo que la mayoría de nuestros lectores tienen una categoría humana e intelectual muy superior a la media, quizá porque este deporte es tan minoritario que hace falta una gran perseverancia para seguirlo contra corriente. Casi todos vuestros comentarios son aportaciones inteligentes e interesantes que multiplican el valor de Zona Roja.
Ya he repetido anteriormente que lo mejor de este blog son vuestros comentarios. No lo digo ahora por dorar la píldora a nadie. Lo creo firmemente. No tengo ninguna intención de dirigirlos, convertirme en censor, o leerlos antes de publicarlos. Como habéis visto, aparecen según apretáis el botón rojo ‘COMENTAR’. Eso ha provocado que el blog tenga vida propia o que todos sepamos incluso a que horas suelen escribir los habituales. Siempre ha sido una cuestión que ha funcionado con naturalidad y quiero que siga siendo así. Leo todos y cada uno de vuestros comentarios desde el primer día e intento no intervenir aunque no esté de acuerdo o me molesten. A veces hago una excepción porque creo que merece la pena… y muchas veces me arrepiento a posteriori porque la experiencia dice que es bueno mascar la comida antes de tragarla y las reacciones inmediatas suelen provocar arrepentimiento. Tampoco estoy todo el día vigilando el blog. Entro de vez en cuando, así que no puedo borrar una barbaridad en el momento en que se escribe o me puedo encontrar, como sucedió ayer, con que el primer comentario provoca un incendio y cuando entro el edificio ya ha ardido entero.
La mayoría de vosotros habéis conocido mi lado más comedido. Desde que escribo en este blog voy con mucho cuidado, intentando no ofender a nadie con mis artículos, tratar a todos los equipos con el mayor respeto y reducir los conflictos y las críticas. He limitado al máximo mis exabruptos. Quedan centrados en dos o tres tipos, como DelHomme o Gabbert, y siempre como una broma cómplice, un guiño a los más veteranos. Aún así son muchos los que se han enfadado. El momento más tenso hasta ahora en el blog tuvo como protagonista a DelHomme, una tribuna libre que jamás debí publicar y una batalla dialéctica que dividió al personal en bandos y se convirtió en un quebradero de cabeza.
Realmente no soy comedido en absoluto. Los que me leéis desde hace muchos años, sabéis que, si algo me va, es la marcha y la polémica. Antes de este blog, hace muchos años, llevaba una sección en la web de as (sección, no blog), dedicada al football americano. Ahí si que repartía estopa con ganas. Cada artículo levantaba auténticas polvaredas que trascendían nuestro país. Era relativamente habitual que en los foros de football americano de ESPN, y otras páginas americanas, surgieran debates a partir de esos artículos sobre Owens, McNabb, Big Ben, Favre, Brady, Elway, Grbac, Jeff George… Pero eso era un juego de niños comparado con los artículos sobre las competiciones nacionales, que entonces seguía semana a semana, recorriendo España para ver jugar a todos los equipos. Eso no eran incendios. Eran terremotos.
Tras cerrar la sección de as.com (alguna vez os contaré esa historia, que en el primer borrador de este artículo lo he hecho y ocupaba dos folios), Rafa Cervera me pidió que escribiera en nflspain. Era una web dependiente de NFLUK que nació como una de las labores de una oficina permanente que la NFL quiso mantener en España tras la desaparición de Dragons. Rafa me pidió que siguiera escribiendo artículos polémicos, muchas veces incendiarios, que animaran el cotarro y dieran vida a la web, que por otro lado contaba con otros analistas espectaculares. Durante los más de tres años que duró aquello, escribí con lanzallamas, a pecho descubierto, y usando el estómago para goce de muchos y desesperación de otros tantos que, literalmente, me querían matar. Aún hoy me llegan muchos correos de aficionados que añoran aquellas bombas semanales en las que caricaturizaba a unos y a otros, creando polémica sin complejos.
Cuando abrí Zona Roja, decidí que mi papel debía cambiar. Este blog pretende ser más didáctico y punto de encuentro que fábrica de polémicas. Como no lo puedo evitar, sigo tirándome mis pistos sobre jugadores y equipos, o escribiendo tonterías sobre Belichick devorando cerebros o intercambios de personalidad de los Manning, pero siempre tentándome la ropa para que nadie se enfade. No sabéis lo complicado que es escribir cada “Una Imagen, una frase” intentando decir cosas inteligentes sin herir sensibilidades. Todas las semanas hay varios enfadados.
También asumo que, de alguna manera, me sucede algo parecido que a Andrea (a otro nivel, por supuesto). Basta con que yo diga una cosa para que un grupo de lectores defienda absolutamente lo contrario y otro lo sienta como propio. Muchos que nunca se habían preocupado por Orton comenzaron a despreciarlo o defenderlo solo por lo que yo escribí sobre él. Asumo que hay bastantes que estriáis encantados de que Texans, Giants o Lions ganaran la Super Bowl, solo por la convicción con que les he defendido este año, y que otros estáis deseando que fracasen solo por el placer de ver que me equivoco.
Os confieso que me gustaría quitarme la careta y convertir Zona Roja en una página polémica y faltona en el que criticar sin medida, reírme de todo y de todos y encender los ánimos. Es lo que más me divierte. Pero asumo que no es un blog personal, sino que forma parte de as.com y que, como ya he dicho antes, sus objetivos deben ser didácticos por encima de todo. Además, mis circunstancias personales también han cambiado. Ahora veo muchos menos partidos que antes, estudio menos estadísticas, leo muchas menos webs americanas y dedico muchísimo menos tiempo a la NFL que la mayoría de vosotros. Lo que yo pueda contar no es un argumento de autoridad. Son las impresiones de un aficionado como vosotros; tienen el mismo valor, o menos, que las vuestras y un toque de abuelo cebolleta que para unos pocos puede ser interesante pero que otros verán como un rollazo.
Cuando Big Ben empezó a jugar en 2004 como titular, le puse a caldo. En realidad no fue por él. Me encantaba Tommy Maddox y su historia de estrella universitaria convertida en vendedor de seguros y recuperado para la causa a última hora. Maddox jugaba como los ángeles, pero en Pittsburgh era como un pulpo en un garaje. Bill Cowher convirtió a Big Ben en titular tras una lesión de Maddox. El tío solo lanzaba unos 20 pases por partido y todos eran cortitos y facilones. Los Steelers corrían y corrían mientras Ben estaba ultraprotegido. Con él como titular, los Señores del acero ganaron 14 partidos de temporada regular consecutivos, eliminaron a los Jets en Wild Card y solo fueron frenados por los Patriots. Aquel año el debate fue más que encendido. Big Ben era ensalzado por muchos mientras que otros escribíamos, casi cada semana, que lo bueno de aquellos Steelers era la defensa y la impresionante carrera. Big Ben se había convertido en la imagen del resurgir del acero, pero el tema era más que controvertido.
No os podéis imaginar la que se liaba en los foros. Para muchos, Ben era un fraude, Un tipo que jugaba con todo a favor y sin correr ningún riesgo. Un actor secundario dentro de una película de lujo. Para otros era el motor que le había devuelto el alma al equipo. El resorte que hacía falta para que la máquina funcionara de verdad. Visto con perspectiva parece un debate ridículo. Ya nadie duda que Big Ben sea la repera, pero entonces fue la polémica del año.
El debut de Vick también fue explosivo. El tío no daba un pase a derechas, pero corría como un gamo esquivando a todo el que se cruzaba por delante. Un espectáculo para unos, una farsa para otros. Yo le critiqué a rabiar, solo levanté el pie el año pasado cuando contemplé asombrado cómo Andy Reid conseguía convertirle en un pasador razonable. Lo que nunca, nunca, nunca he hecho, es criticarle por sus problemas con la justicia. Confirmaban mi opinión de que no era un tipo centrado, que le faltaba esa madurez que necesita un QB de verdad, pero no me parecía justo que las peleas de perros influyeran en mi opinión de él como jugador.
Tim Tebow es un tipo peculiar. Su polémica es muy parecida a la de Big Ben, en un aspecto, y a la de Vick, en otro. Es un jugador que llega como titular a mitad de temporada y, ¡o casualidad!, su equipo empieza a ganar partido tras partido. A diferencia de Ben, ha tenido un papel protagonista en el ataque de los Broncos desde el primer día. Big Ben jugó mucho más protegido. Se parece a Vick por el protagonismo adquirido por su vida personal, aunque, a diferencia del de los Eagles, Tim ha decidido que sus convicciones personales sean protagonistas de su actividad como jugador, mientras que Vick fue arrastrado por las circunstancias.
El debut de Big Ben o Vick dividió a los aficionados, pero lo hizo por cuestiones exclusivamente deportivas. La carrera de Vick sí que está marcada por cuestiones extradeportivas por las que ya ha pagado, pero que aún le persiguen. El de Tebow está marcado por sus convicciones por mucho que lo queramos negar. A muchos les molesta su actitud proselitista y a otros les inspira. Es inevitable. Por eso las reacciones son más exageradas que nunca. En realidad, mucha gente critica a Tebow no por su juego, sino por lo que representa.
Enfadarse porque se hable de milagro en cada remontada es una tontería. En muchas remontadas se habla de milagro sin que tenga nada que ver Tebow. Además, los periodistas tenemos tendencia a sacarle punta a las cosas. Los Patriots de la primera Super Bowl eran ‘The Band of Brothers’ y todos los medios estadounidenses personalizaron en ellos el resurgir de EEUU tras los atentados de las Torres Gemelas. Los titulares y las crónicas de sus victorias estaban empapados de espíritu americano, himnos y banderas. Impactados como estábamos por aquellos atentados, muy pocos se quejaron por aquello. Ahora mismo posiblemente habría muchos indignados por ese fervor proyankee, y deseando que perdieran cada partido y que se hablara de football y no de otras cuestiones.
Yo no he tomado partido por Tebow. Ni por su juego, ni por sus convicciones. Creo que sí ha sido el revulsivo que necesitaban los Broncos, y que él es el gran protagonista de lo que está haciendo el equipo, sin quitarle mérito a la defensa, al kicker, a Fox o a quien queramos. Sus números en los últimos cuartos y en las prórrogas son espectaculares. No se si será chorra, toque divino, inspiración, garra o calidad, pero el tío llega un momento que se enchufa y comienza a jugar de narices. Por supuesto, si todo lo que tiene alrededor no funcionara, eso no sería suficiente como para ganar tantos partidos seguidos.
No tengo ni idea de si va a fracasar o a triunfar a largo plazo. Me inclinaría por lo primero, pero solo es una sensación. Muchos sois tan listos que ya sabéis de sobra que va a triunfar o fracasar, pero los mejores analistas americanos cada vez se tientan más la ropa al hablar sobre Tebow. Incluso Manolo Arana, que no es precisamente proTebow y conoce este deporte mucho mejor que cualquiera de nosotros, me comenta cada vez más alucinado que quizá esté protagonizando una revolución que cambie la forma de jugar como la conocemos actualmente. Por eso me sorprende tanto que muchos de vosotros tengáis ya tan claro qué va a pasar con Tebow. Es un lujo contar en este blog con tantos lectores tan visionarios.
Sus convicciones, como las peleas de perros de Vick, no me interesan. Me consta que inspiran a mucha gente y molestan a más todavía. Creo que a él le ayudan a ser así de luchador, pero no creo que deba juzgarle por ellas. En el primer artículo que publiqué sobre Tebow hubo un comentario de una persona que criticó el aborto. Yo dije que no admitiría más comentarios sobre el tema. No es porque esté a favor o en contra. Es porque creo que este blog no es el lugar para un debate así.
Nunca he tenido problemas para que en un comentario se criticara a ningún jugador o equipo. Ni que esas críticas sean incluso subidas de tono. A mí me encanta Favre y el año pasado se dijeron auténticas barbaridades sobre él en algunos comentarios sin que yo dijera ni mu. Nunca he tenido problemas para que se enlazaran vídeos más o menos divertidos o interesantes, fotos, enlaces a otros blogs, páginas web y demás. No me gusta que alguien critique o ensalce a Vick por sus asuntos judiciales o a Tebow por sus convicciones aunque el contexto sea deportivo. Si veo que el asunto sobrepasa lo razonable según mi criterio, editaré un aviso como he hecho hasta ahora, pero intentaré no borrarlo. Entre otras cosas porque creo que todos los que intervienen aquí lo hacen de buena fe.
La clave es que el criterio lo ponemos Dani y yo. El listón es nuestro. Últimamente hay demasiada gente que me intenta imponer su criterio desde los comentarios, que juzga el mío, que dice lo que tengo que hacer o que me intenta explicar como se banea a alguien como si yo no supiera hacerlo. Últimamente hay mucha gente que cuando habla sobre football aporta cosas estupendas pero que en otras ocasiones se dedica a dar clases de moral innecesarias. Últimamente los comentarios de este blog han sido acaparados por un grupo de gente que se han enzarzado en una guerra infantil y sin sentido que a los demás no nos interesa y que está bajando el nivel del blog. Últimamente creo que si borrar comentarios dependiera de algunos de vosotros, estaría prohibido casi todo. Últimamente hay demasiada gente que intenta explicarme lo que es gracioso y lo que no.
No acepto, ni aceptaré, insultos entre participantes en el blog. Ni párrafos subidos de tono y plagados de palabras malsonantes. Ahí tengo mi listón. Por eso he borrado tres comentarios esta semana. Seguiré sin aceptar insultos entre participantes. Me parece lícito que alguien llame Barbie a Brady o compare a Tebow con Bieber. No me gusta, pero no quiero poner el listón ahí, porque entonces tendría que empezar a borrar demasiadas cosas. No acepto que nadie me diga cómo tengo que llevar el blog en público, y más si ese alguien es parte en una polémica. Cada artículo termina con mi correo o con el de Dani. Quienes quieren ayudar de verdad lo hacen en privado.
El domingo se enfrentan Patriots y Broncos. Gane quien gane, y como gane, me temo que se va a liar. Si la cosa se sale de madre voy a entrar a saco, a cerrar los comentarios, a banear IPs y la maldición del infierno caerá sobre este blog y todos los que me toquen los cojones.
Aquí mandamos Dani y yo. No os equivoquéis. La mayoría aún no ha visto mi lado oscuro. No me obliguéis a sacarlo. Ah, y si alguien decide no volver a entrar o a hacer comentarios en este blog después de leer este artículo, agradecería que se ahorrara el patético acto de comentarlo. Me importa un comino.
También os digo una cosa. El debate Tebow-Brady se podía haber enfocado desde un lado mucho más humorístico, con bromas mucho más inteligentes y menos rencores y reproches. En vez de convertirse en un problema hubiera sido muy divertido y enriquecedor. Muchos de los participantes en el debate entráis en el blog desde hace muchísimo y habéis demostrado con anterioridad que lo que estoy proponiendo sí que era posible. No sé porqué no lo habéis hecho ahora.
He dicho.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl