Haile Gebrselassie tiene, entre otras inmensas virtudes, una técnica de carrera exquisita, aunque algún purista podría reprocharle que no se ayuda excesivamente con su brazo izquierdo. Se debe a que cuando era niño y tenía que recorrer diez kilómetros desde su casa a la escuela llevaba los libros asidos con la mano izquierda, de forma que su brazo iba pegado al cuerpo, para no perder los valiosos volúmenes. Lo cuenta él mismo. Gebre es un hombre culto, que sabe de la importancia de la educación y que vive en un país duro, muy duro, como es Etiopía. Recibió ayer el Premio Príncipe de Asturias en el Teatro Campoamor de Oviedo, en una ceremonia que casi siempre consigue emocionarme, y no sólo por el deporte, sino por otras muchas cosas. Ayer, aparte Gebre, por los héroes de Fukushima, que se jugaron la vida en el desastre nuclear de Japón.
Haile es el mejor fondista de la historia del atletismo, en mi opinión. Me llama poderosamente la atención cómo ha sido capaz de brillar en pista cubierta y al aire libre, en asfalto y hasta en cross, aunque aquí sus medallas han pasado más inadvertidas. Y como ha sido capaz de correr en sala los 800 metros en 1:49.35 y los 1.500 en 3:31.76 y bajar por un segundo de las dos horas y cuatro minutos en maratón. Es un portento.
Y, además, es una excelente persona. Siempre sonriente, siempre deportivo, siempre amable… El Premio Príncipe de Asturias se honra con él. Me cuentan que se ha emocionado con el tratamiento que ha recibido en Oviedo y que le han gustado especialmente las gaitas. Gebre, además, es un mecenas, que construye escuelas, que ayuda a los niños a hacer deporte, que tiene empresas con más de mil empleados.
Su ilusión sería ganar una medalla en los Juegos de Londres 2012, en maratón. Eso sería el cénit de su carrera. Lo va a tener muy difícil. Incluso acudir a la ciudad del Támesis no va a ser fácil, porque el maratón mundial pasa un momento de auténtica gloria y Gebre tendrá rivales muy fuertes dentro de su propio país.
Como homenaje al Pequeño Emperador, permitidme que recuere sus principales éxitos:
Nació el 18 de abril de 1973, en Bahar Dar Assela (Arsi, Etiopía). Mide 1,64 y pesa 53 kilos. Reside en Addis Abeba.
Juegos Olímpicos (10.000 m): Oro en Atlanta 1996 y en Sydney 2000; quinto en Atenas 2004 y sexto en Pekín 2008.
Campeonatos Mundiales: Oro en 10.000 y plata en 5.000 en Stuttgart 1993; Oro en 10.000 en Gotemburgo 1995, Atenas 1997 y Sevilla 1999; bronce en Edmonton 2001 y plata en París 2003.
Mundiales en pista cubierta: Oro en 3.000 en París 1997; Oro en 1.500 y 3.000 en Maebashi 1999.
Mundiales de cross: octavo en júniors en Amberes 1991; plata en la misma categoría en Boston 1992; séptimo en Amorebieta 1993; bronce en Budapest 1994; cuarto en Durham 1995 y quinto en Stellenbosch 1996.
Mundiales de Medio Maratón: Oro en Bristol 2001.
Mundiales Júniors: Oro en Seúl 1992 en 5.000 y 10.000 metros.
Récords mundiales en pruebas olímpicas: Al aire libre, cuatro en 5.000; tres en 10.000 y dos en maratón; en pista cubierta, dos en 3.000 metros.
Sus mejores marcas
Al aire libre: 3:33.73 en 1.500 (1999), 3:52.39 en la milla (1999), 4:56.1 en 2.000 (1997), 7:25.09 en 3.000 (1998), 12:39.36 en 5.000 (1998), 26:22.75 en 10.000 (1998), 27:02 en 10 km en ruta (2002), 55:48 en 20 km en ruta (2006), 21.285 metros en una hora (2007), 58:55 en medio maratón (2006) y 2h 03:59 en maratón (2008).
Pista cubierta: 1:49.35 en 800 metros (1997), 2:20.3 en 1.000 (1998), 3:31.76 en 1.500 (1998), 4:52.86 en 2.000 (1998), 7:26.15 en 3.000 (1998) y 12:50.38 en 5.000 (1999).
¿A que es impresionante?
