Se celebró ayer el Cross de la Constitución de Alcobendas y hubo victoria africana. Lo esperado, en vista de la participación y de que en campo a través kenianos, etíopes, eritreos… son casi imbatibles. La última victoria española masculina en la población madrileña (que siempre ha apoyado mucho el deporte y que saca adelante año tras año su carrera) la consiguió Martín Fiz en 1992, revalidando la de 1991. Ya ha llovido y ha hecho frío en Alcobendas desde entonces.
Martín Fiz derrotaba a los africanos. Y eso que aún no era el Martín Fiz que ha pasado a la historia. Porque aún no era un maratoniano, sino un corredor de cross, de 5.000, de 10.000 metros. Pero era un hombre luchador, que demostró que los kenianos no eran imbatibles. Luego subió de distancia, se amoldó bien a los 42.195 metros, fue campeón de Europa en Helsinki 1994; campeón del mundo en Gotemburgo 1995; cuarto en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996; segundo, tras Abel Antón, en los Mundiales de Atenas 1997, octavo en los Mundiales de Sevilla 1999, en una carrera en la que también venció el soriano, y sexto en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. No está nada mal, ¿verdad? No hay muchos maratonianos en el mundo que luzcan semejantes galones.
En 1991 dejó atrás al keniano Osoro Ondoro, que era por aquel entonces uno de los grandes crossmen mundiales, y de hecho había sido quinto en el Mundial de campo a través de ese año, en Amberes. Fue una carrera con lluvia fría y terreno embarrado. El tercero fue el también keniano Simon Karori. En 1992, además de vencer de nuevo a Ondoro, dejó atrás a Ibrahim Kinuthia, a Kipyego Kororia y a Ezequiel Bitok. El día antes me había dicho: "Será un festival keniano, porque si no gana uno ganará otro". Se equivocó. Fue un festival suyo.
Por cierto, aquel mismo día, fueron protagonistas otros dos fondistas españoles: Antonio Serrano venció en Jean Bouin, por primera vez para uno de nuestros atletas desde 1983, y el malogrado Diego García batió en Fukuoka el récord nacional de maratón, dejándolo en 2h 10:30.
El Cross de Alcobendas ha tenido, además de Martín, otros muchos vencedores de inmenso prestigio. No voy a agotar la lista, pero aquí os dejo algunos nombres, entre los más recientes: Zersenay Tadesse, Tariku Bekele, Joseph Ebuya, Gebre Grebremarian… Y en mujeres, Linet Masai, Vivian Cheruiyot, Eunice Jepkorir… Entre las chicas, para encontrar la última victoria española hay que retroceder nada menos que a 1988, año en el que se impuso Dolores Rizo.
Este año Alcobendas no ha tenido televisión. No había dinero para pagar los gastos de producción a Teledeporte, que ascenderían, según los organizadores, a una cuarta parte del presupuesto general. Una pena. Pero Alcobendas ha celebrado su cross, una vez más, ininterrumpidamente, desde 1982. Yo espero y deseo que siga muchos años, a pesar de la crisis, que está causando estragos y que me temo que va a causar muchos más. Hay que agradecer a los organizadores (a todos, que no me refiero sólo a los de Alcobendas) su pelea titánica para que nuestro deporte siga adelante. Yo lo hago desde aquí, humildemente.
NDAMBIRI Y FUKUOKA
Antes ha salido a relucir el nombre de Fukuoka con motivo del récord de Diego García. Pues bien, la carrera se ha disputado hoy (domingo 4) y ha vencido el keniano Josphat Ndambiri, con 2h 07:36. Debutaba en la distancia. Vive en Japón, como otros kenianos, entre ellos el segundo clasificado, James Mwangi, que terminó en 2h 08:38. Hizo un parcial de 14:32 entre los kilómetros 25 y 30, que según los amantes de la estadística es el mejor jamás realizado en Fukuoka por atleta alguno. Tiene 26 años y ha ido subiendo de distancia paulatinamente. Sus mejores marcas son 3:38.02 en 1.500 metros (2004), 13:05.33 (2005), 26:57.36 en 10.000 (2009) y 1h 01:07 en medio maratón (2010). Fue quinto en los 10.000 metros de los Mundiales de Osaka. Al terminar la carrera declaró que quería formar parte del equipo olímpico de Kenia para Londres 2012 y que en primavera volverá a correr en uno de los grandes maratones. Su marca es excelente, pero para ir a los Juegos tendrá que correr mucho, pero mucho más rápido.