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Una estampida y los más bravos de la Americana


Esta mañana he salido a entrenar en bici, como cada día. El plan previsto era dar una vuelta por la dehesa de Guadalix de la Sierra. Esos senderos tienen un atractivo especial en forma de toro. La zona está plagada de ganaderías bravas. Las reses están separadas de los caminos por muros no muy altos, así que se las puede observar a muy pocos metros sin peligro. Con suerte, los ganaderos sueltan a los toros entre semana para que pasten con más libertad y se les puede ver con la única separación de una valla de madera y alambre de espino.

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Cuando un toro de 500 kilos deja de pastar para mirarte, a pocos metros de tu bicicleta, la adrenalina se te pone a tope. Solo hay una leve protección. Una verja que saltaría por los aires si el animal embistiera. Uno pasa vigilante, atento al más mínimo gesto y con el cuerpo en tensión.

Esta mañana los toros estaban tranquilos, a lo suyo, y yo pasaba por las callejas, aprovechando para verlos en libertad. Subí una loma y comencé una bajada cuando, tras girar en un recodo, me encontré con que un rebaño de un centenar de reses bravas corría al galope hacia mí. Los vaqueros las estaban trasladando y venían como una exhalación. Estaban como a sesenta metros y sin intención de parar. Frené en seco, derrapando, y dí media vuelta para huir de la estampida. A unos trescientos metros había un pequeño sendero que giraba a la izquierda y que era mi único escape posible. Además, era cuesta arriba y lo último que hay que hacer es escapar de un toro subiendo. Las reses acumulan fuerza en los cuartos traseros, así que ascienden como balas. Bajando van con más cuidado porque enseguida pierden las manos. Lo tenía todo en contra.

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La imagen era dantesca. A los lados dos muros como de metro y medio de alto tras los que pastaban tranquilamente varios torazos descomunales, yo pedaleando como un poseso, cuesta arriba con el plato metido y los ojos desorbitados. Justo detrás de mí, dos vaqueros que se adelantaron al galope del rebaño para intentar protegerme de la que se me venía encima. Uno a cada lado, como una pareja de escoltas. El de la izquierda gritaba jaleándome, para que llegara al paso salvador. El otro me decía que estaba loco, que me echara a un lado y me tumbara pegado al muro para protegerme. “¡Que se tumbe tu puta madre!” pensaba yo mientras pedaleaba sin resuello. Detrás de los jinetes, a pocos metros, venía la marabunta lanzada mientras otro vaquero intentaba frenar su paso para darme tiempo.


Por fin llegué al refugio y lo crucé como una centella mientras los toros pasaban a mi lado, pisándome los talones. Los vaqueros, muertos de risa, celebraban la hazaña mientras yo estaba a punto de echar el bofe. Mi intención hoy era ver toros bravos, pero nunca soñé con que lo haría tan de cerca.

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En mis entrenamientos suelo darle vueltas a lo que os voy a contar en el artículo de la tarde y hoy iba pensando en cómo enfocar el breve análisis que os había prometido sobre la AFC.

Ya os comenté la semana pasada que la americana me parece un escalón por debajo de la Nacional. Pero esa apreciación puede cambiar según avancen las semanas. Ahora mismo no hay ningún equipo que parezca dominante, pero si que hay varios que están progresando a muy buen ritmo y que pueden llegar a enero con aspiraciones serias a todo. En realidad yo diferenciaría tres tríos: el de los toros bravos, el de los artistas y el de los expectantes.

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Los toros bravos: Ravens, Steelers, Jets.

Los tres equipos cimentan sus aspiraciones en defensas poderosas. La de los Steelers está ahora plagada de bajas, pero sigue rindiendo a buen nivel, así que debería mejorar aún más cuando los lesionados vayan incorporándose y recuperando la forma. La de los Jets tenía este año un problema contra la carrera, pero esta semana ha demostrado que progresa adecuadamente secando a Fred Jackson. Los tres equipos han sido históricamente corredores, pero ninguno de ellos está aprovechando todo lo que debería el potencial de sus poderosos backfields. Por ese lado hay otro importante factor de crecimiento. Ray Rice, Rashard Mendenhall y Shonn Greene tiene que convertirse en factores mucho más decisivos en las próximas semanas.

Pero la clave, como sucede casi siempre en el football moderno, estará en el juego de pase. Big Ben parece más asentado desde que pasó por vicaría y menos nervioso desde que una lesión le obligó a estarse quieto en el backfield. Además, ha encontrado en Antonio Brown el heredero ideal de Hines Ward. Brown y Wallace forman una de las parejas de moda en la NFL.

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En Ravens y Jets el problema es distinto. Si Flacco y Sanchez jugaran siempre como lo hicieron el pasado domingo, sus equipos serían casi invencibles. El problema es su irregularidad. Flacco tiene técnica y potencial, pero parece faltarle carácter y liderazgo. Sanchez es líder y tiene bemoles, pero también importantes limitaciones técnicas. Sigo pensando que ninguno de los dos será capaz de mantener un alto rendimiento durante tres o cuatro partidos en playoff.


Los artistas: Texans, Patriots, Chargers.

Los Texans están tapaditos, pero su defensa está siendo quizá la mejor de la temporada en toda la NFL. DeMeco Ryans ha vuelto de la lesión que le hizo perderse casi toda la temporada pasada para convertirse en el eje sobre el que gira un grupo poderosísimo. También llama la atención la resurrección de Brian Cushing. Tras el asunto de los esteroides parecía acabado, pero ha vuelto como un tornado. Cómo será la cosa que la lesión de Mario Williams ni siquiera se está notando.

En ataque tienen el mejor backfield de toda la NFL con Foster y Tate. La pareja se complementa, y vuelve locas a las defensas. Schaub puede jugar más protegido, sin cobrar ese protagonismo que tanto le incomoda, y la baja de Andre Johnson está pasando desapercibida. A día de hoy son, en mi opinión, el mejor equipo de la Americana. Y además juegan con la tranquilidad de que en su división nadie les tose.

Los Patriots no tienen arreglo. Creedme. Tengo serias dudas de que consigan clasificarse para playoff. Les falta un receptor que haga daño en el pase profundo y se lleve la doble cobertura. La conexión Brady-Ochocinco es patética con pases que pasan a muchos metros y rutas equivocadas. Tampoco hay un corredor capaz de conseguir grandes jugadas. El backfield está plagado de tipos que pueden ganar yardas, o incluso asentar un digno ataque terrestre, pero sin pegada para obligar a las defensas rivales a reajustarse.

Así que la única arma de los Patriots es esa nube de avispas que tan buen resultado dio durante la pasada temporada regular, pero que fue parada en seco por los Jets en enero. Los rivales de entidad están aplicando la solución que encontró Rex Ryan acumulando una nube de defensas en la corta y media distancia y presionando mucho a Brady. Belichick es incapaz de contrarrestar esa táctica porque no tiene jugadores para ello. Y lo peor es que Brady comienza a bajar los brazos y juega peor cada semana.

Sobre la defensa ni hablo. A veces parece mejorar, pero cuando llegan los drives importantes, en los que se deciden los partidos, se abre de piernas incapaz de presentar batalla. Son los Patriots y es pronto para enterrarlos, pero comienzan a recordarme a los Broncos tras la retirada de Elway. Siempre eran competitivos, siempre eran favoritos, casi siempre jugaban en enero, pero poco a poco se fueron diluyendo hasta quedar en nada.


Los Chargers han perdido esta semana, pero sus rivales divisionales también han pinchado y, además, sí que han mostrado por primera vez una imagen de equipo poderoso con recursos y soluciones. Rivers ha sido muy interceptado, pero ha jugado con garra y ambición, encontrando a sus receptores mejor que nunca y demostrando que estos Chargers tienen aún muchas balas en la recámara. Sigo pensando que estarán frente a los Texans en la final de Conferencia.

Los expectantes: Bills, Bengals y Raiders.

Lo siento, pero sigo sin creerme del todo a ninguno de estos tres equipos. Hay domingos que parecen extraordinarios, y otros que dejan mucho que desear. Los más regulares quizá sean los Bengals, pero da la impresión de que están jugando por encima de sus posibilidades. Un poco como sucedía el año pasado con los Chiefs, y mirad lo que ocurrió en wild card.

Esta es la impresión que me han producido hasta ahora los equipos de la conferencia Americana. Ahora tienen por delante media temporada para quitarme la razón.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl